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El precio de la presidencia del Barça: hasta 119 millones de aval libres de Covid-19

Los candidatos, entre los que se destacan Víctor Font y Toni Freixa y a los que se podría unir Jordi Roche, ya saben que deberán acreditar un importante patrimonio para optar al cargo. El CSD les liberará de responder de las pérdidas de 2020-2021.

fc barcelona barça camp nou

Marc Menchén / Jabier Izquierdo

Preparados, listos… y conocidos. La carrera a la presidencia del FC Barcelona, prevista inicialmente para la próxima primavera, se ha adelantado en este incierto 2020, que obliga a cambiar los planes cada cuarto de hora. Ya no vale con tener un plan A, se necesitan como mínimo un plan B y un C. Pero en todos los escenarios hay una cifra que no cambia, la de los avales. Un 15% del presupuesto de gasto, que si se alcanza el break even este año equivaldrá a presentar unas garantías de 118,7 millones de euros, aunque, tomando como referencia 2019-2020, la cifra final será de 143,2 millones.

Este es el importe que los aspirantes a relevar al dimitido Josep Maria Bartomeu deberán depositar como avales personales para poder asumir la presidencia, un patrimonio que pueden acreditar en solitario o mancomunadamente con todos aquellos que formen parte de la junta directiva vencedora. Sólo se salvará, muy probablemente, el candidato que pueda surgir del actual órgano rector, aunque Jordi Cardoner se ha borrado de la terna y sólo suena con insistencia Xavier Vilajoana.

Es algo que ya saben los precandidatos que ya se han inscrito a esta carrera corta y explosiva que arrancó con el voto de censura, como son Víctor Font, Toni Freixa, Agustí Benedito, Jordi Farré y Lluís Fernández Alá. Y se espera que Jordi Roche, expresidente de la Federación Catalana de Fútbol (FCF) y del Girona FC, también acabe dando el paso, apoyado entre bambalinas por el expresidente Sandro Rosell y el empresario Víctor Grifols, según explican fuentes conocedoras de las negociaciones. Joan Laporta y Emili Rousaud, por su parte, aún no han anunciado públicamente sus intenciones.

A todos ellos sí les beneficia una decisión que el Consejo Superior de Deportes (CSD) espera aprobar en noviembre: las juntas directivas no deberán avalar las pérdidas que puedan acreditarse que son consecuencia de la Covid-19 y no de una mala gestión. Este es un aspecto importante para los potenciales presidencibales, pues los números rojos con los que pueda cerrarse 2020-2021 podrían atribuirse a la pandemia.

No es un aspecto menor, pues la Justicia ya dejó claro en su día que las pérdidas de un ejercicio pueden computarse a la junta directiva que haya cerrado el ejercicio, aunque sólo sean diez días de gestión, como le sucedió a Joan Laporta en 2003. Ahora, en cambio, el presidente que salga de los próximos comicios, cuando sean, podría ampararse en el cambio legal que prepara el CSD.

Los candidatos a presidir el Barça deben avalar un mínimo de 118 millones de euros, excepto un posible candidato continuista

“Todas las insinuaciones sobre avales son falsas y con intereses políticos y electorales”, sostuvo ayer Bartomeu tras anunciar la dimisión de la junta directiva en bloque. Se refería a los mensajes sobre que el único interés por no avanzar los comicios hasta marzo respondían a una necesidad de controlar la gestión para evitar que su equipo de trabajo pudiera verse perjudicado posteriormente. Cuando la realidad es que la medida del CSD les protegía a ellos, y a los que vengan.

Ahora, será la comisión gestora la que deberá asegurar que en las elecciones, que como máximo deben ser en tres meses, haya una imagen clara de la realidad económica. Para ello, es esencial llegar a la cita con la rebaja salarial definida, y no es una cuestión menor, pues la viabilidad del club en 2020-2021 pasa por un ajuste de hasta 165 millones de euros respecto al gasto con que se cerró 2019-2020. El club confía en que sólo sean 156 millones, tras revisar al alza la previsión de ingresos para este curso.

“Hoy, sin embargo, nos vemos en la obligación de dimitir. Y lo tenemos que hacer sin haber completado medidas económicas en curso para reducir nuestros gastos inmediatos y para seguir garantizando el crecimiento de nuestros ingresos. Espero que los próximos días se pueda cerrar la implementación de una medida, la de la adecuación salarial de una parte de la plantilla y de nuestros trabajadores. Una medida que si no se aplica, puede tener consecuencias muy graves en el futuro inmediato del Club. Confío y confiamos toda la Junta Directiva que la Comisión Gestora pueda acabar este proceso, y ojalá sea con un acuerdo de todas las partes”, sostuvo ayer Bartomeu.

La mesa negociadora para acordar el paquete de medidas se ha constituido, incluyendo a los jugadores profesionales, que están enfrentados a la junta porque consideran que su negociación debería ser específica. Por el momento, el club ha sellado Piqué, Ter Stegen, Lenglet y De Jong, a los que ha ampliado la duración de sus contratos a cambio de renunciar a entre un 30% y un 50% de su nómina este año. Dicho de otro modo, se están trasladando los compromisos a la futura junta directiva, al frente de la cuál estará uno de los siguientes empresarios, a la espera de nuevos anuncios. Al respecto, Bartomeu se despidió del club confiando en que “en las próximas semanas se pueda aplicar la adecuación de los salarios, porque, si no se aplica, podría terminar generando graves problemas al club”.

