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Inspecciones, simulacros y banderas: así es el protocolo médico que cuida de los pilotos de MotoGP

El Mundial de Motociclismo es una de las competiciones deportivas que conlleva más riesgos. Cada temporada se registran más de 1.000 caídas, lo que hace preciso un protocolo de accidentes para prevenir y reducir el impacto de las lesiones.

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El Mundial de Motociclismo de velocidad es una de las competiciones deportivas que conlleva más riesgos. Entre las tres categorías, MotoGP, Moto2 y Moto3, registran una media de unas 1.000 caídas por temporada, lo que representa un promedio de medio centenar de caídas en cada Gran Premio. En 2022 se registraron 1.106 caídas, el segundo peor dato de la última década, sólo superado por los 1.126 accidentes registrados en 2017. Sólo en la primera mitad de 2023, por ejemplo, Marc Márquez firmó 14 caídas. Correr sobre dos ruedas a velocidades que llegan a superar los 300 kilómetros por hora expone a los pilotos a unos riesgos elevados que hacen preciso un estricto protocolo de accidentes para prevenir y reducir el impacto de las lesiones. 

Quirónsalud es el equipo médico que cuida de la salud no sólo de todos los pilotos del campeonato, sino que también vela por el bienestar de todos los miembros del paddock. En total, en cada Gran Premio suele registrarse una media de más de 3.000 trabajadores. Cuidar de todos ellos exige un minucioso trabajo de planificación en el que se cuida el máximo número de detalles antes, durante y después de las carreras. 

Los preparativos empiezan días antes de cada Gran Premio. “Cada vez que llegamos a un circuito tenemos una inspección del mismo y cotejamos tanto el personal médico como todo en la parte del centro médico. Cada jueves nos reunimos, revisamos y hacemos un simulacro de lesión grave, que es donde tenemos la mayor intensidad a nivel de atención”, comenta el doctor Ángel Charte, director del MotoGP Medical Team de Quirónsalud. Este procedimiento, que se repite en todos y cada uno de los países que forman parte del Mundial de Motociclismo, “es una formación protocolizada sin la cual no se puede disputar ninguna carrera”. 

Conocer cómo proceder en caso de accidente es un requisito indispensable que involucra a profesionales repartidos por todo el circuito. “Los equipos de los grandes puestos están formados, además de los marshalls del circuito, por un equipo compuesto por un médico, dos paramédicos y dos auxiliares”, relata Charte, quien puntualiza que refuerzan aquellas zonas que consideran que pueden ser más críticas en función de la incidencia de accidentes que suele registrar. “Hacemos en la pista lo mismo que hacemos en cualquier hospital o unidad de cuidados intensivos de cualquier país”, retoma el director del MotoGP Medical Team de Quirónsalud.

La actividad se intensifica una vez empieza cada carrera. A cada caída o accidente entran los track marshals u oficiales de pista y el equipo médico de cada puesto. “Si la caída no reviste gravedad, los pacientes van al centro médico: ahí se les revisa bajo mi supervisión y se les diagnostica en el momento. Si son lesiones que no conllevan ingreso hospitalario, pasan al MotoGP Health Center Quirónprevención, donde les aceleramos el diagnóstico”, desarrolla Charte. 

El código de banderas y luces sirve para advertir e informar a los pilotos acerca de cualquier situación en la pista. En el caso de que se produzca un accidente que derive en una lesión grave o que implique que las condiciones de pista son inseguras, se alerta al resto de pilotos con una bandera roja en la pista que les obliga a reducir su velocidad y a dirigirse a boxes o a algún punto concreto de la pista. “Nuestra misión es estabilizar hemodinámicamente y evacuar, para que el piloto pueda llegar a una unidad hospitalaria por vía aérea lo antes posible”, precisa el máximo responsable del dispositivo médico del MotoGP Medical Team de Quirónsalud.

Una vez se atiende al piloto en el centro médico, se clasifica la lesión que haya sufrido y, en función de su gravedad, se determina si un piloto es fit o unfit. Las incidencias más leves, como puede ser una pequeña fisura, se engloban dentro de la primera categoría. En este punto también interviene un equipo de fisioterapia rehabilitadora que, de la mano de un amplio dispositivo tecnológico, contribuye a reforzar la seguridad posterior al traumatismo del piloto. “Antes, si un piloto se caía y sufría una entorsis de tobillo, tal vez le dábamos unfit, mientras que ahora tal vez lo arreglamos en unas horas”, analiza Charte.   

Las lesiones más graves, especialmente si requieren intervenciones quirúrgicas, se ubican dentro de la segunda. “Hemos impuesto más equilibrio a la hora de permitir salir a pista a un piloto que ha tenido cualquier trauma. Intentamos ser lo más ecuánimes posible y ponernos en la piel del piloto, ya que no podemos ponernos radicales, pero sí estrictos médicamente hablando, ya no tanto por el piloto en sí, sino por los demás pilotos”, sentencia Charte. La seguridad también forma parte del espectáculo de motociclismo. 

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