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La LVP prepara nuevas competiciones tras alcanzar el ‘break even’ con la Superliga de LoL

La gestora de competiciones de eSports ha reducido la dependencia del patrocinio, que ya aporta en torno al 50% de los ingresos. En 2021 también se iniciarán los primeros proyectos en Norteamérica, China y Oriente Medio. Valorant será el foco en España.

lvp trofeo superliga

Año 1 post-Covid para la Liga de Videojuegos Profesional (LVP). La gestora de competiciones de eSports ha aprovechado el tirón que ha experimentado el sector en los últimos meses para redefinir su estrategia a corto y medio plazo. Por un lado, ya prepara la creación de nuevas ligas, tanto en España como en Latinoamérica, tras un 2020 en el que la Superliga de League of Legends alcanzó el break even en términos de negocio. Por otro lado, se ha reducido la dependencia del patrocinio con nuevas vías de ingresos, se ha reordenado el ecosistema de ligas y se mira a nuevos territorios como China, Norteamérica y Oriente Medio.

“La pandemia es un acelerador, pero también ha retrasado otros proyectos, aunque hemos avanzado para cumplir los objetivos y hoy podemos decir que tenemos un modelo sostenible tanto en España como en Latinoamérica”, explica a 2Playbook Jordi Soler, consejero delegado de la LVP. ¿Cómo ha logrado la empresa, propiedad de Mediapro, capear la tormenta?

En primer lugar, adaptando su estructura. “Los eSports somos afortunados por haber seguido las competiciones, pero no se ve lo que conlleva por detrás; en cuestión de días tuvimos que desmontar platós y equipos de producción e instalarlos en las casas de los jugadores, realizar todo en remoto y adaptar toda la estructura”, subraya Soler. “Nosotros retransmitimos, pero la liga la mantuvieron viva los equipos y los jugadores”, admite.

El directivo no especifica cuál ha sido el impacto económico de la Covid-19 en el negocio de la LVP, que antes de la crisis se acercaba a los 10 millones de euros. A la contracción de los ingresos hay que añadir la salida de Orange como title sponsor de las competiciones tras un cambio de estrategia de la compañía, como adelantó 2Playbook. El grupo de telecomunicaciones aportaba más de un millón de euros anuales y Soler reconoce que “ha sido un imprevisto que nos ha obligado a recomponernos”.

La LVP ha compensado la caída del patrocinio con la generación de ingresos propios

La liga está en búsqueda de un relevo para Orange, aunque mientras ha logrado firmar a dos nuevos patrocinadores como Mahou y Cacaolat, y se ha asegurado las renovaciones de Domino’s Pizza, Intel, Omen y El Corte Inglés. “La situación económica no acompaña para encontrar nuevos patrocinadores, pero estamos en una situación de tranquilidad”, asegura Soler.

La cancelación de eventos físicos, como Gamergy o las finales de la Superliga de LoL, también han provocado una mayor caída del patrocinio, ya que esta es la puerta de entrada de muchas marcas. “Lo positivo es que nos ha permitido potenciar las divisiones de ArenaGG y de gestión a terceros y generar más ingresos propios”, indica, sobre las otras dos líneas de negocio de la empresa.

La aportación del patrocinio se ha reducido desde un 80% a algo menos de la facturación total de la LVP en 2020. Y la gestora espera seguir reduciendo su dependencia a corto plazo: “Nuestro objetivo es que cada línea de negocio aporte un tercio de los ingresos”, señala. “Las ligas profesionales que se alimentan de marcas son parte importante en la cuenta de resultados, pero ya serán la más importante”.

La carrera por la sostenibilidad económica también ha tenido un papel protagonista en 2020. Pese a la caída de los ingresos por patrocinio, la LVP ha mantenido su beneficio antes de impuestos (ebitda) intacto gracias a la contención de los gastos. La compañía no indica en cuánto se ha situado.

