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Á. G. Balcones (B. Factory): “El online no ha llegado para cambiar la esencia del gimnasio”

El fundador y director general de la cadena de gimnasios cree que el sector del fitness empezará a recuperarse a finales de 2021 siempre que el proceso de vacunación esté más avanzado. “El desafío para este año es resistir”, afirma.

ángel luis garcía balcones ok

“Necesitamos una ducha de realidad, que nos va a hacer ser más objetivos de cara al futuro y mejores en la toma de decisiones”, asegura Ángel Luis García Balcones, fundador y director general de Body Factory. La cadena de gimnasios fundada en 1991 tiene experiencia en la gestión de crisis, pues ya vivió el impacto de la de 2007 y la subida del IVA en 2012 hasta el 21%. Ahora, apunta que el desafío a corto plazo es resistir y hacer que el modelo de gimnasio sea rentable en un momento en que la distancia física es una condición sine qua non para operar.

 

¿Qué desafíos afronta el fitness español tras esta crisis?

Resistir. Durante 2021 estaremos atravesando el valle durante prácticamente todo el año. Hasta septiembre no veo posibilidad de recuperación, y a partir de esa fecha esperamos poder empezar a mejorar, aunque sea lentamente, si el proceso de vacunación está más avanzado en España.

 

¿Cuál es el principal problema que afronta el sector? ¿Las restricciones o el miedo de los clientes?

Es una situación complicada por las restricciones, que han llevado a cerrar los gimnasios en algunas regiones, como en Castilla y León o la Comunidad Valenciana, mientras que en la Comunidad de Madrid y en Andalucía tenemos límites de horarios. A parte de estas limitaciones, el mayor problema sigue siendo el miedo. Pese al enorme esfuerzo en medidas de higiene y seguridad que hemos implementado en todos nuestros centros y que los convierten en espacios seguros, el público no termina de vernos así. En este sentido, creo que sólo venceremos al miedo con la vacuna.

 

¿Qué aprendizajes saca la industria de esta crisis?

Es complicado sacar conclusiones positivas de estas crisis, pero extraigo que no hay nada seguro. Estábamos en un buen momento, pero esta pandemia ha venido a trastocar cualquier perspectiva y predicción. No existe la seguridad. En este sentido, estamos aprendiendo a optimizar la gestión, ajustando aún más los gastos… en definitiva, a gestionar de manera más austera, pero sin descuidar la calidad del servicio.  

 

“No hay sitios donde no haya competencia, pero ahora habrá más locales”

 

¿Qué acciones se han llevado a cabo para optimizar y reducir los gastos?

Hemos renegociado con los proveedores nuestros contratos, desde los de mantenimiento a los servicios posventa. Hemos pedido un esfuerzo al personal, que está respondiendo de manera muy positiva asumiendo nuevas funciones. Y hemos pedido apoyo a nuestros arrendadores, que han respondido apoyándonos con reducciones de pago de hasta el 50% en los primeros meses de 2021. Con una caída del 45% en los abonados y el negocio, ha sido necesario recurrir a los préstamos ICO.

 

¿Es el fitness uno de los sectores más perjudicados por la pandemia?

Lo es, junto al sector turístico y hotelero. Por el momento no vemos que desde las administraciones se estén planteando ayudas concretas. En las instalaciones que son concesiones municipales, tenemos derecho al reequilibrio, y de momento solo el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón se ha mostrado favorable a concederlo. Otros ayuntamientos apuntan a compensaciones de otro tipo, como ampliar la concesión los tres meses perdidos en estado de alarma cuando finalice el contrato. Algunos de los que teneos acaban en 2042, por lo que esa propuesta no resuelve el problema actual.

 

¿De qué manera crees que el sector abordará el reto digital cuando se regrese a la normalidad tras el boom del entrenamiento en el hogar?

No termino de ver que el online sea una sustitución a nuestro negocio, y mucho menos a nuestro servicio. La gente acude al gimnasio también con un objetivo social, de relacionarse, de compartir entrenamientos, de divertirse en las clases dirigidas… La socialización es nuestro vector diferenciador. Además, los centros disponen de un equipamiento que sería imposible trasladar a casa, y que es fundamental para realizar un entrenamiento completo. Por otra parte, Internet y las redes sociales están llenas de contenido para realizar actividad física, con lo que todo aquel que quiera entrenar por su cuenta, puede hacerlo sin venir al gimnasio. Pero también carecerá del asesoramiento técnico de nuestros monitores, por ejemplo, algo fundamental para evitar lesiones y avanzar progresivamente en la consecución de objetivos.

