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El Barça deprecia plantilla en 138 millones y busca un ajuste de 200 millones en salarios

La junta de Laporta incrementa las pérdidas de 2020-2021 con un ajuste de casi el 25% en el valor de los futbolistas y provisiones de 90 millones. Además, eleva de 525 millones a 590 millones la deuda con Goldman Sachs para cancelar los bonos con Pricoa.

Laporta-Rueda de prensa-Barça

“Revertiremos la situación”. El presidente, Joan Laporta, ha vuelto a comparecer ante los medios para profundizar sobre la situación económica del club, peor de la que preveía al acceder al cargo, con unas pérdidas que finalmente se situarán en 481 millones de euros para 2020-2021 y dejan el patrimonio neto en 451 millones de euros negativos. ¿La solución? “El área de fútbol necesita recortar 200 millones”, ha desvelado, con la fuerza que pueden darle los 595 millones de euros (70 millones más de lo previsto) de financiación aportada por Goldman Sachs.

El primer paso se ha dado aprovechando que la actual junta es la que se encarga del cierre contable de la última temporada, a la que se han cargado provisiones de 90 millones por litigios y un deterioro de los activos intangibles deportivos de 138 millones de euros. Es decir, que el valor de la plantilla deportiva en balance se ha recortado casi un 25% para adecuar a mercado la tasación de futbolistas como Pjanic, entre otros.

De no haberse optado por esta vía, las pérdidas habrían sido de 253 millones de euros el último año. A partir de ahí, habría que ver qué considera pérdidas atribuibles a la Covid el Consejo Superior de Deportes (CSD), pues eso sería determinante a la hora de saber si la actual junta podría poner en marcha una acción de responsabilidad social. “Nadie escapará de sus responsabilidades”, ha advertido.

El movimiento, que agrava un presupuesto que ya dejaba 300 millones en el aire y no se han cumplido, ha contado con el aval de LaLiga, que ha realizado una tasación propia de los futbolistas sobre los que se ha aplicado la corrección del valor. No es un movimiento baladí, pues eso aligerará la carga de las amortizaciones de futbolistas de 2021-2022, si bien es un ahorro que LaLiga no tendrá en cuenta para el cálculo del límite de gasto.

Es un movimiento que, además, podría ser beneficioso si se produce el traspaso de alguna de las estrellas que han llegado en los últimos años en operaciones de más de 100 millones de euros. Hoy, su venta era poco atractiva por la amortización que arrastraban, pero ahora sí generarían importantes plusvalías para cuadrar las cuentas.

De este modo, el foco no queda puesto en los canteranos o jóvenes que han llegado por muy poco, hasta ahora el gran atractivo si la necesidad era hacer caja. “No realizaremos traspasos de activos sensibles, pero si no se cuenta con determinados jugadores, el área de fútbol trabaja en buscar salidas”, ha asegurado.

El punto de partida es malo, pues la masa salarial de 2020-2021 ascendió a 617 millones de euros, equivalente a un 103% de los ingresos, y el límite de gasto que inicialmente le concedió LaLiga para 2021-2022 era de sólo 88 millones de euros, ante la necesidad de revertir la desestructuración del área de fútbol en un contexto de caída dramática de los ingresos. El año anterior ya se instó a rebajar la masa salarial a 237 millones para evitar un deterioro mayor de la situación.

Es un ajuste imposible de conseguir y que la gestora del fútbol profesional permite incumplir en determinados casos mientras duren las consecuencias de la pandemia. Por eso Laporta vive pegado a la fórmula del 1-4, por el que la gestora de la competición le permite reinvertir un 25% de todas las plusvalías por traspasos y el ahorro que se genera en salarios deportivos.

El primer paso ha sido la no continuidad de Leo Messi, que supone liberar más de 100 millones de gasto anual. Laporta ha ironizado con lo “contento” que se vio al argentino en París y, sobre las razones de su no renovación, ha dicho que “tiene sus aspiraciones y tenía ofertas de clubes que estaban dispuestos a pagar cantidades muy importantes”. Ahí se vio imposible asumir una operación de 250 millones de euros que no aseguraban los títulos importantes y suponían un fuerte obstáculo a la reestructuración del Barça.