El objetivo de la LVP es que los ingresos propios supongan dos tercios de la facturación total

Vuelta de tuerca a las Superligas

Otro de los grandes cambios de la LVP para este año ha sido el cambio de formato de Superligas. La LVP arrancó 2020 con un rebranding completo para sus tres ligas profesionales en España, un proyecto que hoy ha mutado por completo. La Crown League de Clash Royale ha echado el cierre de forma definitiva, mientras que la de CS:GO se ha reconvertido a un formato de copa que de acceso al circuito internacional Blast para adaptarse al nuevo escenario.

La competición ya había perdido a sus principales clubes en 2020 por las diferencias entre clubes y gestora por el reparto de ingresos. La LVP defendió entonces que la competición aún era deficitaria, con pérdidas anuales estimadas de en torno a 300.000 euros, y no se podía aumentar el reparto económico, algo que sí se está negociando actualmente en la Superliga de LoL. Como respuesta, los principales clubes montaron una liga autogestionada.

Un año después, la escena de CS:GO ha dado un vuelco y gran parte de sus audiencias y negocio ha virado a Valorant. Riot Games trabaja para desarrollar su ecosistema competitivo internacional, aunque para 2021 únicamente ha permitido a las ligas nacionales desarrollar una serie de torneos clasificatorios, pero no una competición en formato liga, como reivindicaban los clubes.

Fuentes consultadas por este medio aseguran que la liga profesional podría llegar a España en 2022, aunque dicha decisión recae únicamente en manos del publisher. Lo cierto es que Valorant es una de las principales apuestas de la LVP en España, aunque Soler destaca que “tenemos que estudiar qué funciona en cada mercado”, matiza.

Free Fire ha despegado en Latinoamérica, mientras que su entrada en el mercado chino se ha producido a través de la producción de las retransmisiones del Pro Circuit de Dota 2. Asimismo, la gestora aún espera a conocer los planes que tendrá Riot para Wild Rift, y volver a llenar así el formato mobile tras salir de Clash Royale.

Valorant es una de las principales apuestas de la LVP, aunque aún no tiene liga profesional

Nuevos mercados y relación con los clubes

Hoy la relación con los clubes atraviesa un momento dulce, y así lo destacan ambas partes. Por un lado, sigue sobre la mesa de negociación el modelo de franquicias en la Superliga de LoL, una propuesta aún encallada al depender de Riot Games. Por otro lado, está el nuevo modelo de reparto de ingresos. El objetivo principal es trabar una relación como partners, tal y como adelantó este diario.

Estamos trabajando para crear modelos de monetización conjunta y trabajar en el desarrollo de activos comerciales que se vendan de forma conjunta a las marcas”, sostiene Soler. “Queremos que las marcas sientan la unión dentro del sector y facilitarles su aterrizaje, que no tengan que encontrarse dificultades para saber con qué club activar o en qué videojuegos”.

Tanto la LVP como los clubes consultados señalan que “se están dando pasos en esa dirección y hay predisposición mutua”. “El ecosistema ha cambiado mucho y, además, estamos en un momento difícil para las marcas, en el que no se puede producir rechazo ni falta de comprensión, sino que debemos facilitar su entrada”, destacan ambas partes.

La sintonía entre clubes y LVP ha mejorado tras el estallido de la pandemia

Las conversaciones se aceleraron tras el confinamiento, que obligó a LVP y clubes a mantener una relación mucho más estrecha. Ello, sumado al despegue en las audiencias y la oportunidad que se abrió para capitalizar el boom de los eSports, han sido las claves.

En el caso de la LVP, los espectadores acumulados se dispararon un 43%, hasta 56 millones de espectadores. La Superliga de LoL cerró el año con 9,52 millones de personas, un 47% más. La previsión es que las audiencias sigan creciendo este año, aunque a menor ritmo. “Ha sido un empujón que ahora tenemos que mantener y capitalizar”, destaca Soler.

Otra de las claves para seguir captando nuevos espectadores será el salto a nuevos mercados. La LVP espera poner en marcha los primeros proyectos en China, Oriente Medio y Norteamérica este año, aunque no ofrece más detalles. Todo ello tras reestructurar la cúpula de sus filiales en Latinoamérica, con cambios al frente de México, Argentina y Colombia para liderar esta nueva etapa.

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