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Las exportaciones deportivas rozan los 800 millones en 2020 gracias a bicis, calzado y outdoor

La venta de artículos deportivos en el extranjero creció un 1,2% interanual en 2020 a pesar de la pandemia y de que sectores clave como el fitness o el esquí contrajeron su facturación un 17% y un 19%, respectivamente.

black diamond outdoor

La industria deportiva española saca pecho en el extranjero. Ni siquiera la pandemia ha impedido que las exportaciones de artículos deportivos vuelvan a crecer por décimo año consecutivo, y que su volumen de negocio haya acariciado la barrera de los 800 millones de euros en 2020. Las ventas sólo han crecido un 1,2% interanual, hasta 794,7 millones de euros, pero teniendo en cuenta que durante tres meses, en el peor momento de la crisis sanitaria, el negocio exterior se hundió a mínimos históricos, cerrar el año en positivo ha sido el principal éxito.

La venta de artículos deportivos al extranjero comenzó a reflotar en el mes de junio, tras el confinamiento. Sin embargo, no fue hasta octubre cuando las exportaciones españolas lograron recuperar el negocio perdido por la pandemia. Desde entonces, el ritmo de crecimiento intermensual ha sido de doble dígito.

Empresas como All for Padel explican que esta situación se debe al cuello de botella que había formado el confinamiento y la dificultad logística durante esos meses. “Muchos proyectos se retrasaron porque no podíamos enviar los materiales, no porque se hubieran paralizado, y eso ha generado un retraso en la ejecución”. La compañía exporta más del 90% de las pistas que construye y la venta en el extranjero cada vez tiene más peso en su facturación.

Sectores como el pádel han sido algunos de los grandes beneficiados por la pandemia, junto con el outdoor, las bicicletas y el calzado. Estas tres categorías han liderado la remontada de las ventas made in Spain, con crecimientos interanuales de entre el 8% y el 16%, en el caso del ciclismo.

Bicicletas, calzado y outdoor han tirado de las exportaciones españolas tras el confinamiento

La venta de bicicletas facturó 128,6 millones de euros en 2020 y, si bien el salto ha sido notable, y ha cerrado uno de los mejores años desde que hay registros. Su pico se alcanzó en 2018, cuando las compañías especializadas en este sector alcanzaron una cifra de negocio de casi 140 millones de euros, lideradas por marcas como BH Bikes y Orbea.

El ciclismo ha recibido un espaldarazo tras el confinamiento y aún espera que el boom de la movilidad urbana llegue a las principales capitales europeas. Ahora bien, el pico de demanda ha provocado un cuello de botella en la producción que ha puesto en jaque el negocio de detallistas, fabricantes y distribuidores. Compañías como Shimano estiman que, si se mantiene el mismo volumen de demanda, el mercado no se estabilizará hasta 2022, y marcas como Orbea, Giant o Specialized han tenido que subir el precio de sus bicicletas para compensar la caída del margen.

Lo mismo ha sucedido en otros sectores como el fitness, que a diferencia de las bicicletas no ha podido aguantar los efectos de la Covid-19. La venta de artículos deportivos para la gimnasia y el atletismo cayó un 17,7% interanual, hasta 143 millones de euros, y pone fin a cerca de una década de crecimiento a ritmo de doble dígito interanual.

Fitness y ciclismo son dos caras de la misma moneda, ya que ambas industrias han experimentado el fenómeno contrario en el caso de las importaciones. La compra de material para el entrenamiento a otros países aumentó un 4,4% interanual, hasta 364,5 millones en el caso del fitness, mientras que la compra de bicicletas cayó un 12%, hasta 211 millones de euros.

Fitness y esquí son la otra cara de la moneda y no han aguantado el impacto de la Covid-19

El peor golpe, sin embargo, se lo ha llevado el esquí, que ha perdido casi toda la temporada de nieve por las restricciones impuestas en los diferentes países. Las exportaciones de esquís se hundieron un 19% interanual, hasta 41 millones de euros, mientras que las importaciones cayeron a un ritmo similar: un 15,2% menos, hasta 558 millones de euros.

La clave del crecimiento, sin embargo, se encuentra en el rebote de las ventas del calzado deportivo a otros países, que ha cerrado el año con una facturación de 194,4 millones de euros, un avance del 9,6%. Las importaciones, sin embargo, se contrajeron un 16%, muestra de que el mercado español aún no se ha recuperado en términos de gasto, pues la mayor parte de las ventas de calzado la aportan las sneakers y no la gama técnica.

Pese al avance de las exportaciones y la caída de las importaciones, la balanza comercial española aún presenta un déficit de 647 millones de euros. Es decir, España compra más artículos deportivos de los que vende, con China como su principal socio comercial. China se mantiene como el principal socio comercial en este sentido, y aporta un tercio de las importaciones totales, que en el año de la pandemia cayeron un 9,7%, hasta 1.504 millones.

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