Arabia Saudí ha demostrado ser uno de los mejores aliados de la Real Federación Española de Fútbol (Rfef). En plena tormenta económica en la industria del deporte por la Covid-19, el país decidió mantener todos los pagos acordados con el regulador, y que superan los 30 millones de euros anuales. Eso sí, a cambio de asegurarse la sede de la Supercopa de España hasta 2029, según ha podido saber 2Playbook.
El contrato inicial establecía que el torneo se disputaría con su nuevo formato en este reino durante tres ediciones, de 2019 a 2021. Sin embargo, el coste de asegurar los ingresos a corto plazo ha obligado a la junta de Luis Rubiales a asumir una contraprestación que hipoteca incluso a su sucesor: una renovación automática de tres años y la ampliación en cuatro años más. En total, diez ediciones.
De mantenerse las actuales condiciones económicas, que jamás se han hecho públicas oficialmente, la Rfef tendría garantizados entre 240 millones y 320 millones de euros por las próximas ocho temporadas. El contrato siempre se dijo que, además de la sede del torneo que enfrenta a campeones de Liga y Copa, incluía distintos programas de desarrollo del fútbol en Arabia Saudí, especialmente el femenino.
El nuevo formato se estrenó en enero de 2020, con la sustitución del tradicional duelo de ida y vuelta entre esos dos equipos por una especie de final four. En la misma, se enfrentan los dos primeros clasificados de LaLiga Santander (Atlético de Madrid y Real Madrid) con los dos finalistas de la Copa del Rey (FC Barcelona y Athletic Club). Un total de tres partidos entre semifinales y final.
Sin embargo, la logística del torneo y las restricciones sanitarias que aún existían a principios de año imposibilitaron llevar la cita a Arabia Saudí, cuya decisión de seguir pagando facilitó el traslado puntual del evento a Andalucía, el otro gran aliado que ha encontrado la Rfef.
La Junta presidida por Juan Manuel Moreno ha firmado tres convenios en el último año para la organización de eventos en la comunidad autónoma a cambio de algo más de 10 millones de euros: 1,82 millones por esta edición excepcional de al Supercopa; 4,8 millones por la final de Copa del Rey en La Cartuja hasta 2023, otros 3 millones por seis partidos anuales de la Selección (Absoluta masculina y femenina, y Sub-21).
En cuanto a los derechos de televisión del torneo, los contratos firmados hace tres años con los operadores garantizaban una media de 7,1 millones de euros entre 2019-2020 y 2021-2022, mientras que la Copa del Rey garantizaba unos 32,87 millones anuales en el mismo periodo. Es decir, casi 40 millones de euros por temporada.
Las cuentas de la Federación revelan que finalmente sólo se cobraron 37,26 millones por derechos de retransmisión, cuando el objetivo era conseguir 50,53 millones de euros. Entre las razones figura el aplazamiento de la final de la Copa del Rey, que obligó a aplazar ingresos por 7,5 millones de euros, según se recoge en la memoria anual a la que ha podido acceder 2Playbook.
El salvavidas de Arabia Saudí es de las pocas buenas noticias que recibió la Rfef, que en 2020 tuvo que asumir el impacto del aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio y, sobre todo, de la Eurocopa. Ello, unido a los pagos extra de LaLiga por los Pactos de Viana, permitió a Rubiales cerrar el año con una cifra de negocio de 230,66 millones de euros, un 10,7% más que en 2019, pero lejos de los 255 millones que se buscaban. En paralelo, las subvenciones pasaron de 6,17 millones a 19,8 millones de euros.
En total, como ya adelantó 2Playbook, el regulador del fútbol español cerró 2020 con unas pérdidas de 4,15 millones de euros. El agujero podría haber sido mucho mayor de no ser por los acuerdos cerrados en los últimos dos meses, pues la proyección realizada en noviembre apuntaba a un déficit de 18 millones de euros, según un estudio del Consejo Superior de Deportes (CSD).
La razón no es otra que el traspaso de parte de los ingresos a 2021, especialmente los relacionados con la Eurocopa y la final de Copa de 2019-2020. Pero también al mantenimiento e incluso aumento de las ayudas con recursos de LaLiga que no se pudieron tramitar en 2019 y finalmente se pagaron en 2020. De ahí que las ayudas al fútbol femenino y aficionado subieran en casi 11 millones de euros.
“En todo caso, los importes totales devengados deben ser iguales tanto en ingresos como en gastos, con efecto neto igual a cero en la cuenta de resultados”, señalan desde la Rfef, sobre el efecto contable de que, a primera vista, suban los ingresos en ayudas, pero baje la distribución de las mismas. Aseguran que una parte está recogida en actividades por competiciones.
Sobre el fuerte incremento del gasto en material deportivo (de 7,3 millones a 14 millones de euros) indican que se debe a los compromisos de compras garantizadas con Adidas y Macron, socios técnicos de la Selección y el colectivo arbitral, respectivamente, así como la inversión en compra de tests Covid para los clubes.
En las cuentas sí se ha corregido una práctica sobre el negocio de al Supercopa que ya afeó el auditor del CSD en su momento, y que ahora también apunta como salvedad EY. La Big Four apoya el criterio de que los ingresos deben computarse cuando se producen, y señala que los estados financieros de 2019 sobrevaloraron los ingresos en 17,8 millones de euros y obvió gastos por 11,8 millones.
Es decir, que por salvar el beneficio neto de 2019 se sacrificó el de 2020. En cuanto a 2021, el plan como cada año es el de la estabilidad presupuestaria, con ahora sí un negocio récord de 357,4 millones de euros.