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Las federaciones salvan la rentabilidad de 2020 pese a perder un 24% de ingresos por la Covid

Las cuentas estimadas de los organismos federativos, a excepción de la Rfef, reflejan un beneficio de cuatro millones de euros en el año de la pandemia, pese a que los ingresos propios cayeron 30% y las subvenciones lo hicieron un 18%.

Campeonato de España Atletismo. Fotografía de Jose Antonio Miguelez
Campeonato de España Atletismo. Fotografía de Jose Antonio Miguelez

El movimiento federativo español capea el temporal de la Covid-19, o al menos así lo reflejan sus resultados económicos en 2020. Las federaciones deportivas cerraron el último año con un beneficio agregado de 4,3 millones de euros, según un informe del Consejo Superior de Deportes (CSD) al que ha accedido 2Playbook. El documento, que advierte que los datos del año pasado son provisionales y basados en las estimaciones facilitadas por las propias federaciones en noviembre, reflejan un fuerte impacto de la pandemia que no supuso que los organismos incurrieran en pérdidas, si se tienen en cuenta los datos agregados.

De este informe, que no contabiliza el negocio de la Federación de Fútbol (Rfef) porque su elevado peso en el negocio desvirtuaría la foto general, se desprende que el resto de reguladores cerraron el año con unos ingresos totales de 156,2 millones de euros, lo que supondría un descenso del 24,6% respecto a 2019. Es la mayor caída interanual desde que el CSD contabiliza esta información, en 2007. Con todo, no ha sido el peor año de la serie en volumen de ingresos, puesto que en 2015 las federaciones facturaron 138,9 millones de euros y sufrieron unas pérdidas agregadas de 2,3 millones.

Que el resultado neto agregado de las federaciones fuera positivo no significa que todos los organismos ganaran dinero. De hecho, 54 entidades prevén cerrar el ejercicio en beneficios, tres en equilibrio y siete en números rojos en 2020, indica el CSD. El informe no aclara cuáles son las que acabaron gastando más dinero del que ingresaron.

Pese a las dificultades que vivieron las entidades con la cancelación de competiciones, la mayoría pudieron salvar el año y, en conjunto, las federaciones españolas esquivaron las pérdidas por tercer ejercicio consecutivo. Superaron incluso las perspectivas que la Asociación del Deporte Español (Adesp) dio a conocer el pasado julio, cuando comunicaron que la Covid-19 recortaría un 43% sus ingresos respecto a lo presupuestado. Se desconoce si en líneas generales se preveía una subida respecto a 2019, pues en año de Juegos suele haber más cobros por el movimiento olímpico.

La caída de la facturación respecto a 2019 fue del 24,6%, pero se mitigó gracias a las subvenciones, que también se redujeron, aunque en mayor grado que los ingresos propios (patrocinio, competiciones y licencias). La secretaría general del Deporte redujo un 14% su aportación, debido “a la bajada de las subvenciones del CSD provenientes del reparto de los derechos audiovisuales del fútbol profesional”.

Sin tener en cuenta a la Rfef, los entes reguladores recibieron subvenciones por 79,4 millones de euros, un 18,3% menos que el año anterior; el CSD aportó un 87% de las ayudas públicas, mientras que ADO repartió 4 millones, 600.000 euros más que en 2019.

El mapa del negocio de las federaciones en el año de la Covid-19 cambió, pues se aumentó la dependencia de los organismos hacia las subvenciones, que aportaron el 50,8% de los ingresos. Hay que remontarse a 2010 para recordar la última vez que las ayudas públicas y de ADO representaron más del 50% de los ingresos agregados de las federaciones deportivas.

De hecho, a raíz de la crisis económica que supuso un recorte de más de casi 40 millones en las subvenciones del CSD entre 2009 y 2013, los organismos se vieron obligados a depender más de sus ingresos propios, vía organización de competiciones, una mayor campaña para captar federados o generando más negocio comercial. El CSD puso en marcha una serie de planes de viabilidad para garantizar la continuidad de estos organismos y reducir su dependencia de lo público, y el resultado es que desde 2011 la propia actividad de las federaciones ha generado más de la mitad de sus ingresos, llegando a representar un 67% en 2014.

La Covid-19 hizo saltar todos los presupuestos por los aires. La línea de negocio más damnificada fue la celebración de competiciones, con una caída de las ventas del 51,2%. Las federaciones sólo facturaron 14,2 millones por esta vía, la peor cifra desde que el CSD recopila esta información.

La facturación por licencias y cuotas, que es la principal línea de ingresos de las federaciones, se redujo un 15,8%, hasta 27,6 millones de euros. El motivo es que muchos federados dejaron de pagar por la ficha, al no poder competir o salir a practicar deporte. En cuanto a la publicidad y los patrocinios, las ventas fueron de 17,3 millones de euros, casi un 20% menos que el año anterior.

El descenso de los ingresos del 24% fue inferior a lo que Adesp, Asociación del Deporte Español que aglutina a las más de sesenta federaciones olímpicas, previó en julio de 2020. Junto al CSD y a Fundación España Activa presentaron un documento que cifraba en el 43% la caída de los ingresos de las federaciones respecto al presupuesto de 2020, definido antes de que estallara la pandemia.

El pasado verano las federaciones nacionales esperaban facturar 70,3 millones de euros, es decir, 52 millones menos de lo previsto a principio de temporada. Finalmente, los ingresos superaron los 156 millones de euros sin tener en cuenta a la Rfef, según las propias estimaciones de las federaciones. Eso sí, es la peor cifra desde 2007, momento en que el CSD empezó a contabilizar las cifras económicas de los organismos federativos.

Pero, ¿cómo consiguieron estas entidades esquivar las pérdidas? Se gastó menos de lo que se ingresó, con un total de 152,2 millones de euros para cubrir las facturas deportivas y de estructura. En un año en que se paralizaron las competiciones en marzo y sólo pudieron recuperar la actividad de los torneos de ámbito nacional durante el verano, se redujeron de manera notable los gastos de viajes de deportistas, staff y directivos, que cayeron de 51,2 millones a 32,7 millones de euros.

El gasto en desplazamientos de deportistas y técnicos se redujo en 30 millones, un 63,9% menos, por la cancelación de torneos y el confinamiento, mientras que el de órgano de desplazamientos cayó un 48%, hasta 1,5 millones de euros. Los gastos deportivos se recortaron un 6,7%, hasta 110,4 millones de euros, mientras que el desembolso en personal se mantuvo estable, con 37,9 millones de euros y un total de 824 personas contratadas en las federaciones. Sumado a los 260 empleados de la Rfef, la estructura laboral de todas las federaciones suma 1.084 trabajadores.

 

Endeudamiento en mínimos

Las 67 federaciones recogidas en el informe sumaron una deuda de 40,4 millones de euros, lo que refleja el nivel de apalancamiento más bajo de la serie iniciada en 2007. La deuda agregada se redujo en 10,4 millones en un año, lo que supuso una caída del 20%.

Eso sí, el Gobierno advierte de que el peso de la deuda a corto plazo sobre el total de las deudas del conjunto de federaciones deportivas está en torno al 85%, “un valor elevado que obliga a mantener una especial atención para evitar que puedan producirse situaciones de dificultad a la hora de afrontar los pagos”.

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