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Sandra Sánchez (Karateka): “Con organización, siempre hay tiempo para dedicar al patrocinador”

La campeona olímpica se muestra tras su retirada igual de activa que durante su carrera y mantiene a la mayoría de espónsors. Apunta hacia la transparencia y la cercanía con las marcas como elementos clave para garantizar el apoyo al deportista.

Sandra Sánchez 2023

La karateka Sandra Sánchez no tiene intención de parar tras su retirada como principal referente del karate en España y una de sus figuras más influyentes en todo el mundo. La talaverana, que actúa como embajadora de Iberdrola, no quiere desaprovecharlo y continúa siendo un imán para las marcas al mantener la mayoría de sus espónsors, pese a no competir. Para lograrlo, Sánchez detalla la importancia de trabajar con cercanía y naturalidad con cada una de las marcas. “El objetivo es que se nos reconozca no sólo por el oro olímpico, sino por todo lo que hemos trabajado con las marcas”, agrega. Otro de sus retos es contribuir a difundir la disciplina tanto en España como en el resto del mundo. Aquí es donde se enmarca su último proyecto, el documental Karate-Do: El Camino de Sandra Sánchez, emitido a través de la plataforma Rakuten. 

 

¿Cómo es la relación de las marcas para los deportistas de disciplinas individuales?

Para los deportistas de disciplinas individuales, que son menos visibles, el patrocinio es fundamental. Hacer solo kárate no da lo suficiente como para subsistir, por lo que es muy importante el trabajo de marca que hicimos con todo el equipo durante toda mi carrera para que hubiera una relación personal con el espónsor. Para ser parte de los valores de una marca, por ejemplo, tienen mucho peso las charlas a trabajadores o empleados de una empresa. 

¿Cómo se compagina la vida deportiva con las activaciones de patrocinio que piden las marcas? 

Hay todo tipo de fases en tu vida deportiva. Durante los campeonatos el papel del espónsor es más activo, para intentar ser imagen de las marcas. Por otro lado, en las fases intermedias es cuando puedes aprovechar para transmitir tu historia, mostrar qué interesa de tu vida... Hay que tomar consciencia de todo lo importante que has vivido y todo lo que estás haciendo a través del deporte, y finalmente transferirlo a tu vida personal. Hay que buscar ese equilibrio con la marca. Lo normal es tener el foco en la competición cuando viene un Mundial o unos Juegos Olímpicos. 

¿En qué momentos en tu carrera ha sido más complicado mantener ese equilibrio?

En mi carrera tuve un periodo muy intenso, que fue justo después de los Juegos y en el que a los tres meses tenía los Mundiales. De repente, como había ganado el oro en los Juegos, llegó mucha atención mediática y muchos compromisos publicitarios. Ahí pedí un poco de espacio y recibí la comprensión y apoyo de las marcas. Me permitieron mantener el equilibrio adecuado que yo buscaba. De hecho, conseguí más apoyo todavía. Tras el Mundial, ya hubo tiempo para poder estar en todos los compromisos. La naturalidad y cercanía con una marca cuando estás en competición ayuda. En los momentos clave un familiar no te va a obligar a que vayas a un acto. Eso dejaría de ser una relación personal, para convertirse en una relación mercantil. Depende de en qué etapa de competición esté, puedo cambiar el horario de entrenamientos para cuadrar con las empresas y encontrar esa manera de entenderme con ellos. Con organización y buen calendario no hay duda de que se puede llegar a todo. 

¿Y cómo es trabajar con la marca tras la retirada? ¿Cómo se puede mantener el status de marca?

Tengo unos valores muy interiorizados y las marcas quieren seguir estando relacionadas, quieren tener esa imagen de deportista que proyecta unos valores, aunque ya me haya retirado. Son valores que mi equipo y yo hemos ido sembrando con el tiempo y por eso ahora nos siguen llamando. El objetivo es que nos reconozcan no solo por el oro olímpico, sino por todo lo que hemos trabajado con las marcas. Todo eso lo hemos ido sembrando al tener un contacto cercano con las marcas. Se trata de proyectar una marca personal natural.  

