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El deporte paralímpico gana un 24% en fichas tras incrementar ingresos hasta 23 millones para Tokio

El Plan ADOP y la entrada de nuevas marcas, claves para la mejora de los recursos de los atletas de élite y federados, que ya suman más de 14.000. Sin embargo, todavía, sólo un 0,3% de las personas con diversidad funcional tienen licencia federativa.

El deporte paralímpico gana enteros año tras año, no sólo colgándose medallas en mundiales, europeos y Juegos Olímpicos, sino también en lo que respecta al número de practicantes deportivos. Así lo refleja el número de deportistas inscritos a algunas de las federaciones que atienden el deporte para personas discapacitadas, con un total de 14.529 personas en 2020. Sin tener en cuenta el descenso generalizado en el número de licencias federadas en 2021 por la pandemia, la cifra de federados aumentó un 23,6% en 2020 respecto a Río 2016, y del 30,3% respecto a Londres 2012.

En esta subida también destaca el incremento de los recursos que gestiona el Comité Paralímpico Español (CPE). En el último ciclo olímpico, el Plan ADOP –el equivalente al ADO en el deporte paralímpico– contó con 23,8 millones de euros, de los que 7 millones se destinaron al último año, el de los Juegos. Sumadas otras ayudas e ingresos propios, el CPE gestionó 27,5 millones en el último lustro.

El alza de las cifras no altera, sin embargo, una realidad, y es que los deportistas paralímpicos se enfrentan a una carrera de obstáculos por partida doble: en su vida diaria y en su carrera deportiva. Ejemplo de superación, cada vez más marcas apuestan por apoyar e invertir en el desarrollo de deportistas con discapacidad, si bien aún queda mucho camino por recorrer hasta equiparar sus condiciones a las del resto de atletas sin diversidad funcional.

Ese es el destino de un camino en el serán clave la promoción deportiva y la visibilidad de los y las deportistas con diversidad funcional. Así lo recoge el informe Paralímpicos, una carrera de obstáculos, un estudio independiente elaborado por 2Playbook y que cuenta con la participación de CaixaBank, en el que más de una veintena de actores relevantes del sector deportivo y en concreto del deporte paralímpico han aportado sus reflexiones sobre su presente y futuro.

En el documento se repasan los restos de España, que busca entrar en el top-10 del medallero mundial, haciendo un viaje por todos los ámbitos que ayudan a impulsar el éxito deportivo: el sistema de competición; las modalidades paralímpicas; el apoyo de la tecnología; la imprescindible aportación de los patrocinadores; el desafío de la visibilidad; la incorporación de atletas paralímpicos al mundo laboral, y la dotación de infraestructuras accesibles para la práctica deportiva.

Todos esos ámbitos serán imprescindibles para elevar el número de personas discapacitadas que practican deporte. Aquí reside uno de los grandes retos del deporte español: sólo el 0,3% de las personas con discapacidad están inscritas a una federación deportiva. Hacer accesible la práctica de ejercicio físico es primordial para que cada vez más personas con diversidad funcional vean el deporte como una opción de desarrollo y salud. En este sentido, el Gobierno ha introducido en la nueva Ley del Deporte la inclusión obligatoria del deporte adaptado en las federaciones, una demanda histórica del CPE y una herramienta de cohesión.

 

No es ayuda, es inversión: el patrocinio como aliado

En un momento en el que al patrocinio se le exige propósito, el deporte adaptado tiene ante sí una oportunidad.  Las marcas encuentran referentes en los y las atletas paralímpicas, historias de superación y éxito a las que dar apoyo para que puedan seguir desarrollándose dentro y fuera del terreno de juego o la pista.

En los últimos años, los nuevos entornos digitales han abierto una ventana al movimiento paralímpico. De cara a Paris 2024, España continúa siendo un gran caladero de medallas, peleando siempre por entrar en el top-10 del medallero. Para preparar la gran cita polideportiva el Plan ADOP cuenta con el apoyo de casi una treintena de empresas, pero la lista todavía puede crecer mucho más. Para París 2024, la inversión en ADOP será de 19 millones de euros, un 17% inferior a Tokio, si bien el ciclo anterior alcanzó los cinco años por la pandemia. De media, la partida se queda igual, en torno a los 4,75 millones de euros anuales.

Entre las empresas privadas, la horquilla en las ayudas va desde los 50.000 euros a los 800.000 euros. Entre medias, varias compañías aportan sobre el medio millón de euros. Muchos patrocinadores dedican una inversión casi equivalente al pago directo en activaciones que dan visibilidad al movimiento paralímpico dentro de la sociedad. Es una aportación intangible que se traduce en un mayor seguimiento por parte de los aficionados y, a mayor visibilidad, más capacidad de generar recursos que reviertan en la carrera de los y las atletas.

 

Apoyo económico y accesibilidad, los retos de futuro

En constante evolución, la tecnología es parte fundamental del movimiento paralímpico desde su nacimiento, pero ningún avance ha sido tan determinante como la impresión 3D. Se espera que esta tecnología lleve al paralimpismo a una nueva dimensión, permitiendo imprimir guantes y prótesis ultrarresistentes y hechas a medida para que cada atleta pueda competir y mejorar su rendimiento. Para mejorar el acceso de los deportistas a este tipo de equipamiento será fundamental acceder al apoyo económico, público y privado.

Y para alcanzar los Juegos, se necesita cantera. En este sentido, existen varios proyectos y programas en marcha, como la Mesa del Deporte Inclusivo, que, bajo el liderazgo del CSD, promociona la actividad física entre los más jóvenes a través de convenios con autonomías y universidades. También existe la iniciativa Promesas Paralímpicas, creada por el Comité Paralímpico Español junto a diferentes federaciones para fomentar el deporte de base para personas con discapacidad. Así, se busca aumentar el número de deportistas y entrenadores, fomentar su especialización y crear una comunidad profesional que permita la detección de talento joven.

Por ahora el programa se compone por ocho equipos, de los que siete ya cuenta con un patrocinador: CaixaBank (triatlón), AXA (natación), Liberty Seguros (atletismo), Cofidis (ciclismo), Allianz (deportes de invierno) y, los dos últimos en llegar, Dingonatura (piragüismo) y Verallia (tenis de mesa). En busca de una marca se encuentra el equipo de bádminton.

La presencia de CaixaBank en el equipo de triatlón se engloba dentro de un acuerdo macro del banco con el deporte paralímpico, al que patrocina desde 2016. Socio del CPE desde 2019, con el que acaba de renovar hasta París 2024, también ha realizado otras iniciativas relacionadas con el deporte inclusivo en deportes como el baloncesto en silla de ruedas, donde está presente en la Selección Española y es patrocinador principal de la Copa del Rey y otras competiciones de la disciplina. Consecuencia de ello, la compañía ha entrado en el podio de las marcas con más presencia paralímpica en el imaginario del aficionado, tras la Fundación ONCE –gran mecenas del deporte paralímpico español– y por delante de Toyota, según el barómetro de patrocinio deportivo elaborado por SPSG Consulting.

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