La Liga Nacional de Fútbol Sala (Lnfs) continuará, por tercer curso consecutivo, en su insatisfecho rol de proveedor de servicios, sin su tradicional encomienda de gestor de la Primera y Segunda División del futsal español. Las desavenencias públicas con la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) se mantienen todavía, y, de hecho, han crecido este verano con las nuevas bases de competición de las dos categorías, en las que la federación exige un aval de hasta 60.000 euros a los equipos de la élite para poder competir, tal y como avanzó 2Playbook. Las bases están impugnadas.

A pesar de ello, y de las últimas amenazas de sanción a los equipos que porten el parche de la Lnfs en su equipación, la asociación afronta la temporada solvente en lo económico y con esa esperanza de que, con la mediación del CSD, poder volver a retomar la gestión. “El modelo de éxito es estar con la federación, pero con autogobierno”, insiste Javier Lozano, el incombustible presidente de la Lnfs. Acaba de arrancar su cuarto mandato y asegura, con algo de sorna, que “aquí, en el día a día, nunca nos aburrimos”.

La pandemia comienza a dar un respiro al deporte. ¿Cómo afrontan los clubes esta nueva temporada?

Ahora los clubes son bastante más comedidos que en la última crisis. Entonces cayeron tropecientos clubes. En estos años las estructuras se han fortalecido: son más un club que un equipo. Tras un año tan duro, alguno ha sufrido algún rasguño, pero nadie está grave.

¿En qué ha impactado más?

El ticketing es una pata muy importante para los clubes. Ahí se va un 25-30% del negocio. Parece que este año podremos volver a tener pabellones al 100%, salvo en Cataluña, que no se sabe todavía. Y luego, este clima de inestabilidad, de guerras… No es el mejor para los patrocinios.

Al menos, han incrementado los ingresos por televisión. Repartiréis 1,43 millones entre vuestros asociados.

Sí. Hemos sacrificado un poco nuestras cuentas para que los clubes puedan tener algo más. Este año recibiremos 1,2 millones (de LaLigaSportsTV, su socio audiovisual), pero repartiremos 1,4 millones con los ingresos de patrocinio y otras partidas. Como asociación, nuestro principal empeño es ayudar a nuestros clubes.

¿Seguís con la esperanza de poder volver a gestionar la competición?

De momento, no. La situación parece clara. Pero nosotros tenemos la voluntad y los conocimientos para gestionarla. Nosotros estamos listos para ello, y la transición la podríamos hacer muy rápida.

“La historia en el futsal es circular, parece que tenemos un gen autodestructivo”

¿Cómo se llega hasta aquí?

La historia en el futsal es circular. Parece que tenemos un gen autodestructivo. Sólo durante dos épocas hubo tranquilidad. Al principio, hubo una primera gran paz cuando se creó la Lnfs, en 1989. Aquello duró unos cuantos años. Y luego, más cerca, los diez años entre 2008 y 2018. Ahí estuvimos una década con muchas inversiones, en nuevas infraestructuras, mejorar la televisión… El mejor ejemplo de aquello fue la Copa de 2018. La del WiZink (Madrid).

¿Por qué?

Allí se vio que el fútbol sala es un producto en el que se puede invertir y ganar dinero. Fue la edición más rentable de la historia. Metimos a 40.000 personas durante el fin de semana, hubo hasta reventa. Pero después, volvimos a retroceder. Hemos llegado a tener exposición en 140 países; ahora se emite en ocho o diez países.

[El 17 de mayo de 2018, Luis Rubiales es elegido presidente de la Rfef. Un año y medio después, la federación se hace cargo de la gestión de la Primera y Segunda División del fútbol sala]

¿Hacia dónde se ha de dirigir el fútbol sala español?

Tenemos que ir a donde van las grandes tendencias. Debemos asociarnos con los grandes players si queremos crecer. Hoy por hoy, LaLiga, por ejemplo, está a años luz. Tenemos que trabajar mucho más en la digitalización y la internacionalización del producto.

En eso podría ayudar la apuesta por el futsal de clubes como Levante o el Real Betis. ¿Tiene constancia de más clubes de LaLiga interesados en entrar?

Sé que hay muchos clubes del futbol que podrían verse interesados en el futsal, pero ahora quizá no sea el momento.

La Lnfs asesora desde este verano a las ligas de EEUU, Australia o los países bálticos: “Si tuviéramos más medios, podríamos ayudar y crecer más por la vía internacional”

¿Liga profesional o profesionalizada?

En algunas cosas somos como una liga profesional, pero en la raíz tenemos que seguir ligados a la federación, porque hay que seguir cultivando esa cantera.

En ese trabajo de cantera del que hablas, también estáis asesorando al fútbol sala internacional. Firmasteis con Reino Unido, por ejemplo. ¿Qué planes tenéis al respecto?

Sí, y también hemos sumado a Australia, Estados Unidos o la Liga Báltica este verano. Antes hemos ayudado a Argentina, Brasil o Japón. Y ahora nos llama cada día la India, por ejemplo. Pero un país así es un proyecto enorme. Si tuviéramos más medios, podríamos ayudar y crecer más por la vía internacional. Seguro.

Ahora que se habla de Superliga en el fútbol. Tú fuiste crítico con las intenciones de la Uefa de hacer cambios en la Champions de fútbol sala para hacerla crecer.

Sí, pero porque la Uefa quería poner partidos en fin de semana. Esto ya lo hacen otros deportes (balonmano), y yo lo respeto, pero yo expuse que había que tener en cuenta el impacto de aquello: hay que medir tu crecimiento, pero también cuánto me daña a mí.