Publicidad

El CSD abre la puerta a la entrada de un fondo de inversión en la gestión del fútbol femenino

El regulador ha iniciado una ronda de contactos con clubes, patrocinadores y el resto de ‘stakeholders’, con la idea de dar forma a la nueva Primera Iberdrola a partir de 2021-2022, cuando ya será 100% profesional y su organización recaerá en los clubes.

primera iberdrola futbol femenino

Jabier Izquierdo / Patricia López

Los fondos de inversión han demostrado tener un importante apetito por la industria del deporte, y en España son numerosas las oportunidades que se están produciendo. Una de ellas será próximamente la organización de la primera liga profesional de fútbol femenino, un proceso tutelado por el Consejo Superior de Deportes (CSD) y en el que no se cierra ninguna opción. El organismo presidido por Irene Lozano incluso abre la puerta a que se dé entrada a un socio financiero para la puesta en marcha del proyecto, según documentación a la que ha accedido 2Playbook.

El ente público anunció en el pasado septiembre que la Primera Iberdrola pasaría a ser profesional a partir de 2021-2022. En la práctica, esto supone que la competición dejará de estar gestionada o ser titularidad de la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) como ya sucede con LaLiga o la ACB. Es una condición que, sin embargo, no tienen ni Asobal ni la Lnfs, que siempre operaron bajo un convenio de colaboración.

Todo está abierto y no hay nada decidido, pero el CSD inició hace unas semanas una ronda de contactos con clubes, patrocinadores y demás stakeholders para definir conjuntamente el futuro. Para ello se les trasladó una encuesta, en la que abiertamente se les pide su opinión sobre “una eventual negociación con un fondo de inversión -u otra tipología de vehículo empresarial similar- que estuviera interesado en invertir en la nueva Competición”. Ninguna de las partes ha realizado comentarios sobre esta cuestión, pero fuentes cercanas a las negociaciones admiten que esta cuestión está bastante avanzada.

Es una fórmula que permitiría obtener los recursos necesarios para acelerar la creación un campeonato fuerte, pues la mayoría de clubes son deficitarios y los que no lo son es porque trabajan con presupuestos muy ajustados y alejados del que pueden manejar FC Barcelona, Real Madrid o Atlético de Madrid.

El presupuesto de un club femenino se sitúa hoy entre los casi 5 millones de euros del Barça, marcados por la aportación de Stanley y el déficit que asume la entidad blaugrana, y el millón de euros que ronda una entidad no asociada a un club masculino, como el Madrid CFF o el Santa Teresa.

Hace sólo una temporada, los presupuestos medios se situaban entre los 150.000 y los 500.000 euros, por lo que eso ya evidencia una fuerte mejora de la capacidad de los clubes para generar recursos. Pese a todo, clubes consultados por 2Playbook indican que la aportación del patrocinio privado no supera más de un tercio de los ingresos.

Se desconoce si la presencia de un fondo sería sólo en el negocio comercial y audiovisual, o en toda la gestión, por eso el CSD plantea a todos los agentes implicados que indiquen “las cinco principales condiciones que sería necesario tener en cuenta” para la participación de un socio financiero en el incipiente negocio del fútbol femenino profesional. Incluso pide consejo sobre cuál “debería ser la configuración societaria o tipología de acuerdo con ese eventual o posible Fondo de Inversión”.

 

La tele: un asunto capital

En la futura liga profesional femenina, la televisión cobrará un apartado especial, pues estos derechos muy probablemente se pasen a comercializar conjuntamente como en el resto de las competiciones. Es una situación distinta a la actual, en la que los equipos de la Primera Iberdrola tiene varios contratos firmados porque los derechos son propiedad individual y sólo una parte los vende de forma centralizada.

Por el momento, el contrato más importante lo tiene Mediapro, que, desde marzo de 2019, paga tres millones de euros anuales a los equipos de la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (Acff) en un acuerdo por tres temporadas.

En este acuerdo, sin embargo, no están presentes FC Barcelona, Real Madrid, Athletic Club, Madrid CFF y CD Santa Teresa, que dieron la encomienda a la Rfef tras adherirse al programa Élite del regulador del fútbol español. La Federación, por tanto, fue quien alcanzó un acuerdo el pasado octubre con Rtve para que Teledeporte emita 18 partidos de estos cuatro equipos durante 2020-2021.

El último grupo audiovisual en subirse al barco del fútbol femenino español ha sido Movistar+. La plataforma televisiva de Telefónica emite desde este mes un partido por jornada de la Primera Iberdrola a través de #Vamos, tras alcanzar un acuerdo de sublicencia con Mediapro. Además de un encuentro en directo, la cadena ofrece resúmenes del resto de partidos de la máxima competición.

