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El Sevilla FC proyecta un nuevo Sánchez Pizjuán polivalente para facturar 300 millones en 2025

El club trabaja junto a la consultora internacional Legends para enfocar “un estadio para los próximos 50 años” en el mismo espacio que ocupa el actual. Además, sondea crear un hólding de clubes internacionales y confirma a Castore como relevo de Nike.

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Marc Menchén / Jabier Izquierdo

El Sevilla FC se pone a 300. El club hispalense proyecta la construcción desde cero de un nuevo Ramón Sánchez Pizjuán que esté abierto los 365 días del año y que sea la palanca definitiva para que la entidad pueda alcanzar una facturación de 300 millones de euros en un plazo de tres a cinco años, según avanza José María Del Nido Carrasco, vicepresidente primero del club, a 2Playbook. De lograrlo, supondría aumentar el tamaño de la entidad en un 50% respecto a la media de los últimos años.

“En el ránking Uefa somos los undécimos, y a nivel marca estamos en la posición número 23”, recuerda el ejecutivo, parte importante de un consejo de administración que decidió hace unos meses fichar a Jorge Paradela, alto ejecutivo de Heineken en Europa, para que lidere el reto de “entrar en el top-15 de valor de marca” durante el próximo lustro. Y eso también pasa por mayor negocio comercial y menos dependencia de la compraventa de futbolistas.

El nuevo director de negocio del club tiene ante sí varias vías para hacer crecer el club, pero el estadio sevillista será uno de los más importantes. Una infraestructura que tendrá un coste aproxima de 200 millones de euros, que tardará en construirse entre dos y tres años, y para el cuál, el Sevilla se ha puesto en manos de Legends, consultora internacional con experiencia en grandes recintos y socio, entre otros, del Real Madrid.

Por ahora, el proyecto se encuentra en una primera fase de exploración de qué perfil de estadio sería el mejor para la entidad. Un campo “para los próximos 50 años”, hecho a medida de las necesidades sevillistas. A la espera de conocer las claves del proyecto que le presentará próximamente la consultora, el Sevilla sí tiene claro que quiere construir el campo en el mismo espacio que ocupa actualmente.

La decisión no está tomada, aunque el vicepresidente admite que derruir el actual complejo para levantar uno nuevo es la opción mejor situada. Otras dos opciones que tenía el club era la marcha del equipo a otro estadio, como La Cartuja, o la construcción de un nuevo recinto en otra zona de Sevilla. Sin embargo, el vicepresidente lo tiene claro: “No lo valoramos”.

Así las cosas, la posibilidad de levantar un tercer anillo para alcanzar una capacidad de 60.000 espectadores se erigió como posible justo antes de la llegada de la Covid-19. Sin embargo, esta obra traería “muchos problemas con la estructura y con el vecindario. Aumentar la altura provocaría más ruidos, porque habría más aficionados, que tuviera más sombras los bloques de edificios de los alrededores…”, argumenta Del Nido Carrasco.

Por eso, la intención de la junta directiva es ganarle terreno al propio césped. ¿Cómo? Hundiendo el campo. Es decir: el primer anillo actual sería el segundo; y el segundo, el tercero. Así lograría aumentar el aforo la casa del club hispalense.

Aunque la entidad está a la espera de concretar con Legends los detalles, la ambición del Sevilla antes de la pandemia era poder contar con un estadio para 60.000 espectadores. El club cuenta con 40.000 socios con derecho a asiento y sólo 44.000 butacas.

Este hecho merma el potencial crecimiento de su negocio relacionado con el ticketing y el matchday, que aportaban en torno a 14 millones de euros antes de la pandemia. En la remodelación de la ciudad deportiva y el estadio, el club proyectó inversiones por valor de 25 millones de euros en 2019. Cabe recordar que la final de la Europa League de esta temporada se jugará en el Sánchez Pizjuán.

El nuevo Sánchez Pizjuán tendrá un coste aproximado de 200 millones de euros

La casa del Sevilla continuará formando parte del barrio del Nervión, si bien, durante las obras “lo lógico sería trasladarnos temporalmente a La Cartuja”, reconoce Del Nido Carrasco. Sin embargo, la entidad no ha comenzado todavía ninguna negociación al respecto con la Junta de Andalucía, propietaria del recinto.

