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Save Football: un proyecto contra la toxicidad en el fútbol base que pide apoyo de todo el deporte

El Fundador de EVIE ha creado el primer sello de calidad humana para el fútbol base en España. Ya cuenta con 40 clubes adheridos que reciben formación continua y campañas de sensibilización

Rubén Godoy es Fundador de EVIE y creador del sello Save Football

Rubén Godoy, fundador de EVIE, ha puesto en marcha Save Football, el primer sello de calidad humana para el fútbol base en España. La iniciativa, que ya suma 40 clubes, promueve la formación obligatoria de entrenadores y familias, así como protocolos contra el bullying y el racismo para construir un entorno educativo y seguro en el deporte. “El problema del fútbol base no está en los niños, está en el entorno”, explica. En el proyecto también participan Míchel Sánchez, Vicente del Bosque o Víctor Küppers.

 

¿Cómo nace Save Football? ¿Por qué motivo has impulsado este proyecto?

Save Football nace de una convicción que he forjado a lo largo de mi vida como futbolista y como formador. El problema está en el entorno. Nos hemos apoyado en dos circunstancias fundamentales: por un lado, la creciente problemática de la falta de educación en la sociedad actual, que se refleja de manera especialmente visible en los partidos de fútbol base; por otro, el análisis realizado durante más de 25 años sobre el impacto que puede tener un entrenador en el desarrollo integral de una persona.

En mi caso, esa semilla la adquirí de varios entrenadores que tuve en mi pasado como futbolista, y es algo que siempre me llevó a la curiosidad.  El plan fue crear un modelo de referencia más humano en las personas que influyen en los pequeños futbolistas.   

 

¿Por qué es crees que es necesario que los entrenadores obtengan el sello Save Football?

Cada fin de semana, en miles de campos de fútbol base de nuestro país no solo se juegan partidos. Se cruzan gritos, se siembran miedos, se rompen infancias. Y todo esto sucede ante los ojos de todos, semana tras semana. Estas personas que forman el entorno de los niños y niñas en futbol base (entrenadores y padres) son un gran referente para sus vidas y deben tener herramientas vinculadas a la educación e inteligencia emocional con el objetivo de erradicar los malos comportamientos en un campo de fútbol.  Nos preguntamos ¿por qué una persona que manipula alimentos debe tener un certificado especial para ello y alguien que trabaja con niños diariamente no debe poseer ninguna formación o certificación al respecto?

 

¿De qué manera, o qué estándares, deben tener los clubes para medir la calidad humana de sus equipos?

Save Football se presenta como una herramienta clave para los clubes deportivos, que les ayuda a cumplir con sus obligaciones y diferenciarse en un entorno cada vez más competitivo. Los requisitos para obtener el sello incluyen la formación obligatoria de entrenadores y padres, la implementación de protocolos contra el racismo y el bullying, así como la divulgación activa de campañas educativas. Los equipos o clubes deben aceptar una auditoria donde deberán cumplir tres parámetros definidos y claros como son.

 

40 clubes ya aplican el sello que exige formación a padres y entrenadores

 

¿Y qué parámetros son?

Que los entrenadores de esos niños y niñas hayan obtenido el certificado que les avala como alguien cualificado que posee herramientas para generar mayor calidad humana. Que dicho equipo, escuela o club haya facilitado a todos y a cada uno de los padres un acceso a una formación específica para ellos por la cual, sin ninguna duda, acompañarán a sus hijos desde una perspectiva más autocritica y con menos crispación desde el rol a desempeñar como padre o madre que quiere lo mejor para su hijo. Además, en el caso de realizarla, podrán adquirir un diploma que certifique su implicación por mejorar el entorno del fútbol base. Y, por último, que todos los entrenadores que hayan realizado esa formación hayan conocido y firmado el protocolo de protección al menor que incorpora Save Football en su porfolio. Además, en las herramientas que aportamos en la formación de entrenadores y padres no solo aclaramos cómo actuar en caso de vulnerabilidad infantil, como pueden ser bullying o racismo, sino que también desarrollan casos prácticos para prevenir y anticiparse a esta problemática que tanta importancia requiere el panorama actual. A través de ese triple impacto -equipos, entrenadores y familia- se persigue humanizar el ecosistema del deporte rey.

 

¿Por qué es urgente implantar un sello de calidad humana en el fútbol base y qué impacto puede tener en la sociedad más allá del deporte?