 

Fondos privados y CSD, una historia de largo recorrido

No es la primera vez que el CSD abre la puerta a que empresas privadas formen parte de la gestión de competiciones. De hecho, en el borrador del anteproyecto de la Ley del Deporte de 2019 se introdujo esta posibilidad para las ligas profesionalizadas, una categoría que, al igual que el proyecto de ley, no llegó a aprobarse y está en standby.

La idea era que una empresa con ánimo de lucro pudiera encargarse de gestionar este tipo de competiciones que no pudieran cumplir la condición de liga profesional, pero que cuenten con una organización sólida y vínculos laborales con los deportistas. Es el caso de Asobal Lnfs, ambas competiciones que generan negocio, sea a través de la venta de los derechos audiovisuales y de patrocinio, o porque los clubes tienen a sus jugadores contratados.

En el caso de la Primera División femenina de fútbol, la competición pasará a ser profesional en 2021-2022 si se cumplen los plazos del CSD y de la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (Acff). Supondrá un paso más para la profesionalización de esta disciplina, después de en febrero de 2020 se aprobara el primer convenio colectivo del fútbol femenino, tras más de 17 meses de negociaciones y una huelga de jugadoras.

El nuevo marco laboral fijó un nuevo salario mínimo. Por ejemplo, las futbolistas que tenían un salario anual entre 12.000 euros y 15.999,99 euros con contrato a tiempo parcial inferior a un 75% de la jornada ordinaria, pasaron a percibir un salario de 16.000 euros brutos anuales con parcialidad del 75%, es decir, con 35 horas semanales en cómputo semestral.

Aquellas jugadoras que cobraban más, entre 16.000 y 30.000 euros con contrato a tiempo parcial inferior a un 75% de la jornada ordinaria, pasaron a tener una jornada de como mínimo un 75% (35 horas semanales) y su salario se incrementó en 2.000 euros anuales.

El nuevo convenio también reconoce el derecho de explotación de imagen por parte de las jugadoras; contempla unas vacaciones anuales retribuidas de 30 días naturales; cubre el 100% de la retribución en caso de baja o incapacidad temporal de las futbolistas, y, en caso de embarazo de una futbolista en su última temporada de contrato, este se renovará por una campaña adicional en las mismas condiciones que tenía.

 

El ejemplo de CVC y la Premier femenina

Si actualmente hay una liga que está creciendo con una apuesta decidida por el fútbol femenino, mediática y económicamente, esa es la Women’s Super League (WSL). La máxima competición británica, propiedad y gestionada por la federación inglesa (FA), lleva meses negociando con fondos de inversión y diferentes stakeholders para darle un nuevo impulso y, de paso, aliviar el impacto económico que supone la competición para la FA, que se calcula que invierte en ella 7 millones de libras (8 millones de euros) por temporada.

Los grandes clubes ingleses también se han subido a la ola como demuestra los números rojos que soportan sus equipos más poderosos, todos ellos parte de clubes Premier League. Sólo el big four de la competición (Arsenal FC, Chelsea FC, Manchester United y Manchester City) soportó unas pérdidas de 3,2 millones de euros en 2018-2019.

A pesar de facturar 8,3 millones de euros en esa misma temporada, los gastos siguen siendo superiores, entre otras cosas, por la apuesta por captar talento que están haciendo estos equipos. El Chelsea firmó el fichaje más caro de la historia el pasado verano, cuando pagó 350.000 euros al Wolfsburgo por la danesa Pernille Harder.

Todo ello ha atraído el interés de fondos y grandes grupos audiovisuales. CVC, muy activo en la industria del fútbol en los últimos meses, negocia con la FA adquirir una participación en la competición con un contrato a diez años y con el fin de sacar provecho del incremento previsto en el negocio de la liga, según avanzó Sky News. El fondo, que ultima también la entrada en el negocio audiovisual de la Serie A italiana, tendría como competencia a Bridgepoint. Por su parte, Sky Sports adquirió el pasado otoño los derechos televisivos de la competición a partir de 2021-2022.

Este interés inversor por el fútbol femenino se puede extrapolar también al fútbol masculino. Además de la Serie A, la Bundesliga también negocia la entrada de una firma privada en una nueva gestora que comercializará los derechos audiovisuales de la liga en el extranjero y con la que aspira a ingresar 300 millones de euros por el 30% de la compañía.

Por su parte, LaLiga ultima la entrada a capital privado en su negocio digital, tal y como adelantó 2Playbook. La gestora del fútbol profesional español valora en 450 millones su brazo tecnológico, del que está dispuesto a colocar hasta un 60% y por el que ya se han interesado el antes mencionado CVC y Bruin Sports Capital. La inversión en LaLiga Tech alcanza los 200 millones.

Publicidad

Publicidad