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China Fitness Matrix

China, un gigante por descubrir: retos del fitness para crecer en el mercado de los 5.000 millones

En un país de más de 1.400 millones de personas, menos de 10 millones están inscritas a un gimnasio en las 18 ciudades más pobladas. El Gobierno chino aspira a que 700 millones de personas hagan ejercicio al menos una vez por semana.

Los expertos coinciden en que no hay mercado en el mundo con tanto potencial para el fitness como China, y no es difícil entender por qué. Con una población de más de 1.400 millones de personas, sólo sus 18 principales ciudades concentran un mercado que antes de la pandemia facturó 34.000 millones de yuanes (cerca de 5.000 millones de euros) a través de 27.600 clubes que dieron servicio a 8,69 millones de abonados.

Así se desprende de la información recopilada por 2Playbook para el cuarto capítulo de la serie La vuelta al mundo por los 20 mayores mercados del fitness, patrocinada por Matrix. Un mercado inabarcable, con territorios por explorar y en el que pocos operadores internacionales se han aventurado a plantar bandera, dejando espacio para que gestoras locales desarrollen su negocio.

El potencial del país es grande porque menos de un 5% de la población está inscrita a un gimnasio, un gap amplio con otros países asiáticos, pues en Corea del Sur o Japón la penetración del fitness en la sociedad se sitúa en torno al 10%. Pero el recorrido a futuro del fitness chino también es extenso porque el 66,6% de la población china apunta a que el bienestar es una prioridad creciente en sus vidas y el 59% asegura que planea mejorar su nivel de wellness, según un informe de McKinsey. Allí, el fitness representa el tercer mayor gasto en la categoría de bienestar, por detrás de la salud y los productos vinculados a la apariencia, como las cremas y el maquillaje, que ocupan más espacio en la lista de la compra.

Pero, ¿cómo es la industria de los gimnasios en China? Ha crecido rápidamente en las últimas dos décadas y se ha vuelto más diversa, con estudios de entrenamiento personal, boutiques y nuevos modelos de centro que contribuyen a ese rápido crecimiento. “La industria entró en un periodo de consolidación en 2010 y, con la crisis económica, los operadores no rentables salieron del mercado y el sector empezó a explorar líneas de negocio más sostenibles”, afirma Adrian Xu, director de estrategia comercial e investigación de Deloitte en China.

El ecosistema del fitness del gigante asiático se divide en cuatro segmentos: los centros tradicionales con implantación nacional, como Will’s Gym; los estudios privados que ofrecen servicio personalizado, como Onefit; los nuevos players, como los boutiques y centros 24 horas de Supermonkey, que opera más de 100 instalaciones con más de 300.000 inscritos, y la oferta de contenidos online, liderada por plataformas como Keep, I-Fitness y Fiture. Sólo estas tres compañías han captado 1.000 millones de dólares desde su fundación.

Conceptos como el que propone Supermonkey han zarandeado la industria china del fitness, porque emergen como una marca de lifestyle y no sólo como un centro de entrenamiento. Apuesta por el pago por uso, se ubica en núcleos urbanos y, además de vender entrenamiento, también factura con la venta de ropa y merchandising.

Pese al liderazgo en implantación de operadores como LeFit o Lucky-Bird, el fitness chino está muy atomizado. Los quince principales operadores suman 2.300 clubes, más que el top-50 de España. Con todo, estas cadenas sólo representan un 8,3% de la oferta de instalaciones que existe en las 18 principales ciudades, según el informe China Health and Fitness Market White Paper de Deloitte.

China se ha marcado el objetivo de alcanzar 435 millones de practicantes deportivos habituales en 2030

Es en los nuevos modelos de club donde se encuentran las cadenas que proponen cuotas más flexibles con precios más reducidos. Ahí están LeFit, Kuaikuai, SunPig o Supermonkey, que no llega a ser low cost, pero sí se apoya en la tecnología para reducir gastos de explotación. El hecho de operar en locales de entre 200 metros y 500 metros cuadrados también ayuda a ajustar sus gastos.

Al otro lado de la balanza están cadenas como Will’s, Tera Wellness, Lucky Bird o Sinofit, que están entre los quince operadores con mayor número de instalaciones. Estos centros ocupan locales de más de 1.000 metros cuadrados, se encuentran en zonas residenciales y rodeadas de oficinas y suelen apostar por cuotas anuales. Estos centros se ubican en el segmento premium con cuotas anuales que oscilan entre 6.000 yuanes y 10.000 yuanes (850 euros y 1.430 euros).

En el segmento medio, a caballo entre el low price y el premium se encuentra uno de los pocos operadores internacionales que se ha aventurado a poner un pie en el gigante asiático: Anytime Fitness, cuyo coste anual se sitúa alrededor de 2.000 yuanes (285 euros). Pero, más allá de que los operadores sean generadores de demanda, en China existe un aliado que puede elevar la industria al siguiente nivel: el Gobierno chino.

El problema con la obesidad que desde hace años preocupa el país se ha traducido en el plan Healthy China 2030, que cuenta con el National Fitness Program como uno de sus ejes estratégicos. ¿El desafío? Que 700 millones de personas hagan ejercicio al menos una vez por semana y que al menos 435 millones lo hagan regularmente. He ahí el mayor potencial de un sector que antes de la pandemia atendía a menos de 10 millones de abonados en las principales urbes del país.

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