La Primera Iberdrola sigue con la incertidumbre que rodea a la constitución de la liga profesional y son los clubes y sus jugadoras, sobre todo las de los equipos  independientes, los que más están sufriendo ante esta situación. Entre ellos está el Granadilla Tenerife, uno de los equipos que no cuenta con el pulmón económico que supone el fútbol masculino, y que espera seguir peleando en la élite de la Primera Iberdrola. Ello,  pese a que la no continuidad de Mediapro como socio audiovisual de la competición le obligará a asumir unas pérdidas de 300.000 euros en 2021-2022, según ha podido saber 2Playbook.

Después de que este verano el grupo audiovisual decidiera rescindir el contrato con la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (Acff) ante la ausencia de consensos que garantizaran la explotación de los derechos audiovisuales, los clubes de la Primera Iberdrola, y en concreto los clubes independientes,  se han visto más perjudicado que nunca. El club canario ha visto mermado su presupuesto, que este año será de 1,7 millones de euros. 

Ya es un importe superior al mínimo de la categoría, que es de medio millón de euros en las grandes ligas europeas y que aqui ya supera el millón, según datos de la Fifa. Pero, con todo, está a años luz del presupuesto de los principales equipos de la categoría, donde gigantes como el FC Barcelona cuenta con 7,5 millones para esta temporada. “Es David contra Goliat”, sostiene Julio Luís Pérez, vicepresidente del club, a este medio. 

Para el club femenino es muy importante que los partidos de la liga se emitan en abierto, ya que es su mayor fuente de ingresos al tiempo que la principal garantía para dar visibilidad a los patrocinadores, activar el negocio comercial y llegar a más público. “Cuantos más aficionados, evidentemente más visibilidad de la competición; ahora mismo debería emitirse en abierto, pero no podemos regalar esos derechos como ya hicimos en su día; hay que monetizar”, afirma el directivo. 

Además de la partida audiovisual, el conjunto tinerfeño depende del aporte que hacen a su vez patrocinadores y los ingresos que genera con el ticketing, que en este caso es una cantidad insignificante para el club. El directivo argumenta que los 1,7 millones de presupuesto cubren las principales necesidades de la organización, pero no pueden invertir en infraestructuras o en fichar a jugadoras que mejoren su competitividad. “Nosotros no le debemos nada a nadie, pero sí es cierto que 1,7 millones de euros es una cantidad muy baja para mantenernos”, afirma Pérez. 

El Granadilla Tenerife cuenta con un presupuesto de 1,7 millones de euros, mientras el promedio en la categoría es medio millón

Hay clubes que tienen mayor suerte porque son clubes de liga y de la sección masculina, mientras que los independientes se sienten más perjudicados económicamente por no obtener ayudas en su camino hacia la profesionalización, como es el caso del Granadilla Tenerife. Pérez asegura que “el club está perfectamente adaptado a la profesionalización, pero la parte de las infraestructuras es donde encontramos el mayor hándicap para poder cumplir con las normas, ya que actualmente no lo cumplimos”.

Al club tinerfeño se le presenta un reto, al igual que al resto de clubes independientes, y es sobrevivir a la situación económica y poder afrontar la conversión a SAD, en el caso de que sea un requisito para jugar en la liga profesional. Como afirma Pérez, “la mayor complejidad que se nos presenta es la conversión a unas sociedad anónima deportiva, aunque si nos dan un periodo de carencia de uno o dos años, podremos adaptarnos a esa situación. También trataremos de solventar las infraestructuras, que es donde tenemos el mayor impedimento para poder cumplirlo”.

En este sentido, el vicepresidente asume que “dependemos de las instalaciones municipales para poder competir, pero en el hipotético caso de que nos obligaran el año que viene, tendríamos que buscarnos un campo de césped natural en la isla de Tenerife”. El Granadilla Tenerife actualmente no cumple con los requisitos establecidos por la Rfef para profesionalizarse: en un campo que sea de hierba natural o un aforo mínimo de 4.000 personas. Por tanto, el club si fuera obligatorio para la próxima temporada y no hubiera periodo de adaptación, tendrían que jugar en un campo de la isla que cumpla con la normativa.

El Ayuntamiento de Granadilla de Abona, no dispone de ninguna instalación con césped natural, por lo que deberían buscar una alternativa a las afueras. Como afirma Pérez: “Habría que buscar un acuerdo, o bien con el propio Ayuntamiento nuestro, con el Ayuntamiento correspondiente, o con el Cabildo Insular para que se nos pudiera permitir jugar en un campo de césped natural”. 

Desde el club insular, están de acuerdo en que la única manera de impulsar el fútbol femenino de élite es la profesionalización. “Estamos preparados y somos favorables al cambio”, apunta el vicepresidente. Antes de que surgiera esta lucha por los derechos audiovisuales y comerciales, Pérez asegura que la Acff funcionaba bien. “Se generaban recursos, los clubes recibíamos dinero, pero todo cambió cuando se produjo la guerra entre clubes y la Federación, con  y la creación del programa Élite”, lamenta.

La Federación creó este programa con un capital inicial de 300.000 euros a repartir entre los clubes por temporada. El hándicap es que  los derechos que tenían que ceder a cambio de formar parte de ese programa ya estaban vendidos a Mediapro, lo que creó división entre algunos clubes. “Al final quien sale perjudicado es el fútbol femenino y el CSD tiene que tomar cartas en el asunto”, reclama.

A la desigualdad presupuestaria a la que hace referencia Pérez se suma la falta de unión entre los clubes y el derivado bloqueo en la aprobación de los estatutos. “El fútbol femenino en España existe gracias a equipos como el Sporting de Huelva, el Levante, El Zaragoza CFF; que ahora los equipos con fútbol masculino detrás quieran imponer su ley es en perjuicio de los que hemos estado años batallando”, afirma.