“El objetivo es que nos reconozcan no solo por el oro olímpico, sino por todo lo que hemos trabajado con las marcas”

¿En qué momento decidiste dar más peso a comunicar cada vez más en tu carrera?

Entendimos rápidamente la importancia de las redes para el deportista. Al final, los árbitros también están en las redes, las rivales están en las redes… Con lo cual, no se podía no estar. Fue un proceso en el que fuimos aprendiendo sobre la marcha. Iberdrola fue la primera marca que se acercó a nosotros y poco a poco fuimos sumando patrocinadores. Luego, para que te sigan apoyando, las relaciones tienen que fluir. 

¿Qué puede aportar el deportista a la marca?

La transparencia y la naturalidad son claves. Por ejemplo, durante la etapa de la Covid-19, hacíamos con las marcas el espacio Un Café con Sandra, y todo el mundo mandaba alguna pregunta. Entonces, propusimos hacer una charla con los patrocinadores para preocuparnos por ellos y agradecerles por estar patrocinándonos en las difíciles circunstancias en las que nos encontrábamos. Por eso, es importante saber qué es lo que le puedo ofrecer yo a la marca, ver en qué podemos aportar. No me puedo quedar quieta. Con organización siempre hay tiempo para dedicar al patrocinador. Hay que sembrar para luego recoger.

Un ejemplo de ello es el documental Karate-Do: El Camino de Sandra Sánchez que habéis hecho con Rakuten.

Exacto. Pero esto es algo que puede hacer todo deportista. Ahora eres tú el propio medio. Todo lo que quieras comunicar lo puedes hacer directamente tú. Así que está en ti el compromiso de trabajar tu imagen. Por eso, tras el oro olímpico en Tokio dimos mucha importancia a la atención a los medios de comunicación y permitimos a los periodistas acompañarnos en los entrenamientos. No queríamos que fuera solo a hacer la entrevista e irse. 

“Está en manos del deportista el compromiso de trabjar su propia imagen”

¿Cuál es el potencial de las redes para llegar a las marcas? 

Hay que ser consciente de la parte positiva de las redes, sin ellas hoy en día sería imposible estar en contacto con la gente. Quiero que mi historia sirva a otros deportistas para ganar un oro olímpico. De alguna manera, proyectar esa fuerza que va a servir a la gente para su próximo proyecto. Eso es algo que transmito mucho en las redes sociales. En definitiva, consiste en que me vean a mí tal cual soy. Evidentemente, eso las empresas lo van a ver. 

¿Tras tu retirada sientes que, de alguna manera, tienes una obligación moral con el kárate?

Recuerdo durante la pandemia que mucha gente estaba en dificultades para poder mantener un dojo. Entonces, tras el oro olímpico y toda la atención que se le pudo dar al kárate, había mucho agradecimiento por parte del mundo del kárate en España. Eso permitió que empezara a haber un resurgir en las matrículas. Cada vez que voy a una televisión se habla de kárate. Al final, si se ve kárate, se va a practicar kárate. Por eso, nosotros hemos querido impulsar siempre la práctica de este deporte. Por ejemplo, con los libros infantiles de Kat Karateka o ahora con una plataforma que hemos lanzado para que personas de todo el mundo puedan tener acceso a mis entrenamientos y puedan practicarlos. Es una responsabilidad, pero no lo siento como una presión, ya que para mí es muy fácil hablar y mostrar lo que he hecho durante mi carrera.

¿Qué ha faltado y sigue faltando para hacer crecer más al kárate en España?

Creo que hemos cojeado en el marketing. No hemos sido capaces de aprovechar los momentos que teníamos. Por ejemplo, sale una serie como Kobra Kai, y no sabemos materializarla en llevar más gente al kárate. Aprovechar esa pata del marketing para crear más show es fundamental. 

¿Cómo vas a personificar este apoyo al kárate? ¿Qué relación tendrás con los diferentes organismos?

Soy un comodín para todo el que lo necesite. Si la federación internacional o la federación nacional me necesitan para algo, yo voy a colaborar. Luego, ya a nivel global, si conseguimos que el documental llegue a todo el mundo, estaremos haciendo una gran labor para la difusión del kárate. 

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