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La Covid se come un 5,4% del negocio de los clubes ACB y eleva a 73 millones el agujero de 2019-2020

Los 18 equipos que compitieron en Liga Endesa durante la temporada en que estalló la pandemia sumaron 120,4 millones en ingresos. Los gastos se mantuvieron estables y subió el gasto en plantilla, empeorando las pérdidas anuales que asumen los accionistas.

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El baloncesto español pone negro sobre blanco el impacto de la Covid-19. La pandemia se llevó por delante un 5,4% del negocio de los clubes ACB en 2019-2020, situándolo en 120,4 millones de euros y por debajo de un año, el anterior, en el que los equipos habían generado unos ingresos agregados récord. Pese a ello, el poco margen de maniobra que dejó el confinamiento decretado en marzo provocó que el déficit que cada año asumen clubes e inversores volviera a subir. En total, las pérdidas del último ejercicio auditado ascendieron a 73,2 millones.

El principal golpe lo asestó la organización de partidos a puerta cerrada, que supuso que el negocio total cayera en siete millones de euros respecto a 2018-2019. Los ingresos por televisión y publicidad resistieron, pero el ticketing cedió un 8,8%, hasta 29,6 millones de euros, según un informe económico elaborado por el Consejo Superior de Deportes (CSD) al que ha podido acceder 2Playbook.

Sólo por la venta de entradas y abonos se dejó de facturar cerca de tres millones de euros en 2019-2020. La Covid-19 llegó en una temporada en que la ACB iba camino a recuperar sus mejores cifras de asistencia a los pabellones, pero a partir de mediados de marzo, con la suspensión temporal del torneo por fuerza mayor, las gradas se vaciaron y ni siquiera en la fase final de Valencia se pudieron reabrir parcialmente al público.

De hecho, ha sido con los play-offs ya iniciados en 2021 cuando los fans han podido volver a los pabellones con aforo limitado a 1.000 asistentes. Es decir, se espera que el golpe de la pandemia en el negocio de la taquilla sea mayor en 2020-2021, pues toda la fase regular se ha jugado sin público en las gradas, mientras que en 2019-2020 se pudo disputar con aforo completo la mitad de la temporada.

El gran aliado fue la televisión, cuyo negocio aumentó un 29% interanual y alcanzó máximos históricos con 12,9 millones de euros, en los que se incluyen los ingresos audiovisuales de la ACB, que mejoraron, y los de las competiciones europeas como la Euroliga y la Eurocup, cuyas temporadas se suspendieron por la pandemia.

Los ingresos por patrocinio también mejoraron, aunque sólo lo hicieron un 1,2% debido a la Covid-19. Cabe recordar que la fase final de la ACB sólo la disputaron 12 equipos; el resto, en algunos casos, perdió apoyos de patrocinadores o tuvo que renegociar los acuerdos. Con todo, el negocio comercial mejoró hasta 51,1 millones de euros, máximo histórico. La nota negativa es que se ralentizó el ritmo de crecimiento de esta vía de ingresos, que mejoró un 15,2% hace dos temporadas y un 6,2% interanual en la campaña anterior.

En total, los 18 clubes de la ACB generaron unos ingresos de 120,4 millones de euros en 2019-2020, un 5,4% menos que en el año anterior. Eso sí, el negocio ordinario y por la venta de jugadores en el año del estallido de la crisis sanitaria superó el importe generado en 2017-2018 y en años anteriores. De hecho, incluso en año de pandemia, los clubes generaron más negocio que en cualquier otro año durante la anterior crisis económica. Es más, 2019-2020 fue la cuarta mejor temporada en términos de ingresos de la serie histórica de la ACB, por detrás de 2018-2019 (año récord) y los años previos a la recesión: 2006-2007 y 2007-2008.

Sin embargo, las pérdidas agregadas de los clubes aumentaron un 10,3%, hasta 73,2 millones de euros. El importe hubiera sido superior de no ser por los clubes que sí cerraron el año en positivo, como Bàsquet Manresa o Bilbao Basket. De hecho, los dos principales clubes por palmarés y presupuesto fueron los que peores números rojos registraron: Barça Bàsquet y Real Madrid Baloncesto se combinaron para anotarse unas pérdidas de 54,5 millones de euros.