Con los nuevos ingresos del Sánchez Pizjuán, el club cree que “redundaría en que se vuelva a invertir en buenos jugadores, tener buen equipo, más posibilidades de clasificarte para la Champions, más patrocinios… Es todo un círculo con la idea de no depender tanto de los ingresos deportivos”. “Queremos que sea una unidad de negocio propia que no se centrara sólo en la venta de entradas, merchandising y bares del campo. Nos gustaría tener una oferta más global”, apunta el dirigente.

La otra gran tarea del Sevilla de esta década es poder rebajar la dependencia de las ventas y los puestos europeos. Al respecto, además del matchday y el estadio, el área de marketing también ha de ser una locomotora de este crecimiento sevillista. Actualmente, los ingresos asociados a marketing suponen entre un 20% y un 22% de los ingresos totales del club, con una media próxima a los 20 millones de euros anuales antes de la pandemia.

El objetivo para este lustro es que crezca hasta ocupar el 30% de los ingresos del club, según el vicepresidente. En este aspecto, la firma de Naga como main sponsor es un ejemplo, aunque dará un mayor salto la próxima temporada con la entrada de Castore como patrocinador técnico, tal y como avanzó 2Playbook. Del Nido Carrasco confirma la alianza con la marca británica, que debuta en LaLiga y dará el relevo a Nike.

Por otro lado, está la ciudad deportiva, que “ya comenzamos a ejecutar con la construcción del Estadio Jesús Navas”. Ahora la entidad está levantando el edificio del primer equipo. “Vamos a bunkerizarlo, con tres campos de fútbol, edificio exclusivo con servicios médicos y 40 habitaciones para descansar y hacer allí las concentraciones…”, apunta el directivo. La inversión prevista para este proyecto se cifró en 10 millones de euros.

 

Plan de internacionalización: China, Estados Unidos, México…

Otro de los puntales del Sevilla del futuro será su internacionalización. Para ello se completó la renovación de la identidad de marca del club en 2020, con el objetivo de atacar el mercado internacional con una coherencia que va desde tipografías a discursos y diseños.

Los cuatro mercados estratégicos que quiere atacar el club son India, Estados Unidos, China y México. Cuatro grandes países que aportarán posibilidades de negocio al club. “Creo que lo ideal sería un mix: tener clubes como el Bengaluru (India), a los que asesorar, y también poder tener una cadena de clubes en otros países para que, en función del nivel del jugador, pueda tener un desarrollo e ir creando valor y buenos futbolistas que no serían capaces de jugar hoy en Sevilla, pero sí dentro de tres años con un proyecto diseñado por ese entorno de clubes. Esta es una de las cosas que tenemos en la cabeza”, avanza Del Nido Carrasco.

 

Vuelta al ‘break even’ en 2021-2022

El Sevilla FC buscará esta temporada volver al break even tras perder 41,4 millones de euros en 2020-2021 a causa del pinchazo en traspasos. El club hispalense logró una mayor cifra de negocio pese a la ausencia de ingresos por abonados, con un total de 170,1 millones, un 18% más, pero rechazó desprenderse de algunos de sus mejores futbolistas para equilibrar las cuentas, pensando en mantener la competitividad sobre el césped.

La deuda neta se dobló, hasta alcanzar los 88,26 millones. Y mantener una plantilla competitiva tuvo un alto coste: la plantilla deportiva inscribible debía rebajarse drásticamente, hasta 125 millones, y finalmente subió incluso respecto a 2019-2020, hasta 178,9 millones de euros entre salarios (115,4 millones) y amortizaciones de fichajes (63,5 millones).

Para 2021-2022, la entidad aspira a genera una cifra de negocio de 208,5 millones, un 29% más, con el empuje de la vuelta del público al estadio, para aportar 13,2 millones de euros, así como con la participación en la Champions League, con la que el club espera facturar 83 millones, y sumar 92 millones de euros por audiovisual, un 12% más interanual.

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