La industria deportiva afronta la recuperación de la Covid-19 aún con incertidumbres. La remontada será desigual y a diferentes velocidades, pero constante, en términos generales. Las previsiones pasan por mantener un crecimiento del 4,9% interanual durante los próximos tres y cinco años, el mismo ritmo que en el período anterior, según el último informe elaborado por PwC sobre el sector.

El estudio, en el que han participado 800 expertos de todos los sectores del deporte, indica que “hay una sensación de que el mercado puede amoldarse a las nuevas condiciones”. “Marcas y compañías audiovisuales son las menos optimistas, en comparación con los stakeholders tradicionales que poseen los derechos”.

De hecho, los operadores estiman que el crecimiento de su negocio será de solo un 2,7%, frente al 6,3% de los últimos cinco años. Los patrocinadores, por su parte, prevén que el alza será del 2,9%, frente al 3,4% del último período antes de la pandemia. Las federaciones y las agencias de marketing son las que mejores previsiones auguran para su negocio junto con las compañías tecnológicas y el sector público.  

Por territorios, la industria deportiva seguirá liderada por Estados Unidos, donde se espera un crecimiento del 7,4% en los próximos tres a cinco años, dos décimas más que en la etapa anterior. También en Asia, donde el despegue será del 5,8%. Europa, sin embargo, será “la más conservadora en sus previsiones de crecimiento”, según PwC.

El deporte mantendrá una línea de crecimiento similar a la de los últimos cinco años

En cuanto a los drivers que marcarán las tendencias del deporte en los próximos años destacan tres: la transformación de la oferta audiovisual, el aumento de la tecnología en la práctica deportiva e identificar las preferencias del aficionado. Entre un 82% y un 70% de los encuestados las han señalado como las tres principales áreas de crecimiento.

“La aceleración del mapa audiovisual, que ha estado dominado por el cable, está fragmentado en el streaming”, se explica. Y se añade: “El corazón del debate de la Superliga de fútbol es la discusión sobre el declive de las audiencias y la necesidad de reconectar con el fan de nuevas generaciones”.

De hecho, los cambios en la industria del fútbol serán algunos de los más significativos. Los sistemas de distribución de ingresos y los mecanismos reguladores en las ligas europeas se mantienen “bajo un intenso escrutinio y crítica”. La mayoría de los encuestados sostienen que “hay que poner medidas fuertes para proteger el sistema abierto de pirámide competitiva”.

En esa ecuación entrará en juego el control de los costes frente a la inversión en un momento de crisis. Para el 56% de los expertos las propiedades deportivas se deben centrar en impulsar sus ingresos, mientras que el resto opta por controlar los costes.

"El deporte debe confrontar las responsabilidades colectivas, los cambios sociales y utilizar su influencia como plataforma para desarrollar una sociedad más fuerte", David Dellea

Por otro lado, también destacará la influencia creciente de los atletas. Según un reciente estudio de Facebook sobre los deportes más consumidos en sus plataformas, tanto en noticias, como en vídeos o en cualquier otro formato, predominan aquellos cuya narrativa se centra en el deportista, a pesar de ser colectivos. Ahora bien, ello también responde a las propias lógicas de la red social, donde el engage y la creación de comunidades va más allá del deporte y un club y busca nichos para crear contenidos.

Además, dentro de la influencia de los deportistas, el posicionamiento social será la tendencia dominante. “Los líderes deportivos ven el riesgo de perder la confianza de los aficionados y esa es la principal razón para invertir en sostenibilidad e impacto social”, subraya el documento. Además, serán “las mujeres atletas las que liderarán el activismo social desde el deporte”.