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Lululemon y Tempo diversifican su oferta de ‘home fitness’ conectado con la venta de pesas

La empresa canadiense, que en 2020 adquirió el espejo inteligente Mirror, ha empezado a comercializar mancuernas conectadas que contabilizan el número de repeticiones. Tempo ha puesto a la venta un lote de productos más asequible.

Mirror

Las compañías de home fitness se han convertido en disruptores de un sector tradicionalmente atendido por gimnasios que ofrecen atención presencial, y lejos de acomodarse, ahora han decidido dar un paso más allá. Lululemon, que hace un año adquirió el espejo inteligente para entrenar Mirror, ha lanzado al mercado mancuernas conectadas que contabilizan el número de repeticiones. Todo ello en un momento en que su rival Tempo, también especializado en entrenamiento para el hogar, ha empezado a vender equipamiento de fitness más económico para entrenar en casa.

Por un lado, Mirror ha empezado a vender equipamiento de musculación, como mancuernas y pesas para los tobillos, que guían a los usuarios durante su rutina deportiva. En concreto, les ofrecen feedback, pautándoles cuando deben aumentar o reducir la carga. Este equipamiento también introduce las métricas Universal Health Score, que da información sobre los latidos del corazón, los músculos y la recuperación para personalizar los entrenamientos a cada cliente.

Eso sí, este tipo de equipamiento cuenta como mínimo 50 dólares (43 euros), un precio que se eleva hasta 200 dólares (172 euros) en el caso de las mancuernas de mayor peso. El precio de las pesas para los tobillos oscila entre 80 dólares y 95 dólares (entre 70 euros y 77 euros).

Mirror se ha convertido en una de las empresas de entrenamiento en el hogar más conocidas. Este año prevé facturar 275 millones de dólares (237 millones de euros), y en 2023 espera elevar sus ventas hasta 700 millones de dólares (603 millones de euros).

La ofensiva de Tempo por ofrecer más equipamiento a sus clientes es algo distinta. Se trata de Tempo Move, un gimnasio conectado basado en pesas y discos que no están conectados a una pantalla. Este equipamiento cuenta con un mueble y un sensor de movimiento, para que los clientes puedan realizar el entrenamiento a través de smartphone u otras pantallas, como la televisión o un ordenador.

Mientras que el espejo inteligente cuesta 2.500 dólares (2.156 millones de euros), este pequeño gimnasio cuenta 395 dólares (340 millones de euros), de modo que puede llegar a un público con menor poder adquisitivo o con menos espacio para entrenar en casa. La compañía estadounidense ya ha captado 300 millones de dólares (258 millones de euros) en los últimos años.

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