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El COI acepta que los Juegos de Tokio veten a los aficionados extranjeros

El país anunció esta decisión hace dos semanas argumentando que quieren minimizar el riesgo de contagios por Covid-19. El movimiento olímpico acata la decisión, que afecta a un negocio de 800 millones de dólares.

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No hay vuelta atrás. Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 serán los primeros que se celebrarán un año más tarde de lo previsto y, por decisión propia, renuncia a la presencia de público internacional. “El Comité Olímpico Internacional (COI) y el Comité Paralímpico Internacional (IPC) respetan y aceptan la decisión japonesa sobre los espectadores extranjeros”, han señalado hoy en un comunicado.

El aval a la decisión de las autoridades niponas se ha producido tras una reunión celebrada con todas las partes implicadas en la organización de la cita. “Por la seguridad de todos los participantes de los Juegos y del pueblo japonés, su conclusión es totalmente respetada y aceptada”, han enfatizado.

La decisión implica la puesta en marcha de un plan de reembolso del dinero a todos los aficionados extranjeros que ya habían comprado sus entradas para alguna de las competiciones. Se estima que entre el 10% y el 20% de los más de siete millones de tíquets vendidos correspondían a turistas. El último presupuesto revisado contemplaba 800 millones de dólares en ingresos por este concepto.

“Compartimos la decepción de todos los entusiastas aficionados olímpicos de todo el mundo y, por supuesto, de las familias y amigos de los atletas, que planeaban asistir a los Juegos”, ha admitido el presidente del COI, Thomas Bach. “Cada decisión debe respetar primero el principio de seguridad.  Sé que nuestros socios y amigos japoneses no llegaron a esta conclusión a la ligera”, ha añadido.

Bach confía en un refuerzo de la cobertura audiovisual para suplir el impacto de la pandemia en las gradas. Está previsto que en abril se haga público el número final de espectadores que podrán acceder a los recintos deportivos, y si las entradas devueltas por los turistas podrán ser adquiridas por el público local.

Unos Juegos de Tokio 2020 sin público dejaría de generar un impacto económico de hasta 2,4 billones de yenes (cerca de 19.000 millones de euros). Así se desprende de un informa publicado por el economista y profesor honorífico de la Universidad de Kansai, Katsuhiro Miyamoto.

Esta cifra abarca el impacto directo y a largo plazo. Por ejemplo, se cuantifica en 381.000 millones de yenes (3.000 millones de euros) lo que el país dejaría de ingresar si los Juegos Olímpicos se celebran a puerta cerrada. De ser así, se dejaría de facturar por venta de entradas, desplazamientos, alojamientos, restauración y hostelería, lo que supondría que esta partida de ingresos caería un 90% respecto a la previsión de facturación si los Juegos se celebraran con normalidad y con público en las gradas.

El cierre de los estadios al público también provocaría una caída en el gasto de consumo de los hogares, que estarán menos entusiasmados y dispuestos a gastar. Este impacto se ha cifrado en 280.800 millones de yenes (2.220 millones de euros).

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