Quién es quién en la carrera electoral

En este escenario, cinco personas han dado un paso adelante. La mayoría de ellos, viejos conocidos del Barça. Uno de los que lleva promoviendo su precandidatura en público es Víctor Font. El empresario de 48 años, nacido en Granollers (Barcelona), anunció su proyecto en el verano de 2018 con el lema Sí al futur. Ya barajó su opción de presentarse a las elecciones de 2015.

Accionista fundador del diario Ara, el empresario es socio, cofundador y director general de Delta Partners, consultoría internacional de las telecomunicaciones. Por trabajo, residió durante varios años en Dubai, y ahora, de vuelta a Barcelona, tiene como baza electoral traer a la leyenda barcelonista Xavi Hernández, actualmente entrenando en Qatar. Anoche, tras la dimisión de Bartomeu, aseguró que “ahora el Barça necesita un rescate: tenemos las ideas, el equipo y el impulso para reconstruir el club”.

De la quinta de precandidatos anunciados, Toni Freixa es, probablemente, el que más espacio ocupa semanalmente en los medios de comunicación. Este abogado barcelonés de 52 años es un habitual en programas de radio nacionales y asiduo a comentar la actualidad culé en su perfil de Twitter. En el plano más institucional, fue portavoz y secretario de la junta del Barça durante cinco años, tanto en la etapa de Sandro Rosell como en la del actual presidente Bartomeu, con el que rompió en 2014 para enfrentarse a él meses más tarde en las elecciones de 2015. Obtuvo el 3,7% de los votos en los comicios, quedando por detrás de Bartomeu, Joan Laporta y Agustí Benedito. Tras la salida de la junta, Freixa tuiteó: “Ahora toca mirar hacia delante para seguir trabajando, todos juntos, por el mejor club del mundo”.

Benedito es un fijo en los comicios a la presidencia del Barça. El empresario catalán, de 56 años, ya intentó el asalto a la presidencia azulgrana en 2010 y repitió en 2015, sin suerte en ambos casos. También fue protagonista en 2017 con un intento fallido de realizar un voto de censura a Bartomeu. Aunque nunca parte como favorito, puede ser relevante en las postelecciones si obtiene los mismos resultados que en comicios anteriores.

El promotor del voto de censura que ha acabado con la dimisión de Bartomeu tiene nombre y apellido, Jordi Farré. A su iniciativa se le sumaron después Font y Lluís Fernàndez Alà. Farré y Fernàndez Alà intentarán estrenarse como candidatos a la presidencia culé, aupados por la fuerza del voto de censura que impulsaron contra la actual directiva. Farré celebraba anoche que “se haya impuesto la cordura”.

Farré, ingeniero de 45 años y natural de L’Hospitalet, estuvo cerca de lograr ser candidato en 2015 -le faltaron 500 firmas para superar el corte-, mientras que el consultor barcelonés Fernàndez Alà, de 53 años, es, de momento, el candidato más desconocido, tras presentar su candidatura en mayo. Fue candidato a la alcaldía de Sant Cugat del Vallès por Demòcrates per Catalunya.

Víctor Font, que trabaja su candidatura desde 2015, sostiene que “ahora el Barça necesita un rescate”

En los cajones de salida: Laporta, Rousaud, Vilajoana…

En las últimas semanas, son muchos los nombres que están circulando en el entorno culé como presidenciables. El expresidente Joan Laporta, que ya intentó volver al trono culé en 2015, está ultimando el anuncio de su candidatura. Tras el anuncio de Bartomeu de la dimisión en bloque de su junta, afirmó en redes sociales que “por fin se abren los caminos para rehacer el Barça”. El abogado barcelonés de 58 años podría enfrentarse en las elecciones a Emili Rousaud y Xavier Vilajoana.

El primero de ellos, exvicepresidente del Barça, estaría barajando presentarse a las elecciones. Fundador y consejero delegado de Factor Energía, el empresario barcelonés de 54 años tuvo el pasado abril una salida complicada de la junta, a la que acusó de gestión deshonesta con el Barçagate: “Alguien metió la mano en la caja”

Rousaud coincidió en la junta con Xavier Vilajoana. El hasta ahora directivo del Barça, responsable del equipo femenino, Barça B y fútbol formativo, podría presentarse, aunque ha asegurado que no lideraría “una candidatura continuista”.

En la sombra, dos nombres más: Jordi Roche y Juan Rosell. Poco se ha sabido de estos dos ejecutivos, de diferente perfil, pero con gran influencia en el deporte. Roche fue presidente del Girona CF entre 2001 y 2005, antes de presidir la Federación Catalana de Fútbol (FCF) entre 2005 y 2008. Ahor, con 45 años, podría lanzarse a las elecciones. Por su parte, Rosell es harto conocido en el lobby empresarial español. Fue ocho años presidente de la patronal nacional de empresarios, la Ceoe (2010-2018), así como de Fomento del Trabajo Nacional (1995-2011), su homóloga catalana. Su gran baza electoral será, lógicamente, reflotar el área económica del club, más si cabe ahora que se está viendo notablemente afectada por la crisis del coronavirus.

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