El Sevilla FC continúa evidenciando que una fortaleza puede convertirse rápidamente en una debilidad. El club, que cimentó su crecimiento a base comprar y vender jugadores, saldrá de la pandemia con unas pérdidas acumuladas de 65 millones de euros. La entidad presidida por Pepe Castro logró recortar los números rojos en un 40% durante 2021-2022, pasando de 41,37 millones a 24,82 millones de euros en negativo. Y eso que las plusvalías por traspasos se dispararon, hasta 43 millones, aunque no lo suficiente como para volver a los niveles previos a la Covid. De ahí que para 2022-2023 se haya previsto el primer ajuste de la masa salarial en los últimos tres años, según se desprende de las cuentas analizadas por 2Playbook.
La cifra de negocio del Sevilla FC mejoró un 9% en 2021-2022, hasta 186,14 millones, y la previsión de la dirección es que esta temporada ya se ronden los 197 millones de euros. Por el contrario, los costes asociados a plantilla deportiva se recortarán un 10%, pasando de 192,88 millones -el importe más alto de su historia- a 173 millones de euros, siempre y cuando no haya un giro drástico de planes en el mercado de invierno.
El club de LaLiga no tiene mucho margen de maniobra, pues en la memoria anual ya admite que la venta de Jules Koundé a finales de agosto es lo que permite presentar una proyección de equilibrio presupuestario en 2022-2023. A futuro, su propósito es “consolidar el incremento de sus ingresos deportivos y comerciales y reducir el coste de plantilla deportiva inscribible”.
El club aspira a rozar los 200 millones de euros de cifra de negocio y recortar en un 10% los gastos en plantilla deportiva en 2022-2023
Por el momento, la recaudación por socios y abonados ya está muy cerca de recuperar los niveles previos a la crisis, con 13,4 millones en 2021-2022. Los ingresos por competiciones, que incluyen taquilla, amistosos y pagos de Uefa, se recortaron un 18%, hasta 58,1 millones, tras caer en la fase de grupos de la Champions League. Sí mejoró, un 7%, su factura por derechos de televisión de LaLiga, hasta 88,75 millones. El área comercial, por su parte, generó un 50% más y batió su récord histórico con 25,9 millones en el último año de Naga y Nike como patrocinadores principales.
En cuanto al gasto, el pago de salarios deportivos se incrementó un 19%, hasta 137,6 millones de euros, el importe más alto destinado a este fin en su historia. Por el contrario, el año pasado ya se empezó a percibir ese giro a la política deportiva con menos gasto en fichajes, que se tradujo en un recorte del 13% a las amortizaciones por fichajes, hasta 55,3 millones.
En cuanto al personal no deportivo, la factura ascendió a 20 millones de euros, un 13% más interanual. Los aprovisionamientos bajaron un 1%, hasta 6,87 millones, mientras que el resto de los gastos de explotación se incrementaron un 25% por la recuperación de la operativa corriente en día de partido, lo que consumió 30,73 millones.
Pese a los desequilibrios presupuestarios provocados por el hundimiento del mercado de traspasos, las ganancias acumuladas antes de la pandemia han permitido absorber el golpe. El Sevilla FC cerró 2021-2022 con un patrimonio neto de 31,6 millones de euros y una deuda neta de 68,15 millones, un 23% inferior.
El Sevilla cerró 2021-2022 con un patrimonio neto de 31,6 millones y una deuda neta de 68,1 millones
La razón es que mejoró la posición de liquidez gracias a la entrada de los fondos de CVC, así como un mejor balance entre deudores y acreedores por fichajes. Los compromisos con entidades subieron un 16%, hasta 95,9 millones, si bien ahí ya se incluyen 49,52 millones procedentes del plan LaLiga Impulso; de lo contrario, el recorte hubiera sido de casi el 50%. Por el contrario, el dinero pendiente de cobro por traspasos se disparó un 67%, hasta 59,74 millones. La deuda con entidades de crédito se mantuvo ligeramente por debajo de los 50 millones.