Para llevar tanto tiempo creando un proyecto de esta envergadura existe una vocación superlativa. Frente a una realidad que me duele -y debería dolernos a todos- decidí poner en marcha una respuesta que nace del corazón, pero también del rigor y la experiencia: Save Football, el primer sello de calidad humana para el fútbol base en España. No es solo un distintivo. Es un grito de auxilio convertido en herramienta. Un protocolo. Una formación. Una comunidad. Un compromiso con los menores que hoy pisan el césped y mañana estarán en nuestras empresas, familias e instituciones. Porque el fútbol no forma solo deportistas, forma personas. Y si no cuidamos eso… ¿qué estamos enseñando? Crecer desde la industria del deporte no es que sea solo uno de nuestros objetivos, sino que es una necesidad urgente para la sociedad. Solo hay que visitar cualquier campo de fútbol base un fin de semana.

 

¿Cuál es el modelo de negocio? ¿Qué coste tiene para un club o una administración sumarse a esta iniciativa y qué incluye ese sello de calidad?

Se trata de un compromiso que adquieren al firmar un contrato por el cual se comprometen ofrecer herramientas de formación tanto a padres como a entrenadores.  Solo por eso todos los jugadores llevarán un el sello de Save Football en sus camisetas en esta temporada que entra, incorporando así un valor de añadido jamás visto en el mundo del fútbol. Para obtener el certificado Save Football deberán cumplir los requisitos que he comentado anteriormente y que comprobaremos con una auditoria.

 

 

¿Qué coste tiene?

El único coste es de 6 euros por niño al año. Si tenemos en cuenta que, fuera del sello de calidad Save Football, la formación para entrenadores está valorada en 299 euros y la dirigida a padres en 99 euros, la diferencia es enorme. Además, esta cuota simbólica incluye también el protocolo de protección al menor, un servicio que muchas empresas cobran aparte. Además, contamos con un equipo de comunicación que se encarga de generar noticias en redes sociales y prensa tanto a nivel local como nacional para elevar el prestigio de los clubes que se adhieren a nuestro sello de calidad. Lo culminaremos con una gala que haremos a final de año donde se premiará y se incentivará a las personas y clubes que más se comprometan a crear un fútbol más educativo.

 

Ya hay 40 clubes implicados y un acuerdo con la Federación de Chile. ¿Qué tipo de interés estáis recibiendo por parte de los clubes?

Los clubes que tienen un perfil formativo nos reciben con los brazos abiertos. Nos cuentan que por fin ha venido alguien a incentivarles y premiarles por molestarse en crear un entorno más educativo y seguro para el adulto en el que se convertirán esos niños y niñas que pasan por sus equipos. También nos encontramos con un perfil de directivas o equipos menos flexibles en apostar por la educación. Sin ninguna duda, aquí estamos rompiendo una barrera que lleva implantada muchos años en el mundo del fútbol. Pero estamos convencidos de que nuestro sello de calidad humana es un despegue con determinación hacia un fútbol mejor. Y en el que todos tenemos cierta responsabilidad de mejorarlo desde el rol que nos pertenece a cada actor que formamos parte de este mundo.   

 

Uno de los mensajes centrales del proyecto es que el problema está en el entorno, no en los niños. Desde tu experiencia, ¿cómo se combate esa cultura de presión, gritos y violencia verbal que sigue instalada en muchas gradas y banquillos?

Este sello también sirve para dignificar el trabajo de los clubes que ya lo están haciendo bien. Para distinguir a quienes educan, cuidan y protegen. No por estética, sino por ética. Porque formar jugadores con talento ya no basta si no formamos personas con integridad.Se combate, reeducando al entorno con un plan a medio largo plazo continuo y evaluable cada año. Escuchando a cada equipo que pertenezca a nuestra comunidad y a nuestro consejo asesor formado por profesionales en formación, educación y fútbol.

 

 

 

¿Qué papel deben asumir las instituciones y la sociedad en general para que iniciativas como Save Football se conviertan en un verdadero motor de cambio en el fútbol base?

No miremos a otro lado. No repitamos que “son cosas del fútbol”. Lo que ocurre en esas gradas no es inevitable. Es educable. Lo que gritan algunos adultos no es anecdótico. Se puede evitar. Lo que sufren miles de niños y niñas cada semana no es invisible. Es real y merece una respuesta. Ahora solo falta que, como sociedad, estemos a la altura. Que lo apoyemos. Que lo exijamos. Que lo integremos. Que las instituciones no se limiten a aplaudir desde el palco, sino que se remanguen, legislen, financien y acompañen. Porque cuando hablamos de fútbol base, hablamos del futuro de nuestros hijos. Y ese partido, créanme, no podemos permitirnos perderlo. Save Football ofrece esa respuesta. Con método. Con evidencia. Con alma.

 

¿En qué valores y competencias se centra la formación que reciben los entrenadores para educar a los más jóvenes?

La formación que deben cumplir los entrenadores está basada al 100% en el ejemplo que proyectan a esos niños que serán el futuro de la sociedad. Por lo tanto, les aportamos herramientas para trabajar sobre la sensatez, esfuerzo escolar, ser agradecidos, despertar la curiosidad, la influencia de las redes sociales, entre otros… Y también, muy importante para mejorar su visión interna como entrenador, eligiendo siempre un modelo más humano para liderar a sus grupos.

