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Arroyo (Deporte España): “Es hora de tratar fiscal y políticamente como corresponde al deporte”

El director general de la Deporte España, entidad creada por iniciativa de la Asociación del Deportes Español (Adesp) defiende la necesidad de avanzar hacia una plataforma que aglutine a toda la industria.

Alfonso Arroyo GO fit, entrevista one on one

Mucho se ha escrito sobre el papel unificador y pacificador del deporte, pero en España esa unidad no se ha trasladado a una entidad que aglutine toda la industria. Ese es el reto que afronta Deporte España, una plataforma surgida por iniciativa de la Asociación del Deporte Español (Adesp) y el sector del fitness para cumplir ese desafío y estimular el debate sobre el papel del deporte en un modelo de sociedad sostenible. Al frente del proyecto está Alfonso Arroyo, adjunto a la presidencia de GO fit. “Merece la pena hacer una reflexión sobre qué normas, procesos y posibles estructuras puede impulsar la administración para utilizar los recursos públicos y atraer recursos privados para conseguir el mejor servicio y la mayor rentabilidad social”, asegura.

 

La industria del deporte se compone de diferentes segmentos, cada uno con sus patronales. ¿Por qué el sector no ha sido capaz de aglutinar todos esos esfuerzos en una sola plataforma?

El deporte es un sector en constante configuración, impulsado por el reconocimiento social tanto por su función como verdadero vector en la promoción de la salud, como por ser un gran articulador en los formatos de ocio de la ciudadanía. Su gran diversidad, y el contraste entre los segmentos que lo componen, ha incentivado una pluralidad en su representación. Pero creo que estamos entrando en un nuevo estadio. La industria está madurando y en pleno proceso para dar un salto cualitativo y tomar el espacio y la representatividad que le corresponde como sector esencial, tomando como referencia su eje común: su impacto en un modelo de sociedad sostenible que no deje a nadie atrás. Estamos caminando hacia ese horizonte. Por eso necesitamos espacios de encuentro y un proceso de contraste en el que podamos debatir y generar un relato común y unas líneas estratégicas sobre las que avanzar de forma coordinada entre todos sus actores y los poderes públicos.

 

Rebaja del IVA, incentivos fiscales y paquetes de ayudas… El sector viene años reclamando toda una serie de medidas, pero, ¿qué puede aportar el deporte a la sociedad?

Ya no se discute que el deporte es una actividad que contribuye a la sostenibilidad y salud de la sociedad, como reflejan los innumerables estudios y publicaciones en los últimos años. Es la herramienta más eficiente y el medicamento más eficaz en la prevención factores de riesgo cardiovascular o metabólico músculo-esquelético, pero también con respecto a la salud mental. Es, por tanto, una fuente de salud, bienestar y felicidad y una herramienta muy valiosa en el campo de la educación, la intervención social, la igualdad o en el propio ocio y entretenimiento. Si todos estamos de acuerdo en no negar esta realidad, es hora de consolidar el esfuerzo realizado por todas las administraciones, compañías, centros de investigación clubs, etc., y tratar fiscal y políticamente como corresponde a su función como promotor de la salud.

 

“La industria está madurando y en pleno proceso para dar un salto cualitativo y tomar el espacio y la representatividad que le corresponde”

 

Has comentado las contribuciones del deporte a la sociedad, pero, ¿qué puede aportar esta al sector?

Tenemos capacidad de transformar el mundo solamente invitando a la gente a salir a la calle a andar y relacionarse con los demás desde el movimiento, contribuyendo a generar prosperidad social y económica y sustituir la movilidad contaminante por la movilidad saludable y sostenible. Como sociedad tenemos el reto de darle el valor y la importancia que se merece, reforzando lo que ya hizo el parlamento español al declarar el deporte como actividad de interés general. Es necesario pasar de las palabras a los hechos.

 

¿Por qué no se está sabiendo trasladar el rol de esta industria como motor económico y elemento de transformación social?

