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La industria del deporte ha puesto cifras a su impacto económico y social en España, pero el siguiente reto tampoco es menor: unir de verdad a todos los agentes del sector para avanzar en la visualización del deporte como motor económico y social.

Hace seis años hablar de industria del deporte era cosa de economistas y un grupo de ejecutivos del sector convencidos de que podía hacerse mucho más para demostrar que esto no sólo era entretenimiento. Caras visibles como Gabriel Sáez, de GO fit, o Javier Tebas, de LaLiga, han predicado y predican allá donde les dejan sobre el potencial de esta industria, y ahora por fin hay cifras: 39.117 millones de euros o, lo que es lo mismo, el 3,3% del producto interior bruto (PIB). Digámoslo bien alto: ¡el deporte es industria!

Los datos revelados ayer, a partir del estudio de España Activa y Pwc, revelan que el deporte no es sólo un negocio en sí mismo, sino que también es un motor necesario para otras actividades como los medios de comunicación, las apuestas, el turismo o la restauración. Y no, el deporte no es sólo el fútbol o lo que sale en televisión, son al menos los 191.000 empleos directos genera y los más de 200.000 que ayuda a preservar. Por eso, digámoslo bien alto: ¡el deporte es industria!

Y si algo ha dejado claro la pandemia es que esta actividad no sólo debe valorarse por su componente económico, que es indudable, sino también por su papel dentro de la sociedad. La recuperación de las competiciones profesionales fue un elemento clave a la hora de transmitir cierto retorno a la normalidad, y muchos ciudadanos entendieron por fin durante el confinamiento que el deporte no es sólo bienestar, sino que también es salud.

Y aquí el informe insiste en que la oportunidad para “promover una transformación fundamental en la forma en que los responsables políticos” perciben al deporte es ahora. Porque el deporte es motor económico y de transformación social, y puede ser una pata importante para el futuro del país, como ayer apuntaba la secretaria de Estado, Irene Lozano. “Nuestro sector es uno de los que claramente tiene potencial de crecimiento para sustituir aquellas actividades más dañadas por la crisis”, dijo.

Ahora sólo falta un desafío que no es menor y que será determinante para que esta empresa prospere. Unir de verdad al conjunto de la industria del deporte bajo un mismo techo, aunque cada uno utilice su paraguas, porque sólo así la sociedad podrá apreciar de verdad la dimensión de esta industria. Ayer estaban gestores de instalaciones deportivas y federaciones, pero faltaban ligas y fabricantes. Todos comparten objetivos, y sólo falta compartir causa para que el deporte sea una cuestión de Estado y podamos sentar las bases del crecimiento a futuro. Digámoslo bien alto: ¡El deporte es industria!

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