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SmartFit frena su expansión y pone el foco en el online tras facturar 3,2 millones en 2020

La compañía, que estuvo a punto de cerrar un contrato para crecer en Madrid, ha decidido centrar su operativa en gestionar los gimnasios en funcionamiento y mejorar los procesos. La empresa accedió a créditos ICO por 1,4 millones.

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SmarFit pone en orden sus prioridades para frenar la caída de clientes que ha provocado la crisis sanitaria. La cadena de gimnasios de bajo coste ha frenado en seco su expansión y, si bien sigue atenta a oportunidades de crecimiento que puedan surgir, ha decidido centrarse en mejorar sus instalaciones y servicios para recuperar los abonados perdidos. “El foco ahora lo tenemos en mejorar los centros y los procesos para que el cliente tenga una experiencia doble: pasarlo bien y hacerlo de manera segura”, explica Nacho Usera, fundador y director general de SmartFit.

La compañía facturó 3,2 millones en 2020, dos millones menos de lo previsto en un año que cerró con 9 instalaciones y 14.000 socios. Pese a la pérdida del negocio, la compañía ha cerrado el año con todos sus centros con resultado de explotación (ebitda) positivo, excepto el club de la calle Girona de Barcelona, el último que abrió en 2020.

“La situación este año ha sido complicada; teníamos bastantes vencimientos de deuda que gracias a los ICO hemos atendido”, afirma Usera, en referencia a los créditos por 1,4 millones de euros con el aval del Estado que se han firmado. La empresa ha atendido a sus compromisos con los acreedores, entre los que se encuentra Banco Santander.

La volatilidad e incertidumbre provocada por la pandemia ha supuesto que SmartFit haya decidido no definir un presupuesto para 2021. “Lo que sí tenemos claro es que nuestra gestión se ha convertido en la gestión de caja y la jurídica se ha multiplicado por los acuerdos con proveedores, arrendadores, acreedores y trabajadores”, admite.

SmartFit facturó 3,2 millones de euros en 2020; la caída del negocio por la pandemia provocó que la cadena volviera a niveles de ventas de 2018

Usera reconoce que la recuperación pasa porque el sector sea capaz de comunicar que la actividad física es salud. Otro de los retos es la hibridación del servicio de fitness, que tras años volcándose en la actividad presencial ahora debe mirar a las nuevas tecnologías. “Es un servicio complementario para cuando algún cliente no pueda venir a entrenar, aunque el usuario continúa agradeciendo el servicio presencial”, explica.

Para Usera, el boom de las plataformas de home fitness no es una amenaza. “Ayudará al sector a crecer como en su día ocurrió con el modelo concesional, el low cost, los boutiques; todos ellos provocaron turbulencias al principio, pero luego se asentaron y el sector creció”, añade. La ofensiva online de SmartFit culminará en las próximas semanas, en cuanto se presente un servicio adicional al que podrán acceder los clientes que paguen la cuota premium, y que se monetizará entre los usuarios que no estén inscritos.

Este servicio es una evolución del que se empezó a ofrecer en marzo, cuando la cadena publicó entrenamientos para estimular la práctica de ejercicio durante el confinamiento. “Ampliar este servicio a quienes no están inscritos nos permitirá ampliar la tarta”, reconoce, al apuntar que el cliente online podría acabar dándose de alta en un gimnasio.

Fortalecer su servicio online y presencial con el foco puesto en la salud es el objetivo de SmartFit a corto plazo. “Ahora el protagonismo recae en lo que ya tenemos y esperamos seguir innovando a partir de ahí, aunque queremos seguir creciendo y no dejaremos de evaluar proyectos”, explica. El crecimiento no será a cualquier precio, y Usera espera que surjan oportunidades que permita crecer, bien sea porque algunos operadores cierren, o porque el precio de los alquileres caiga por la alta disponibilidad de locales, como ya ocurrió tras la crisis de 2007.

Con nueve gimnasios en funcionamiento en Madrid (3), Barcelona (3), Cádiz, Málaga y Girona, SmartFit ha crecido en los últimos años combinando el desarrollo de locales con la adquisición de gimnasios, lo que le permitió entrar en Cataluña con tres instalaciones Perfect Fit en Girona, Terrassa y Mollet del Vallés. El último traspaso lo firmó el año pasado, con la adquisición de un antiguo L’Orange Bleue que cerró. 

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