El Espai Barça ya es una realidad. Al menos, lo es en términos legales, ya que los socios del FC Barcelona han aprobado en el referéndum convocado hoy que el proyecto salga adelante. 48.623 socios han participado en la consulta, que se cerró a las 21:00 del domingo, equivalente a apenas un 44% del censo total de socios. El 87,80% de los votantes han votado a favor del proyecto.
La junta de Joan Laporta tendrá por tanto luz verde para desbloquear el proyecto, clave en el futuro a medio y largo plazo del club. La asamblea de compromisarios ya había dado luz verde al Espai Barça con anterioridad, y este era el último escollo que debía salvar el equipo blaugrana tras casi una década de trámites.
Para pagar las obras el Barça tiene garantizado un préstamos de 1.500 millones de euros, que es “muy posible” que se realice a través de Goldman Sachs, tal y como avanzó Ferran Reverter, director general del FC Barcelona. La operación se pagará en 35 años, con una fecha límite de 2057 y un período de carencia de los primeros cinco años, en los que solo se pagarán los intereses, de entre un 3% y un 4%.
A partir de 2025, con el estadio ya operativo, el plan del club es generar al menos 200 millones de euros de ingresos adicionales a través del Espai Barça, con los que se empezaría a devolver el principal de la deuda. En este sentido, el área hospitality y la zona VIP generarán un 24% de estos 200 millones que generará el espacio, según consta en el plan de negocio elaborado por el área de ingresos que encabeza Álex Barbany.
El resto procederá del alza en el negocio asociado a la taquilla y la restauración (22%), los nuevos patrocinios que se firmen, así como la venta de los naming rights del Espai Barça, el estadio y el Palau (24%), por 48 millones -según estimaciones del club-. A ello se añadirá el negocio que genere el Museo (15%) y los eventos y conciertos (15%).
El gran reto es que el Espai Barça pueda financiarse a sí mismo cuando la obra esté acabada y no cueste dinero al club ni a sus socios. En torno a un tercio de los 200 millones que espera generar el club a través de este nuevo activo se destinará al pago de la deuda. De lograr vender el naming, se podrían doblar los ingresos de 200 millones previstos.
Inicialmente, la transformación del Camp Nou y el Palau Blaugrana iba a suponer un negocio extra de 40 millones. En 2019, todavía con Josep Maria Bartomeu en la presidencia, la cifra se elevó a 150 millones; y ahora la previsión ya se sitúa en 200 millones. Tras la entrada de Laporta y Reverter, el plan de negocio inicial ha incorporado más zonas de hospitality y comerciales.
Eso ha conllevado una renegociación con el Ayuntamiento y cambiar algunos planes para las obras. Así, la remodelación del Camp Nou será la primera, para 2025. Laporta ya aseguró cuando asumió la presidencia que este sería el proyecto clave, para poder comenzar a generar más ingresos a través del estadio. Para 2026 llegará el Palau Blaugrana y el resto del entorno del Espai Barça estará listo en 2027.
En la parte negativa están los costes, por encima de lo presupuestado inicialmente. De los 420 millones para el Camp Nou el proyecto ya asume que necesitará una inversión de 900 millones. Lo mismo para el Palau, que ha pasado de 90 millones a 420 millones de euros para elevar el aforo hasta las 15.000 personas. A esto hay que añadir otros 100 millones para urbanizar el entorno y desarrollar el campus comercial, otros 60 millones para el Espai y 20 millones más del Estadi Johan Cruyff.