El Clásico representó un 74,4% de las pérdidas agregadas de los clubes de la ACB, según el informe del CSD. El Valencia Basket, con un déficit de 16,4 millones sufragado por la familia Roig, representó el 22,4% de los números rojos. Entre estos tres clubes asumen casi el 97% de las pérdidas, lo que demuestra que la mayoría de clubes de la ACB finalizaron acariciando el equilibrio presupuestario.

Por ejemplo, Baskonia, que ganó la ACB, se quedó a poco más de 800.000 euros del break-even y Movistar Estudiantes a 740.000 euros, si bien redujo sus pérdidas a la mitad en el año de la pandemia. Obradoiro y Casademont Zaragoza perdieron algo más de 300.0000 euros, mientras que Baxi Manresa, Bilbao Basket y Hereda San Pablo Burgos cerraron la temporada en beneficio.

Las pérdidas agregadas de 73,2 millones registradas en 2019-2020 son el cuarto peor resultado de la serie histórica. “Hay que tener el impacto negativo que ha tenido la crisis sanitaria, que sí ha afectado a los ingresos ordinario de los clubes, pero no ha tenido reflejo en una contención del gasto”, explica el CSD en su informe. Ello, pese a que a que la mayoría de clubes recurrieron a expedientes de regulación temporal de empleo (Erte).

Las únicas excepciones fueron Joventut de Badalona, Real Madrid Baloncesto y Valencia Basket, si bien estos dos últimos sí que pactaron una rebaja salarial en su plantilla, a diferencia de los verdinegros. En los tres casos, contar con el apoyo del fútbol (Real Madrid), de un mecenas como Juan Roig (Valencia Basket) o un inversor institucional como Scranton (Penya) fue fundamental para compensar las pérdidas y mantener la actividad tras una temporada tan complicada.

Lo mismo ocurrió el Barça o Unicaja Málaga, el primero gracias al negocio que genera el balompié, y el segundo gracias a la entidad bancaria, que aportó 3,2 millones vía patrocinio y 2,85 millones a través de su Fundación.

La deuda de los clubes ACB con Hacienda y con la banca cayó hasta mínimos históricos

El CSD pone el acento en que los gastos no cayeron al mismo ritmo que los ingresos, y de ahí el incremento del 10,3% en las pérdidas. Los gastos totales de los clubes se estabilizaron en 193,7 millones de euros, apenas 200.000 euros menos que en el año anterior. El gasto en personal aumento un 6,4% y superaron, un año más, el total de ingresos de los clubes. “Llama la atención que muchos equipos hayan incrementado este gasto a pesar de que casi todos ellos o bien han firmado acuerdos de reducción salarial o bien han aplicado Ertes a sus empleados para intentar compensar las pérdidas de ingresos derivados de la crisis sanitaria”, remarca el CSD.

También aumentaron las amortizaciones, que principalmente contiene los derechos de adquisición de jugadores, es decir, lo que los clubes gastaron en fichar talento. En 2019-2020 aumentó un 4,7%, hasta 6,6 millones de euros. El motivo principal es que los clubes que ascendieron, Bilbao Basket y Coosur Betis, tenían mayor gasto en esta partida que los que descendieron a LEB Oro: Breogán y Gipuzkoa Basket.

En lo que respecta a la deuda, los clubes redujeron sus compromisos con Hacienda y con la banca a mínimos históricos, pero la deuda total aumentó hasta 96,6 millones de euros, un 9,1% más. Los compromisos de pago con entidades financieras cayeron un 3%, hasta 19,1 millones de euros, mientras que la deuda con la Agencia Tributaria se redujo un 12,5%, hasta 21 millones de euros.

Eso sí, los compromisos de pago con proveedores, otros clubes y deportistas aumentaron un 8,5%, hasta 43,1 millones de euros. ¿El motivo? Bilbao Basket y Coorsur Betis, lo dos clubes que ascendieron a Liga Endesa, tenían deudas elevadas con entidades deportivas y remuneraciones pendientes de pago “considerablemente superiores al total que tenían los que descendieron”.

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