 

¿Qué tipo de formación ofrecéis a entrenadores y familias y qué papel juegan personas como Míchel Sánchez, Vicente del Bosque o Víctor Küppers dentro de Save Football?

Míchel, entrenador del Girona FC, es el embajador de todo el proyecto. Creo que no podríamos tener mejor referente para dar a conocer en la elite nuestro proyecto. Da gusto escucharle cómo comunica nuestra esencia, ya que se siente muy reflejado con la idea de formar buenas personas a través del fútbol. No olvidemos también que este fútbol base es la antesala del fútbol profesional, por eso es importante que una persona de este nivel exprese nuestra idea en esferas más altas. Vicente del Bosque ha sido una inspiración durante estos cinco años de formación del proyecto por los valores que ha representado en el fútbol español y su forma de expresar la importancia del fútbol como vínculo para mejorar la sociedad. Cuando le contamos la idea no dudó en ayudarnos y aportarnos su granito de arena para convencer a esos padres, entrenadores y clubes para unirse a nuestra comunidad educativa. Víctor Kuppers, es una persona que conozco hace muchos años y siempre generó inspiración en todos mis proyectos. De hecho, algunas herramientas con las que trabajamos con entrenadores están orientadas en la línea de actitud positiva que lleva sembrando Víctor ya muchos años. También, en cuanto le contamos la idea, no dudó en aportar su visión sobre la importancia de nuestro trabajo.

 

¿Tiene la sensación de que las administraciones públicas y las federaciones están tomándose en serio este problema, o sigue siendo algo a lo que se presta atención solo cuando hay incidentes mediáticos?

Nos consta que cada vez se lo van a tomar más en serio, sobre todo por iniciativas como la nuestra, que refleja la necesidad urgente de actuar inmediatamente sobre esta problemática. Pero, de momento, los esfuerzos que ofrecen están basados en campañas y charlas de sensibilización carentes de la creación de un método medible y evaluable prorrogado en el tiempo como proponemos en Save Football que, además, actúa desde la raíz del problema, desde la niñez y la reeducación del entorno, como epicentro del primer paso hacia la transformación de un deporte mejor visto para el resto de la sociedad.  Hemos establecido una serie de contactos previos con varias administraciones públicas como el Consejo Superior de Deportes y la Federación Española de Fútbol y el feedback ha sido positivo. Ahora estamos a la espera de nuevas reuniones en las que presentaremos el proyecto con mayor profundidad.

 

El proyecto impulsa protocolos contra bullying y racismo en el fútbol formativo

 

Save Football propone formación obligatoria y control sobre entrenadores y familias. ¿Qué herramientas de seguimiento y evaluación están poniendo en marcha?

Siempre tenemos una persona referente dentro de los clubes que nos ayuda a que esta materia se imparta de forma efectiva. A partir de ahí, a través de nuestro auditor se comprueba que los requisitos se van cumpliendo. Además, al comienzo de la temporada presentamos una prueba a los entrenadores para saber cómo pueden mejorar en el ejemplo que quieren dar ante los niños, y una vez realizada su formación, hacen otra prueba para evaluar su mejora. Ya dentro de cada formación individual, cada padre y entrenador deberá aprobar unos cuestionarios que los llevará a un diploma validado por Evie Futbol. Por último, como comunidad educativa proponemos un día para juntar a todos los clubes con nuestro Consejo Asesor (formado por profesionales dentro del mundo de la psicología, pedagogía, protección al menor y del futbol formativo en España) donde se habla de nuevas líneas de trabajo, nuevas mejoras y nuevos avances para la formación de la siguiente temporada.

 

¿Cómo se convence a un director deportivo o a un presidente de que invierta en gestión emocional y educación en valores?

Lo primero, y no es difícil, es exponerle la necesidad en el contexto social futbolístico en el que nos vemos envueltos, donde todos estamos de acuerdo en que el ambiente que se genera en este deporte en muchas ocasiones roza la toxicidad y esto distorsiona la salud mental de nuestros pequeños. Después de casi dos años de testeo comprobamos que los clubes también son empresas o personas que viven de un sostén económico. Por ello, había que facilitarles o bien una comisión monetaria o un prestigio en sus grupos de interés para generar más rentabilidad. Apostamos por lo segundo, generando así un valor añadido nunca visto en el fútbol base como es una certificación donde, cumpliendo unos estándares, pueden tener notoriedad en redes sociales, prensa local, prensa nacional y Gala Save Football y, de este modo, así convencer a más padres, entrenadores y patrocinadores de que se unan al proyecto privado de cada club. Por tanto, este sello lo que hace es poner en valor y en visión global a los equipos que utilizan gran parte de su esfuerzo para ver al niño o niña como un ser humano, no como un número, y del que todos debemos preocuparnos ya que será el futuro de nuestra sociedad.

