La alternativa a Florentino Pérez desiste y no se presentará a las elecciones del Real Madrid. Enrique Riquelme, que había anunciado su intención de concurrir, ha desistido a dos días de que finalice el plazo para presentar candidaturas. El motivo es la falta de tiempo para presentar todos los requisitos para formalizar su candidatura para unas elecciones que esperaba para verano, y que finalmente se han adelantado.

“Debido a que los reducidos plazos establecidos por la actual directiva y la junta electoral hacen imposible presentar la candidatura completa en la que venía trabajando y asegurar una campaña en la que realmente pueda explicar a todos los socios el proyecto”, ha explicado el empresario del sector de las energías renovables a través de un comunicado.

“La inexplicable convocatoria anticipada de elecciones en Jueves Santo reduce el plazo de diez días para la presentación de candidaturas a apenas seis días hábiles para completar los requisitos pares su formalización”, reza el escrito. En el comunicado se aclara que Riquelme no renuncia a su candidatura a presidir el Real Madrid, sino que la aplaza y confirma “su intención de presentarse a las próximas elecciones”.

Desde que volviera a la presidencia en 2009, Florentino Pérez ha renovado su cargo sin oposición en ninguno de los dos siguientes procesos electorales (2013 y 2017). La última vez que los socios madridistas votaron fue en 2006, cuando fue nombrado presidente Ramón Calderón. Se desconocen los plazos electorales, pero se prevé que la apertura del periodo para la presentación de candidaturas se realice una vez terminada la temporada de competición, a principios de junio.

En el último ejercicio, condicionado por la Covid-19, el Real Madrid logró salvar el negro con un exiguo beneficio de 313.000 euros. Sin embargo, para 2020-2021, la junta que preside Pérez estimó inicialmente unas pérdidas de 91,1 millones de euros si no se acordaba una rebaja salarial con las plantillas profesionales, tal y como avanzó 2Playbook.

Días más tarde, la directiva blanca aventuró una rebaja de los números rojos, hasta 69,7 millones de euros, optando por activar bases imponibles negativas por 21,5 millones que se compensarán con las ganancias de próximos ejercicios. La entidad prevé un ajuste en su cifra de negocio de 616,8 millones de euros, un 13% menos que en 2019-2020.