Nuevos movimientos corporativos en torno al Atlético de Madrid. La semana pasada no sólo se aprobó poner en marcha una ampliación de capital por hasta 181,9 millones de euros, sino que ese mismo día también se aprobó crear la sociedad Atlético Holdco, destinada para “la tenencia, adquisición y venta, por cuenta propia, de acciones propias u otras formas de participación en el capital” del club.
La sede de la mercantil está en las oficinas del Wanda Metropolitano y su consejo de administración está formado únicamente por dos de los accionistas de referencia del Atleti, Miguel Ángel Gil Marín y Enrique Cerezo, así como el director de administración y finanzas, Mario Aragón, y el secretario del consejo, Pablo Jiménez de Parga. Al margen queda el fondo de inversión israelí Quantum Pacific, (32%), cuyo representante en el consejo, Antoine Bonnier, no figura en el órgano de gobierno del nuevo vehículo inversor.
Fuentes del sector indican que la operación pretende crear un vehículo a través del que los dos grandes accionistas españoles canalicen a partir de ahora su participación en el vigente campeón de LaLiga Santander. Gil Marín continúa siendo el mayor accionista del Atleti, con un 46,68% del capital, mientras que Cerezo pasó a ser el tercer socio de referencia, con un 15,21%, tras las últimas ampliaciones de capital.
Es decir, que en conjunto suman un 61,89% de los títulos, si bien para mantener esa representatividad deberían aportar 84,7 millones en el caso del consejero delegado y 27,6 millones de euros en el caso del presidente. Fuentes de la entidad no han realizado comentarios y se desconoce si su intención es acudir a la ampliación o diluirse parcialmente.
De este modo, queda descarta la opción de que la nueva mercantil se convierta en la hólding a través de la que los actuales dueños de Atleti canalicen su inversión en el conjunto español y el resto de franquicias internacionales que hoy cuelgan de él directamente. Es una fórmula similar a la utilizada por el Manchester City, que a efectos de control económico y fair play de la Uefa le ha permitido que las pérdidas de sus incipientes proyectos en los cinco continentes no penalicen la cuenta de resultados del campeón de la Premier League.
En este sentido, no hay que olvidar que el club rojiblanco cerró 2019-2020 con unas pérdidas de 1,78 millones de euros, que son atribuibles a los números rojos de sus franquicias en México y Canadá, como ya adelantó 2Playbook. De no ser por este plan internacional, el beneficio habría sido de 11,1 millones a pesar del impacto de la Covid-19 en el negocio.
Las cuentas señalan que el Club Atlético de San Luis de México es el que más números rojos generó, con 10,87 millones por la suspensión de la competición en marzo de 2020. El Atlético Ottawa, con el que debutó en el fútbol canadiense, perdió 204.078 euros, mientras que la mercantil que en su día se creó para pilotar estas inversiones, Atlético de Madrid International Holding, perdió 2,41 millones.
Otra de las losas de los últimos años, y que la mencionada ampliación de capital suavizaría, es la de los costes financieros, que en 2019-2020 se dispararon hasta 33,79 millones de euros. La razón no es otra que el aumento de la deuda neta, que fue del 16% y escaló hasta los 590 millones de euros.
De cara a 2020-2021, el club necesitaba generar 67 millones de euros adicionales con la venta de futbolistas para esquivar las pérdidas, tras los 60 millones que ya se aseguró con la venta de Thomas y la cesión de Morata. Eso sí, también necesitaba aplicar una rebaja salarial del 13% cuando aún aspiraba a que sería posible obtener 15,7 millones por socios y abonados.
El club no ha precisado cuál será finalmente el cierre del curso, pero en el anuncio de la ampliación de capital argumenta que la inyección de recursos es necesaria para “mitigar los efectos económicos adversos causados por la pandemia en los ingresos del club durante esta temporada, así como reducir el nivel de endeudamiento motivado tanto por la inversión en el nuevo estadio como por la adquisición de jugadores para mantener el nivel de competitividad del primer equipo”.