 

La Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI) sitúa ya la protección al menor en el centro del deporte base, pero ¿cree que falta recorrido para que tenga un reflejo real en el día a día de los clubes?

Por supuesto que queda mucho recorrido. En todo momento tuvimos muy claro que Save Football se debería alinear con la LOPIVI (Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia), pero no se queda en la teoría: propone formación continua obligatoria para entrenadores y familias, campañas de sensibilización y la firma de un protocolo de buenas prácticas. Se observan comportamientos en gradas y banquillos, se trabaja la prevención del acoso entre iguales, se promueve el respeto como valor innegociable y se exige un entorno seguro e inclusivo para cada niño o niña que vista una camiseta de fútbol. Me gustaría resaltar que muchas empresas externas al fútbol venden el protocolo sin especialización en la materia. Me consta que el CSD está trabajando en ello por lo que hace falta definir mejor quién puede crear estos protocolos e incorporar herramientas para prevenir el acoso como hacemos nosotros en Save Football, con ejercicios prácticos de prevención en bullying, racismo, salud mental...

 

“El problema no son los niños, es el entorno que les rodea en gradas y banquillos” 

 

Desde una perspectiva comercial y de escalabilidad, ¿dónde ve el futuro de Save Football? ¿Le gustaría que se convirtiera en un estándar obligatorio en todas las competiciones de fútbol base en España?

Continuamente estamos trabajando con el exceso de expectativas en nuestras formaciones, por lo que también nosotros debemos aplicarnos el cuento. Por supuesto que sería un sueño que nuestro trabajo se convirtiera en un estándar obligatorio. Es un gran objetivo que nos guía para seguir trabajando. Pero debemos centrarnos en un objetivo más a corto plazo y que dependa de nosotros mismos, como es el de conseguir 50 equipos para este 2025. Como también, que conozcan nuestro trabajo el mayor número de personas e instituciones posibles a través de redes y medios de comunicación. Lo que sí podemos prometer es trabajo y responsabilidad para liderar un proyecto a medio largo plazo. Si creemos que podemos cambiar algo en un año sería utópico. Hay mucho trabajo que hacer, mucho que escuchar a los afectados y muchas herramientas que aportar.  Por todo ello, tenemos que seguir con el mono de trabajo puesto como lo hacemos cada día desde hace ya más de cinco años y aceptar opiniones y críticas. Somos los primeros en apostar e invertir mucho tiempo para dar una solución a una demanda que ya se viene pidiendo a gritos en el contexto social futbolístico en el que estamos envueltos.  La solución también debe estar ahí. Padres, entrenadores, clubes, instituciones... todos debemos asumir nuestra parte. Como suelo decir en mis sesiones: no basta con que los niños estén “guapos” por fuera, hay que asegurarse de que lo estén también por dentro. Inspirar en el futuro de nuestros jóvenes ofreciendo herramientas a los clubes deportivos que construyan un entorno extraordinario para disfrutar del deporte. Sin más.

 

 

 

Para terminar, ¿qué le pediría hoy a las administraciones y a las instituciones deportivas para que este tipo de proyectos no se queden en buenas palabras, sino que se integren de forma estructural en el deporte base?

Una hora con ganas de escucharnos. Tenemos vigente un gran problema que cada día va a más. Solo hay que echar un vistazo a los distintos medios de comunicación cada fin de semana para comprobar que los campos de fútbol de los barrios se han convertido en espacios complejos. Y es necesario atajar y combatir ese problema estructural y social.  No se trata de un capricho ni de una utopía. Es una respuesta concreta a una urgencia social. Bullying, racismo, sexismo, agresividad verbal, abandono emocional son realidades que se manifiestan en el deporte como lo hacen en la escuela o en redes sociales. Pero en el fútbol base tenemos una oportunidad única para intervenir. Para sembrar valores donde hoy germina frustración. Esto no puede quedar como una opción voluntaria. Save Football debe ser un compromiso institucional real. Las federaciones, las ligas, las consejerías de deporte, los ayuntamientos... tienen que integrar este sello como un estándar mínimo para los clubes que trabajan con menores. Solo así podremos decir, sin hipocresía, que nos tomamos en serio la protección del menor y la educación emocional en el deporte. Como bien dijo Michel en la presentación del proyecto: “Cambiar el fútbol base es cambiar el futuro del deporte”. No hay tiempo para paños calientes. Las administraciones deben liderar con el ejemplo, dotar de recursos, impulsar convenios y, sobre todo, establecer mecanismos de control y seguimiento. Porque sin implicación institucional, los niños seguirán expuestos a una violencia que se disfraza de pasión mal entendida.

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