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ACB: un año para recuperar los 30 millones en ‘ticketing’ tras el rescate ‘in extremis’ de 2020-2021

La Asociación de Clubes de Baloncesto logró cerrar 2019-2020 con cifras récord de ingresos. A falta de conocer el impacto la temporada pasada, la recuperación aún no se atisba este curso, que arrancará con aforo limitado y pendientes del rescate del CSD.

balon acb 20 21

La ACB se prepara para iniciar su segunda temporada en pandemia, esta vez con 18 equipos de nuevo. La recuperación aún no se atisba en 2021-2022. ¿El motivo? Para gran parte de los clubes de la liga el ticketing aporta un tercio o más de sus ingresos. El rescate de ocho millones de euros concedido por el CSD no cubre el negocio perdido y la nueva campaña arrancará con un aforo del 40% y con la vista en aumentarlo al 60% a partir del 30 de septiembre, cuando concluye el acuerdo del Consejo Interterritorial.

La Asociación de Clubes de Baloncesto no ha presentado las previsiones económicas para esta temporada. Tampoco se conoce aún cómo afectó la Covid-19 a los ingresos de la gestora de la competición en 2020-2021. Eso sí, pese al parón en 2019-2020 y finalizar la temporada en formato burbuja, la competición logró su mayor cifra de ingresos de la historia con 30,5 millones de euros.

El reto está en volver a superar los 30 millones en facturación apoyados por sus principales patrocinadores, Endesa y Movistar. De hecho, el verano ha sido momento de renovaciones y dar entrada a nuevos socios comerciales para reforzar su negocio. La ACB aseguró a Endesa como title sponsor hasta 2024, ha dado entrada a Toyota para sustituir a KIA y también extendió el contrato de Spalding después de que la marca cambiara de distribuidor en Europa.

En cuanto a Movistar+, su contrato está garantizado hasta 2023 e incluye también aportación en concepto de patrocinio. El negocio audiovisual de la ACB registró unos ingresos de 11,6 millones de euros en 2019-2020, según las últimas cuentas disponibles. Supone un tercio del total, y asciende a 13,11 millones sumando los derechos en el extranjero. Es la línea de negocio más importante, por encima del patrocinio, que aportó 12,4 millones.

 

Con los derechos televisivos y de patrocinio asegurados, el gran reto pasa por los aforos. La Supercopa se pudo disputar con el pabellón de Tenerife al 50%, y la temporada arrancará con los recintos a una capacidad del 40%, salvo que el Gobierno lo amplíe en los próximos días. Los principales damnificados serán los clubes, para los que el primer rescate del CSD solo podrá mitigar parcialmente las pérdidas provocadas por la Covid-19.Los ocho millones se distribuirán a partir del impacto económico que cada club demuestre que ha tenido la pandemia en su cuenta de resultados. Clubes como Bilbao Basket o Gipuzkoa Basket, que cerraron el ejercicio con 235.000 euros y 300.000 euros en pérdidas, respectivamente, podrían compensar este golpe gracias a las ayudas. Para otros como Burgos, el más dependiente de la taquilla, el agujero ascendió a dos millones de euros.

A la incógnita de los ingresos por ticketing se suma la pérdida de patrocinadores, algunos de los cuales explotaban el naming de los clubes. Gran Canaria ha perdido a Herbalife, Baskonia a TD Systems, Bilbao Basket a Retabet, Urbas rompió unilateralmente con Fuenlabrada, Burgos busca otro socio que complemente o sustituya a Hereda y San Pablo y Joventut aún no ha encontrado socio principal.

Se trata de una situación coyuntural, ya que hasta 2020-2021 los patrocinadores gozaban de la mayor estabilidad en la historia reciente. De hecho, tanto Bilbao como Baskonia tienen atados nuevos socios para explotar el naming, si bien no se han hecho públicos, y el resto sigue en el mercado para tratar de alcanzar acuerdos una vez empezada la temporada. Otros, como Manresa, lograron extender el suyo con Baxi no por un año, como era habitual, sino por tres temporadas, mientras que Tenerife cambió a mitad de 2020-2021 a Iberostar por Lenovo, también a medio plazo.

Es un síntoma más del interés que aún tiene la ACB entre las marcas, y también a nivel internacional. La ACB ha logrado cerrar nuevos acuerdos en mercados estratégicos como China o Estados Unidos con nuevas plataformas como FuboTV o Bilibili. El reto, como en España, es posicionarse ante un consumidor más joven, utilizando como palanca las redes sociales y buscando nuevos canales de visibilidad.

La mayor complejidad estará a la hora de confeccionar los presupuestos. Los clubes aún trabajan para encontrar fórmulas de compensar a los abonados renunciando a más ingresos por taquilla en 2021-2022. Las campañas de renovación no han empezado hasta conocer las directrices de Sanidad, una tarea que ha complicado aún más captar a un aficionado al que se había fidelizado durante los últimos años.

 

 

Una liga aún marcada por Madrid y Barça

A falta de conocer la evolución del negocio agregado de todos los clubes en 2020-2021, este se situó en 120,4 millones de euros la temporada anterior. El tiempo que la Covid-19 paró la competición se comió un 5,4% del negocio de los equipos de la ACB en apenas unos meses.

Las pérdidas se situaron en 73,2 millones de euros, el cuarto peor resultado de su historia. Ahora bien, Real Madrid y FC Barcelona copan el 75% de las mismas y apenas generan el 18% de los ingresos totales. Este desequilibrio es una de las grandes líneas a corregir a medio plazo para elevar la competitividad de la liga.

De hecho, cada vez más voces se posicionan a favor de un control económico que emule al de LaLiga. El trabajo en materia de sostenibilidad financiera será uno de los caballos de batalla en los próximos años, pero no en 2021-2022, cuando la liga aún tiene que resolver los acuciantes frentes que aún mantiene abiertos la pandemia. 

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