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Movistar Estudiantes salva las cuentas de 2020-2021 con el cobro de 1,9 millones por su plaza ACB

El club de baloncesto cerró la temporada con un beneficio neto de 649.822 euros y unos ingresos de 4,2 millones de euros, apenas un 2,7% menos que en 2019-2020. El resultado se salvó gracias a la obligación de ACB de recomprar su plaza tras descender.

Movistar Estudiantes. Fotografía de FEB

Movistar Estudiantes cierra en positivo la temporada 2020-2021 gracias, paradójicamente, al descenso. El club colegial consiguió un beneficio neto de 649.822 euros, que no se habría generado de no ser por el fondo de garantía de la ACB para los clubes que bajan a LEB Oro. Ese derecho, que es el que permite participar en Liga Endesa, supuso un ingreso extraordinario de 1,95 millones de euros, según las cuentas anuales a las que ha accedido 2Playbook.

Pese a que el club ya se ha apuntado antes de tiempo ese ingreso, lo cierto es que no lo recibirá de golpe, sino en pagos de unos 490.000 euros fraccionados en cuatro años. Este fondo no es una ayuda directa al descenso, como sucede en LaLiga, puesto que un club que asciende debe realizar este mismo pago, con la posibilidad de fraccionarlo también en cuatro ejercicios. En el caso de equipos ascensor como Acunsa Gipuzkoa, la dinámica habitual es reservar estos fondos para volver a abonarlo la temporada siguiente, una situación en la que podría verse el propio Estu si logra el ascenso.

De no haber contado con este ingreso extraordinario, las pérdidas hubieran superado el medio millón de euros en un ejercicio marcado por la caída de ingresos y un aumento del gasto en plantilla pese al adverso contexto económico. Su resultado de explotación en 2020-2021 fue negativo en 573.668 euros, y la temporada anterior los números rojos se situaron en 740.666 euros. La entidad madrileña lleva en pérdidas, al menos, desde 2013-2014.

El ingreso por el valor de la plaza ACB es especialmente significativo para el club. Aunque al Estu le corresponderían 371.623 euros de las ayudas del Consejo Superior de Deportes (CSD) a los clubes ACB, la entidad no podrá recibirlas si no subsana primero su deuda con Hacienda. La entidad aún debe 5,3 millones de euros a la Agencia Tributaria y, aunque su presidente, Fernando Galindo, reconoció en verano que trabajaba para negociar un nuevo calendario de pagos, en la memoria anual no figura ningún acuerdo.

 

Pese a la ausencia de público en las gradas, los ingresos de Movistar Estudiantes apenas cayeron un 2,7% en 2020-2021, hasta 4,2 millones de euros. “A pesar de la subida de los ingresos por patrocinio, la cifra de negocio ha disminuido por la realización de partidos a puerta cerrada, reduciendo los ingresos por taquilla y abonos a cifras muy pequeñas”, lamenta en la memoria de sus últimas cuentas.

La recaudación por abonados pasaron de 850.869 euros en 2019-2020 a apenas 100.996 euros en 2020-2021. Los ingresos derivados del reparto de la ACB a los clubes también aumentaron ligeramente, hasta 485.000 euros, mientras que el principal salto llegó de la mano del patrocinio. Los socios comerciales elevaron su aportación un 16,7% interanual, hasta 3,5 millones de euros, de los que en torno a un tercio los aporta Telefónica como title sponsor.

El club, de hecho, ha logrado fidelizar a sus principales socios pese al descenso, como HSN, y firmar a nuevos socios como Puma. Otros, como TD Systems, no solo han renovado, sino que además han extendido su rol para tener presencia en el equipo femenino, que esta temporada disputa competición europea.

En cuanto a los gastos, los salarios se comen más de tres millones de euros, casi 400.000 euros más que la temporada anterior pese a que ya se podía anticipar que los ingresos serían menores por la duración de la pandemia. De estos, 2,3 millones de euros corresponden a la plantilla deportiva, un 24,3% más que en 2019-2020. Una de las razones principales se encuentra en que el club llegó a utilizar a más de veinte jugadores y dos entrenadores para intentar revertir el rumbo deportivo del equipo.

El club, por otro lado, ha aprovechado el descenso de categoría para aligerar su estructura de personal. Como parte de esa reorganización, desde esta temporada el área general y la deportiva están separadas por primera vez. La gestión sigue en manos de José Asensio, mientras que la parcela deportiva ha recaído en manos de uno de los emblemas del club como jugador, Pancho Jasen, que debuta en el cargo con un equipo propio.

A falta de confirmar la cifra exacta del presupuesto del Movistar Estudiantes en LEB, sí se sabe que es el más alto de la categoría. De entrada, cuenta con el apoyo de sus principales accionistas, que en 2020 aportaron 1,04 millones de euros a través de una ampliación de capital con la que inicialmente aspiraban a conseguir 1,21 millones. Aun así, su patrimonio neto continúa siendo negativo, en 5,34 millones de euros, debido a las pérdidas acumuladas de ejercicios anteriores y a los retrasos de ingresos previstos en el plan de viabilidad aprobado en 2011, que “ha afectado de forma muy significativa a la tesorería de la sociedad y al fondo de maniobra”.

El principal acreedor de Movistar Estudiantes es Hacienda, con la que tiene 5,3 millones de euros pendientes de pago. De este importe, 2,7 millones es deuda concursal a corto plazo con la Administración, y 2,6 millones son a largo. Además, la entidad tiene una deuda tributaria corriente, por el pago del IVA, el Irpf y otros organismos de la Seguridad Social por 1,9 millones de euros a corto plazo.  Teniendo en cuenta otras deudas con acreedores y personal, los compromisos pendientes de pago a corto y largo ascienden a 9,8 millones de euros. 

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