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Nadie cometió nada ilegal, pero cada uno marca sus propias líneas éticas. “No hay conflicto de intereses porque no tenemos ninguna relación económica con Kosmos”, zanjó hoy Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (Rfef).

Algunos me han preguntado estos días por qué no estábamos dando cobertura a la polémica sobre cómo se gestó la llegada de la Supercopa de España a Arabia Saudí. Y lo cierto es que queríamos esperar a escuchar a todas las partes. Y la conclusión no cambia en exceso. Nadie cometió nada ilegal, pero cada uno marca sus propias líneas éticas. “No hay conflicto de intereses porque no tenemos ninguna relación económica con Kosmos”, zanjó hoy Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (Rfef).

Primer lote de evidencias. La presencia de agencias intermediarias es habitual y no hay nada raro en una comisión del 10% sobre un contrato, aunque pueda parecer excesivo a ojos de muchos. La mayoría de acuerdos de patrocinio van en esa dirección. Tras años de “te lo digo, pero no”, ya es oficial: la Federación recibe 40 millones de euros anuales por el torneo y Kosmos se embolsa 4 millones por cada edición, quien sabe si por las primeras seis firmadas o por las diez acordadas tras la extensión del contrato que avanzó 2Playbook el año pasado y que Rubiales ha confirmado hoy.

Segundo lote de evidencias. Kosmos es una agencia presidida por un futbolista en activo, Gerard Piqué, y que en su porfolio tiene un club de la Primerar Rfef en propiedad, el Andorra FC. La empresa tiene derecho a exigir ese fee si han sido sus llamadas y contactos los que han permitido que la Federación pueda firmar un contrato que da mucho más sentido económico a un torneo que prácticamente estorbaba en el calendario.

Tercer lote de evidencias. De las declaraciones de hoy, es evidente que todas las partes sabían que el contenido del primer y segundo lote de evidencias podían poner en cuestión la ética y buen gobierno de aceptar un contrato que beneficia económicamente a una compañía cuyo fundador está sujeto a las normativas de la Federación. Tan claro queda que los pagos los hizo Arabia Saudí a través de Sela y así se blindó en el contrato, como que esos importes no se abonarían si no se hubiera firmado el contrato. Dicho de otro modo, la monarquía paga 44 millones por tener la Supercopa de España.

Cuarto lote de evidencias: No hay acuerdo sobre quién propone el cambio de formato o define los premios económicos. Los audios sustraídos ilegalmente del teléfono de Luis Rubiales apuntan a Piqué, el jugador lo dejó en manos de la Rfef y ayer la Federación dijo que es cosa de los saudíes. En cualquier caso, tiene la razón Rubiales y su secretario general, Andreu Camps, cuando dicen que es normal que cobren más los clubes con mayor implantación social o histórico de títulos. Así funcionan los sistemas de reparto de los derechos de televisión de Uefa o LaLiga. Dicho esto, no hace falta hacerse trampas al solitario. Hace años que la diferencia en los pagos de estas dos organizaciones se ha reducido drásticamente. En el caso de LaLiga, la diferencia máxima de ingresos entre el que más percibe y el que menos es de un máximo de 3,5 veces; en el caso de la Champions League, la brecha por coeficiente entre equipos de las cinco grandes ligas no supera las cinco veces. En la Supercopa, ese salto es de ocho veces.

Quinto lote de evidencias. Kosmos ha sido capital para que el sueldo de Luis Rubiales dé un salto muy importante, como también el dinero que va al fútbol aficionado gracias a este torneo. Si en 2019 cobró 377.000 euros brutos entre fijo y variable, en 2021 el montante ascendió a 634.518,19 euros tras un cambio en el sistema retributivo, desligándolo de los patrocinios para asociarlo a los ingresos totales, de los que buena parte están garantizados por LaLiga, Uefa y Fifa. Nada que criticar, así lo votaron los asambleístas. Lo mismo que sucede con otros sueldos que criticó Rubiales.

Sexto lote de evidencias. No vamos a pedir aquí la dimisión de Luis Rubiales, pero tampoco que nos tome por ingenuos. Todos eran conscientes de que la intervención de Kosmos en el acuerdo podía generar esta polémica, se rozó el incumplimiento del código ético y se buscó la fórmula para blindar su legalidad y compatibilidad con las normas de buen gobierno de la Rfef. “Cuando uno es honesto y hace bien las cosas...”, cerró Rubiales.

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