Cadí La Seu es uno de los clubes más veteranos del baloncesto femenino español. Con más de cinco décadas a sus espaldas, las dos últimas en la élite, se ha apoyado en la cantera para competir con presupuestos y ciudades mayores al suyo. Para 2021-2022 volverá a contar con un presupuesto de 650.000 euros, de los que 460.000 euros se destinan al primer equipo de Liga Femenina Endesa y el resto a su estructura de base.
“Mantenemos un presupuesto bastante similar desde hace años, porque es lo que sabemos que podemos gastar sin comprometer la sostenibilidad del proyecto”, explica a 2Playbook Pere Porta, presidente del Sedis Bàsquet. “Es cierto que en los últimos años el deporte femenino y la liga han subido un pistón, y los costes se han elevado, pero sabemos cuál es nuestro techo”.
Cadí La Seu es uno de los equipos con el presupuesto más bajo de la máxima competición del baloncesto femenino español, pero aun así se ha clasificado como cabeza de serie para la Copa de la Reina. Porta defiende que, “aunque no podamos competir con otros equipos económicamente, intentamos compensarlo con una apuesta por la proximidad con las jugadoras y con el proyecto de cantera, que es el pilar del club”, defiende.
El incremento en los presupuestos de LF Endesa viene marcado por el camino hacia la profesionalización que ha emprendido de la mano de la FEB. El proceso comenzó el año pasado, aunque quedó retrasado con los cambios al frente del CSD y los problemas para conformar la nueva gestora del fútbol femenino. Sin embargo, los clubes han continuado avanzando en cuestiones como el nuevo convenio con las jugadoras, el modelo de negocio o la profesionalización de sus propias estructuras.
Desde Cadí La Seu asumen que pueden ser uno de los más damnificados si más equipos ACB continúan elevando la apuesta por el baloncesto femenino. “No es algo negativo, al contrario”, subraya Porta. “Es cierto que nos perjudicaría por no tener vinculación con un club ACB que pueda aportar más recursos económicos y, aunque no sea prioridad para nosotros, tampoco descartamos que pueda suceder”, explica.
En el caso de La Seu, el club más próximo es el MoraBanc Andorra. El presidente asegura que ambos tienen “una gran relación”, pero que no se ha mantenido ninguna conversación al respecto. “No está en los planes ni se ha puesto sobre la mesa. De momento, sabemos que podemos continuar con el proyecto con los recursos que tenemos, gastando únicamente en base a los ingresos que generamos”.
Desde Sedis Bàsquet se han marcado el objetivo de cerrar cada año en equilibrio, sin pérdidas, pero sin lograr beneficios significativos. Los dos años de pandemia han pasado factura al club, pero no en el ámbito económico. “Sí nos ha penalizado porque no se han firmado patrocinios que podríamos haber cerrado, pero eran negociaciones no contempladas al hacer los presupuestos, así que no nos ha causado un perjuicio económico”, sostiene.
De cara a 2022-2023 el presupuesto será similar incluso si el equipo se clasifica a la Eurocup. “Si no tenemos otro patrocinador que aporte más, no podemos elevar el presupuesto, pero es preferible que entren varias empresas con una aportación menor, pero de más recorrido en el tiempo, que una sola marca para un año por jugar en Europa y luego rehacer medio proyecto el año que viene, porque eso no nos da estabilidad”, afirma el directivo.
El patrocinio privado, liderado por la cooperativa local Cadí, aporta el 50% de los ingresos del club. Otro 25% lo aportan las administraciones públicas, y el 25% restante lo genera la actividad orgánica del club. “Hasta hace unos años se repartía distinto, un tercio cada parte, pero gracias a la entrada de más patrocinios pudimos elevar el presupuesto y cambiar el peso”, indica Porta.
Por otro lado, el club no se cierra a ninguna opción en caso de sumar más patrocinadores. El requisito es apostar a medio y largo plazo por el proyecto. “Vamos a mantener la misma línea de trabajo que nos ha mantenido más de veinte años en la élite, y la puerta está abierta a un co-patrocinador principal que comparta el naming, pero en esta misma línea”. Aun así, Porta reconoce que “es complicado encontrar grandes empresas en nuestra zona capaces de asumir la inversión, porque estamos a dos horas de Lleida, Barcelona o Girona y a una de otros grandes núcleos urbanos del Pirineo”.
La distancia geográfica también condiciona su modelo de cantera. Actualmente tiene una base de 220 jugadores de base y 17 equipos, y unos 620 socios. “El reto es mantener los socios cuando dejan de jugar al baloncesto, porque nuestros abonados son los socios del propio club, y tener continuidad cuando cumplen 18, porque marchan a estudiar a la universidad a otras ciudades y tenemos que buscar convenios con clubes locales para que puedan entrenar”.
