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Los gimnasios se lanzan al mercado de las máquinas de cardio para aprovechar el ‘boom’ de Peloton

Tras décadas centrándose en la atención presencial, los centros deportivos han ampliado sus servicios para abarcar el ‘at home fitness’ no sólo a través de una aplicación de entrenamiento, sino también con algo inédito: vendiendo equipamiento propio.

Gigantes tecnológicos como Apple y Amazon que lanzan servicios de entrenamiento virtual bajo suscripción. Nuevos players, como Peloton, que nacen con la conectividad en su ADN para brindar las experiencias de entrenamiento de un centro deportivo en casa. Y gimnasios que se habían centrado en la experiencia física, y que tras la pandemia han decidido defender su fortín: ofrecer entrenamiento, pero, ahora sí, atendiendo al cliente que desea entrenar en su salón. La Covid-19 ha acelerado tendencias y algunos operadores no se contentan con ofrecer una app de entrenamiento virtual: la noruega Sats, la alemana RSG, Soulcycle y la mexicana Síclo han ido más allá y han lanzado máquinas de fitness conectadas para uso doméstico.

Es una dirección hacia la que miraron algunas cadenas de gimnasios en pleno confinamiento. Altafit decidió llevar sus bicicletas de cycling, inutilizadas en plena crisis sanitaria, a casa de sus abonados. Fitup firmó un acuerdo con un ecommerce especializado en equipamiento de fitness para proporcionar artículos a sus clientes con condiciones ventajosas. Sin embargo, no existían precedentes de gestores de instalaciones deportivas se lancen a vender su propio equipamiento.

Esta es la fórmula por la que más han apostado algunas de las compañías que ven una oportunidad de ampliar su público en el at home fitness. No es una cuestión menor, pues la pandemia ha acelerado esta tendencia y se espera que este negocio ya mueva 11.459 millones de dólares (9.920 millones de euros) en 2027. Su crecimiento medio anual entre 2021 y 2027 será del 7,8%, según la firma de estudios de mercado Allied Market. Es un ritmo de avance mayor al que venía experimentando el fitness español, con una tasa media del 2,4% interanual entre 2015 y 2019.

El último player en lanzarse a explorar este mercado es Sats, principal grupo de gimnasios por volumen de negocio en los países nórdicos. Recientemente ha lanzado Mentra para ofrecer entrenamiento online asociado a Rflex, un espejo inteligente que ha desarrollado y que recuerda a Mirror. La compañía defiende que, con esta inversión, puede ofrecer “productos complementarios de entrenamiento físico y digital en dos mercados en crecimiento que se impulsan el uno al otro” y añade que lo hace para “mejorar la oferta a sus usuarios a través de la combinación ganadora del entreno en el club y en el hogar”.

Su consejero delegado, Sondre Gravir, apunta a llegar a nuevos clientes en los mercados donde Sats ya opera, pero también en nuevos territorios. ¿El objetivo? Crear una comunidad de deportistas, conectar con ella y hacer más accesibles sus servicios derribando la barrera física del gimnasio.

En ese camino, busca incrementar su negocio con la venta de equipamiento y, especialmente, de suscripciones que dan acceso a contenidos en directo y bajo demanda. Además del espejo, próximamente se lanzará una cinta de correr y una bicicleta, lo que llevará a Sats a rivalizar de lleno con Peloton o la española Volava, que, si bien aún no han situado a los países escandinavos como mercado objetivo, sí están trabajando de crecer en Europa.

En Alemania, el último mercado europeo en el que Peloton ha aterrizado, es especialmente fuerte RSG Group, dueño de McFit y Cyberobics, el sistema de entrenamiento virtual que creó para ofrecer clases dirigidas en sus gimnasios. No fue hasta 2019 cuando los clubes McFit empezaron a contratar técnicos para dirigir las clases; hasta entonces, su oferta era puramente virtual. El sistema funcionaba en Alemania, donde incluso se puso en marcha un club Cyberobics. Ahora, esta compañía se ha aliado con Johnson Health Tech, dueño de marcas como Matrix y Horizon, para lanzar equipamiento conectado para el hogar.

La lógica es RSG Group es clara: prefiere aliarse con una fabricante que ya cuenta con una marca especializada en fitness en casa (Horizon), que lanzarse a producir su propio equipamiento. Cyberobics se lanzará en lo que ya lleva un lustro ofreciendo: entrenamiento virtual. Es una alianza parecida a la que han firmado otros fabricantes de máquinas, como Technogym, que sumó fuerzas con la británica 1Rebel para ofrecer sus contenidos en una bicicleta estática con pantalla incorporada pensada para el uso doméstico.

Se estima que la industria del fitness mueva 11.459 millones de dólares (9.920 millones de euros) en 2027

Otro ejemplo son los boutiques especializados en cycling: Soulcycle, que pertenece al gigante del fitness estadounidense Equinox, y la mexicana Síclo, que también opera en Madrid. Ambos son ejemplos de cadenas de gimnasios que han lanzado sus propias bicicletas estáticas para el hogar, con suscripciones a contenidos y clases en directo y en diferido. El sistema de Soulcycle funciona con Variis, la marca con la que se alió para ofrecer entrenamiento virtual asociado a las cuatro cadenas de gimnasios que opera Equinox. La apuesta del grupo estadounidense por la generación de contenidos es tal, que SoulCycle fichó como consejera delegada a la principal ejecutiva en EEUU y Australia del grupo de medios The Guardian, Evelyn Webster.

Y, mientras estas compañías refuerzan sus equipos directivos con talento procedente del sector de los medios, muchas buscan ganarse un hueco en el mercado con la promesa de ofrecer un fitness accesible. Con todo, una de las barreras que afrontan los operadores es el precio del equipamiento, ya que suele superar los 2.000 euros, mientras que las suscripciones rondan los cuarenta euros, que suele ser el ticket medio mensual de las cadenas de gimnasios españolas, según datos de EuropeActive y Deloitte.

Los gimnasios reivindican la importancia de la atención presencial, el factor socializador del club y el hecho de ofrecer más posibilidades de entrenamiento en el centro por el mismo precio. Sin embargo, cada vez más cadenas se deciden a dar el salto al servicio online con una propuesta que trasciende a la plataforma de entrenamiento.

“La oferta de entrenamiento digital es algo que el consumidor está demandando y que debería irse integrando en la oferta de los gimnasios”, asegura Javier Montada, gerente de Risk Advisory y experto en deporte y entretenimiento en Deloitte. De ahí “el interés por los fondos en las empresas de fitness digital, un ámbito con recorrido, que se está demandando mucho y que permite interaccionar con los usuarios, generar datos y más información”, afirma.

El data es una cuestión clave y explica, en gran medida, por que las cadenas de gimnasios han decidido lanzar su propio equipamiento y plataforma de entrenamiento. Al tratarse de sistemas propios, pueden acceder al dato del cliente sin intermediarios, y de este modo conocer mejor al usuario, sus preferencias de entrenamiento y un largo etcétera. De ahí que también las grandes tecnológicas, como Amazon y Apple, comercialicen desde wearables hasta plataformas de entrenamiento virtual. Es una ambición que va más allá de acompañar al cliente 24/7. Data is the new oil.

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