Todas las conversaciones tienen su momento, y este seguramente sea el más adecuado tanto en el ámbito de la administración pública, como en el de todos aquellos agentes que configuran el sector deportivo. Lo que resultaría muy duro es perder esta oportunidad cuando la sociedad nos ha demostrado la necesidad y la utilidad de aquello por lo que llevamos tanto tiempo trabajando y luchando. De ahí el hincapié que hace una parte importante del sector para construir un espacio de encuentro que ayude a articular estas ideas y a dar respuesta a los retos que tenemos como sociedad y como industria, logrando situar el deporte en la agenda vital de las personas y en el lugar que le corresponde en la agenda institucional.

 

¿Qué hoja de ruta os habéis marcado desde España Deporte?

El propósito de la Plataforma España Deporte es contribuir a la sostenibilidad del modelo de sociedad de nuestro país, conformándose como un lugar de encuentro de todos los actores del sector deportivo español, además de como un potente canal de interlocución con todas las administraciones públicas, para afrontar de forma proactiva y colaborativa los grandes desafíos que tiene el deporte y nuestro país por delante.

En mi opinión, hace falta un proceso de trabajo y debate en el que seamos capaces de hacernos las preguntas adecuadas y dar respuestas sólidas, con perspectiva sobre cuál es el futuro de este sector dentro y fuera de nuestro país y qué papel queremos que juegue en la consolidación de un nuevo modelo de sociedad. Sabemos que para lograr una sociedad sostenible debemos transformar una parte importante de lo hecho hasta ahora y configurar una nueva manera de relacionarnos. No podemos ser ajenos a esa fase de transformación.

 

“Como sociedad tenemos el reto de darle el valor y la importancia que se merece el deporte; es necesario pasar de las palabras a los hechos”

 

¿Una relación más intensa entre fitness y federaciones es el paso que falta para atacar la lacra del sedentarismo?

Atacar el sedentarismo, mejor dicho, trabajar en favor de una población activa, solo es posible si participamos todos, no solo una parte importante de los actores del sector, si bien el trabajo conjunto de las federaciones y la industria del fitnesS es un ejemplo muy potente de lo que tenemos que hacer. Mundos que hasta ahora estaban de espaldas tienen una misma mirada y un único objetivo: más personas, más activas, más veces.

 

La Administración tiene un peso muy relevante en la financiación del deporte base. ¿Qué rol debe jugar a partir de ahora?

Hace ya años nos dotamos de una estructura administrativa del deporte que refleja la estructura administrativa de nuestro país, y es evidente que dicha estructura deja huecos a la hora de atender y responder a los distintos proyectos y necesidades que nos plantean los ciudadanos. Merece la pena hacer una reflexión sobre qué normas, procesos y posibles estructuras puede impulsar la administración para conseguir utilizar los recursos públicos y atraer recursos privados para conseguir el mejor servicio y la mayor rentabilidad social. Es evidente que el deporte tiene un poder transformador para muchas realidades sociales, e igualmente tenemos la responsabilidad conjunta de buscar cauces para este potencial. No cuidar y potenciar la necesaria semilla que supone en la ciudadanía el deporte de base sería de una gran miopía pensando en el futuro de la sociedad.

 

¿Cómo se puede mejorar la colaboración entre esos clubes pequeños que viven al día y las grandes organizaciones para fortalecer el tejido asociativo y empresarial?

Trabajar en lo local pensando en lo global siempre ha sido una buena dirección. Dar un tratamiento fiscal adecuado al patrocinio y el mecenazgo deportivo, así como fomentar los mecanismos de equidad y redistribución dentro de la propia industria deportiva, forman parte de las acciones que no se pueden olvidar. La existencia y permanencia de los pequeños clubes son el elemento troncal de la vertebración del deporte. Olvidar esta realidad por presiones absolutamente comprensibles vinculadas al protagonismo de la alta competición es un fallo que antes o después revierte en la menor calidad y atractivo de dichas competiciones, pero lo más relevante: mata la continuidad de un modelo deportivo para una sociedad que quiere y necesita ser activa.

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