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Ni ‘home fitness’ ni bicis salvan el consumo: las importaciones caen un 22,6% en la pandemia

España adquirió artículos deportivos a otros países por valor de 663,4 millones de euros entre marzo y agosto, la cifra más baja desde 2015, cuando el consumo comenzó a recuperarse en el país tras la crisis económica.

tienda bicicletas

Durante los últimos meses los retailers deportivos han registrado un notable aumento de la demanda de artículos para el entrenamiento. Tras el boom del home fitness y el yoga fueron las disciplinas outdoor las que tomaron el relevo, como el running o la venta de bicicletas. Ahora bien, los detallistas aseguraban ya entonces que experimentaban retrasos en el abastecimiento y roturas de stock, a lo que se añade la caída en el consumo provocada por la crisis del Covid-19. La pregunta, por tanto, es clara: ¿el boom del deporte en España ha provocado que aumenten las importaciones de estos artículos?

Desde que se decretó el estado de alarma en marzo y hasta agosto se han comprado artículos deportivos por valor de 663,4 millones de euros, un 22,6% menos que en el mismo período del año anterior, según los últimos datos publicados por Icex España Exportaciones e Inversiones. Es una cuantía que se sitúa a niveles de 2015, cuando el sector deportivo dejó atrás la crisis económica y empezó su escalada.

Las importaciones son uno de los indicadores que miden la evolución del consumo en el país. Durante la anterior crisis económica la balanza comercial española equilibró su peso debido a que las empresas encontraron en el extranjero la oportunidad de negocio que no había en España. En 2012 el presupuesto medio por persona en deporte cayó hasta 87,42 euros, su mínimo desde que el Instituto Nacional de Estadística (INE) tiene registros, y el deporte apenas suponía el 0,39% en la cesta de la compra de los españoles.

La mayor caída la ha registrado el sector del calzado, cuyos ingresos se han hundido un 34% en este período, hasta 222,5 millones de euros. No es una cuestión menor, pues la venta de sneakers y zapatillas deportivas es el principal motor de las ventas en España y apenas hay marcas que aún tengan localizada su producción. En otras palabras: el sell-in de los retailers procede del extranjero.

 

Las importaciones son uno de los principales indicadores a la hora de medir el consumo en España 

 

Los artículos de fitness y atletismo, que en los últimos años se habían convertido en el principal motor de las transacciones de España en el extranjero tampoco han logrado mantener su volumen de negocio. Las empresas adquirieron material por valor de 161 millones de euros entre marzo y agosto, un 6,7% menos que en el mismo período del año anterior. Algunos multimarca aseguraron durante los primeros meses de la pandemia que estaban explorando nuevas vías para poder conseguir más material ante la imposibilidad de reponerlo a través de los distribuidores habituales.

Las bicicletas, el producto estrella de los retailers deportivos tras levantar las restricciones, también han sufrido los efectos de la pandemia. Las compras de España al extranjero se han desplomado un 25%, hasta 79 millones de euros. Pese a que los detallistas aseguran que la venta de bicicletas se mantiene como el principal salvavidas del deporte en tiempos de pandemia, muchos han elevado la preocupación al no ser capaces de garantizar un suministro fluido que cubra la mayor demanda de estos meses.

Eso sí, las cadenas especializadas admiten que han podido dar salida a parte del stock acumulado durante los últimos años, para el que apenas había demanda. Esa situación también ha sido posible debido a que el sector ciclista presenta una dificultad añadida al del calzado, pues el proceso de producción se realiza en fábricas de diferentes países, lo que complica aún más su logística y ha provocado que muchos modelos no llegaran a tiempo.

De hecho tras una primera fase en la que las grandes superficies tuvieron que acotar sus espacios a 400 metros cuadrados, tras levantar las restricciones son los grandes operadores los que han concentrado la venta de bicicletas. Entre ellos Decathlon, que asegura haber duplicado la comercialización de este tipo de artículos este año. El gigante galo, además, cuenta con la ventaja de controlar toda su cadena de producción de forma directa y de contar con su principal fábrica de bicis en Portugal.

En cuanto a los artículos para la práctica deportiva al aire libre, otro de los pilares de la balanza comercial española con el extranjero, España adquirió productos por valor de 72 millones de euros, un 10,9% menos que el año anterior. La compra de material para la práctica del esquí también ha decrecido, concretamente un 18,8%, hasta 6,6 millones de euros.

 

Decathlon ha sido uno de los principales beneficiados en la venta de bicicletas tras pinchar el año anterior

 

Acumulado en 2020

Sumando los meses de enero y febrero, el acumulado de las importaciones españolas presenta una caída menor, de sólo un 15%, hasta 950,8 millones de euros. China, Bélgica e Italia se mantienen como los principales vendedores de artículos deportivos para España, y sólo Bangladesh irrumpe en el top-10.

En cuanto a las exportaciones, la caída es de sólo un 3,7%, hasta 539,2 millones de euros. De hecho, el negocio en el extranjero de las empresas españolas ha repuntado en el mes de agosto, que se ha saldado con un alza del 10,9% respecto al mismo mes en 2019. Es un indicador especialmente relevante. Por un lado, es una línea de negocio ya asentada ante una posible crisis económica que afecte al consumo en España, como sucedió entre 2008 y 2015. Por otro lado, indica la fortaleza de las empresas españolas tras años de expansión internacional.

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