 

“Tras la pandemia, el equipamiento está más espaciado; uno de los retos para 2021 es lograr el equilibrio entre espacio y rentabilidad”

 

¿Crees que puede monetizarse ese contenido?

No lo vemos como un servicio para monetizar; será como añadir una nueva clase, un servicio adicional. Por tanto, lo considero un aliado, no un competidor. En España hay un 10% de usuarios de fitness, y debemos tender a un 25-30%. Y ahí entran cadenas de gimnasios, clases virtuales…

 

¿La oferta online es rival o aliado?

Uno potencia al otro, se crean sinergias. Ocurrirá que alguien que se inicie en el virtual, acabará llegando al club para ampliar sus posibilidades de entrenamiento.  Y confío en que la socialización siga siendo un motivo diferenciador por el que seguir viniendo al club.

 

En el futuro, y tras la pandemia, ¿los gimnasios serán más abiertos al exterior y más conectados?

En gran parte de los casos, los gimnasios están ubicados en los centros de las ciudades, lo que supone que no pueden admitir demasiados cambios en la distribución de los espacios o contar con zonas outdoor. En cuanto a la conectividad, hay muchísima. Contamos con aplicaciones gratuitas, para facilitar la interacción con el socio, plantearle opciones de entrenamiento, y con las que el socio puede hacer un seguimiento de sus logros.

 

¿Es suficiente?

La verdad es que hemos notado que el uso de esta opción de entrenamiento online, a excepción del momento más crudo de la pandemia, es bastante residual. El online no ha llegado para cambiar la esencia del gimnasio, aunque la pandemia nos ha invitado a hacer un esfuerzo en este sentido y a cambiar algunas cuestiones.

 

¿Por ejemplo?

En nuestra próxima apertura en Madrid estamos construyendo un centro, y hemos planificado la disposición de las máquinas y del equipamiento de forma que tengan la mayor distancia posible entre ellos.  También es cierto que en otros centros no es posible distanciar tanto el equipamiento, puesto que en las grandes ciudades el metro cuadrado es más caro y debemos hacer que los proyectos sean rentables. Hay que conseguir ese equilibrio entre espacio y rentabilidad, algo que creo que también es un reto para 2021.

 

“Necesitamos una ducha de realidad, que nos va a hacer ser más objetivos de cara al futuro y mejores en la toma de decisiones”

 

¿Habría que subir los precios para no comprometer la rentabilidad del sector?

Entrenar en espacios amplios, con mayor distancia, menos aforo…  es incompatible con abaratar, o incluso, mantener las cuotas. Habrá que ajustarlas, aunque muy ligeramente, puesto que el cliente es muy sensible al precio.

 

¿Se refinará la búsqueda de la ubicación donde abrir centros deportivos?

Ya no hay sitios donde no haya competencia. En el Ensanche de Vallecas tenemos nuestro siguiente proyecto porque hemos visto oportunidad de negocio. A pesar de que se está construyendo un centro municipal cerca, no hay tanta oferta de gimnasios en la zona. Por otra parte, creo que en un futuro cercano habrá más locales disponibles, puesto que se están quedando libres plantas de oficinas ya sea por el teletrabajo y por el cierre de negocios.

 

¿Eso provoca que la oportunidad ahora esté en abrir en los barrios, en lugar de en parques empresariales o cerca de oficinas?

Absolutamente. El teletrabajo va a ser un mal aliado de los propietarios de oficinas. Actualmente, en los centros de oficinas hay menos de un tercio de personas trabajando.

 

¿La industria del fitness sale potenciada de esta crisis?

Tras la inactividad por el confinamiento y las restricciones impuestas por la pandemia, mucha gente tiene ganas de volver al gimnasio. Si bien ésta es la parte positiva, me surgen dudas sobre el riesgo de la pérdida del hábito; es decir, están siendo periodos largos, y alguien que pierda esa rutina de acudir a entrenar, puede costarle más volver a incorporarse.   

 

¿No eres optimista?

No es el momento de ser optimista ni pesimista, sino realista. Necesitamos una ducha de realidad, que nos va a hacer ser más objetivos de cara al futuro y mejores en la toma de decisiones. Vamos a aprender a hacer mejores empresarios, desde un punto de vista realista. Y la realidad es que nos está costando un gran esfuerzo económico tener los centros abiertos.

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