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La Superliga europea acuerda con la liga danesa dos años para negociar el uso del ‘naming’

La competición del país nórdico se había opuesto ante la Euipo el registro de la marca del torneo de grandes clubes por considerar que operaría con el mismo nombre. Las partes podrían alcanzar una entente antes de la fecha límite de septiembre de 2023.

Superliga Dinamarca Recurso

La Superliga europea gana tiempo en su batalla por la marca. Entre sus numerosos frentes abiertos, el potencial torneo cerrado de grandes clubes ha encontrado la oposición de la Superligaen danesa para poder registrar el naming de la competición, tal y como avanzó 2Playbook. Ahora, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo) ha comunicado un acuerdo entre las partes para darse un plazo de dos años en los que negociar el uso de la marca.

El acuerdo para no ir a litigio ha llegado sobre la bocina. Este domingo finalizaba el plazo, tras admitir la oficina europea la reclamación de la Superliga danesa frente a la European Super League Company. Ahora, si se alcanza un acuerdo entre las partes antes de la fecha límite, fijada en el 7 de septiembre de 2023, la causa quedaría resuelta.

La liga danesa considera que el nombre comercial The Super League -nombre oficial de la competición- va en contra de su marca porque se trata de una liga de fútbol. Mismo nombre, mismo segmento.

Desde la Superliga, el trabajo de registro de marca arrancó ya el pasado abril. En concreto, el 20 de abril, 2Playbook avanzaba que la sociedad de la futura competición, promovida por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y domiciliada en España, había contratado al despacho de abogados Clifford Chance para trabajar en la protección del nombre comercial, como adelantó 2Playbook.

Por entonces, parecía que los potenciales rivales de la competición de fútbol serían dos organizaciones deportivas alejadas del balompié: la organizadora de torneos de eSports del mismo nombre o de la liga de rugby league que se disputa en Europa.

Clifford Chance, firma británica que se sitúa entre los tres primeros de España en cuanto a la abogacía de los negocios, según el directorio legal Chambers & Partner, lleva un año tratando de proteger los intereses comerciales de la marca. No tanto en su denominación, si no, principalmente, en el uso del logo que diseñó la sociedad, en el que aparece el nombre y una imagen que recrea el círculo central de un campo de fútbol.

De hecho, la Euipo define las marcas de tipo figurativo como aquel “signo formado por palabras, letras o números con caracteres, estilización o disposición no estándar con o sin elementos gráficos o de color o que estén exclusivamente formada por elementos gráficos”.

Así lograron alejar posibles oposiciones de la compañía de eSports y de la liga de rugby league. Del que no han escapado es de la Superligaen de Dinamarca. Los nórdicos podrían tumbar este nombre que tanto se repitió en los medios de comunicación y las redes sociales este año, decisión que recaerá en los tribunales si antes no hay un pacto entre sus clubes promotores y la Uefa.

La Superliga de los grandes clubes europeos solicitó el registro de todas las categorías de producto habituales en la industria del deporte y el entretenimiento, y sobre todo van muy dirigidas a proteger el posible merchandising: productos de cosmética e higiene personal; velas y lubricante; complementos dietéticos para deportistas; placas conmemorativas y trofeos; electrónica de consumo y electrodomésticos; herramientas; vehículos; joyería; instrumentos musicales; prendas de vestir y para el hogar; juguetes; alimentación, y todo tipo de prestación de servicios. Todo este negocio está ahora en stand by.

Se desconoce cuántos ingresos genera actualmente el merchandising de la Champions League, pero este movimiento busca proteger la marca de un uso lucrativo por parte de terceros. De hecho, el negocio real del retail está en manos de los propios clubes con la venta de sus camisetas, principalmente. Sólo el FC Barcelona superaba los 60 millones de euros anuales por este concepto antes de la Covid-19.

 

Oposición del Gobierno ante la Justicia europea

Más allá de sus problemas de registro de marca y propiedad intelectual, la Superliga también ha sido noticia este último mes por la oposición del Gobierno a la organización de la competición. El Ejecutivo español envió al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (Tjue) un documento en el que demanda la incapacitación de The Super League de organizar una competición internacional al margen de los organismos que regulan el fútbol, tal y como avanzaba Cope. En este caso, la Uefa y las federaciones europeas como la Rfef.

A través de la Abogacía del Estado, el Gobierno de Pedro Sánchez se alineaba a Uefa y la European Leagues, la patronal de las ligas europeas, en su lucha contra la creación de una competición de fútbol cerrada en su modelo de competición.

Sobre este punto, Europa debe dar respuesta a la denuncia de la Superliga, elevada al Tjue por el titular del Juzgado de lo Mercantil 17 de Madrid, Manuel Ruiz de Lara, sobre un supuesto abuso de posición de Uefa y Fifa, a las que los promotores de la competición, concentrados ahora en Real Madrid, FC Barcelona y Juventus de Turín, critican por monopolio

Desde el Consejo Superior de Deportes (CSD), su director general, Albert Soler, aseguraba recientemente, en una entrevista exclusiva a 2Playbook, que la actual dirección del deporte español se va a pronunciar “en todo lo que seamos competentes. José Manuel Franco y yo no nos vamos a poner de perfil en ningún tema que nos toque, sea la Superliga, el fútbol femenino o gestionar los conflictos de las 65 federaciones deportivas”.

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