En el caso de Gerard Piqué, de momento el único de los capitanes que ha aceptado una rebaja real de su sueldo, se le ha permitido reaprovechar un 50% de ahorro generado al suponer un ahorro superior al 5% del límite de gasto en plantilla deportiva. Aun así, con el resto de pesos pesados del vestuario no se espera un gesto como el del central.

“Entiendo a los jugadores, que vienen de un diferimiento salarial”, ha indicado Laporta, que, en los casos de Sergio Busquets, Jordi Alba y Sergi Roberto, se ha referido a suprimir los bonus por títulos y diferir parte de sus ingresos en años posteriores de su contrato. Tampoco ha dicho si se extenderá la petición a otros jugadores en la franja alta salarial, como Phillippe Coutinho o Antoine Griezmann. Es decir, no habrá una reducción real de los costes comprometidos con ellos, pese a que la recuperación de los ingresos no está clara.

En este punto, Laporta se ha mostrado muy crítico con el expresidente Josep Maria Bartomeu, especialmente tras la carta enviada días atrás en las que le criticaba de inacción y de no haber impuesto una rebaja salarial de 90 millones en 2020-2021 como él habría hecho. “Es una carta llena de mentiras y un esfuerzo para justificar una gestión injustificable”, le ha replicado el actual presidente, que ha denunciado q+ue el ahorro real con los diferimientos sólo fueron 68 millones y no los 172 millones de euros que se anunciaron. Además, con el agravante de que se incluyeron como bonus posteriores a cobrar en cualquier caso.

Además, le ha acusado de operaciones más que dudosas, como el contrato de ocho millones de euros por detectar talentos en Latinoamérica sin mayor rendición de cuentas o fichajes de 40 millones en los que se incluyeron primas por otros 10 millones. “Formaban parte de una manera de trabajar que consideramos impropia y ha provocado unos efectos escandalosos”, ha denunciado.

En cuanto a los ingresos, el presidente ha indicado que la facturación total de 2020-2021 se hundió hasta los 631 millones de euros, y las perspectivas de la industria no son optimistas en el corto plazo: el mercado de fichajes continúa muy por debajo de los años previos a la Covid-19 y los ingresos vinculados al Camp Nou difícilmente alcanzarán el 50% de lo que suponían en 2018-2019 por las restricciones de aforo y la caída del turismo internacional. Sólo el último año se perdieron ingresos a causa de la pandemia por 217 millones, compensados con un menor gasto de 126 millones.

Pese a que el club se encuentra en quiebra técnica, el plan estratégico y el valor latente de la plantilla y algunos negocios ha servido para que EY no ponga en duda la viabilidad del club. Y en parte es porque ya se han podido conseguir los 595 millones que ha colocado Goldman Sachs para reestructurar a corto plazo. Son 70 millones más de lo autorizado por la asamblea y se firmarán este jueves para poder cancelar de forma anticipada una colocación que se realizó con Pricoa.

La operación se planteó con un calendario de vencimientos a quince años y con un tipo de interés del 1,9%, inferior al máximo del 3% que se marcó la junta como objetivo. Es una importante mejora respecto a las operaciones que se firmaron en pandemia, con líneas de factoring a cuenta de los derechos de televisión y los traspasos que tuvieron un coste del 9%.

La entrada de liquidez era necesaria para afrontar los pagos a corto plazo de una deuda bruta de 1.350 millones de euros, dividida entre entidades financieras (673 millones), nóminas de deportistas (389 millones), litigios que creen que se perderán (90 millones), anticipos de derechos de televisión (79 millones), Espai Barça (56 millones), y abonos que no se cobrarán (40 millones).

Una vez resueltos parcialmente los problemas de liquidez y mientras el área de fútbol trabaja en los recortes, toca también generar ingresos. Aquí, Laporta ha asegurado tener cinco ofertas interesantes para relevar a Rakuten como main sponsor, un contrato de 55 millones de euros de inicio que se extendió hasta 2021-2022 con una rebaja hasta 30 millones.

Laporta también ha aprovechado su intervención para criticar que Bartomeu enviara una carta asegurando que los males se podrían haber resuelto parcialmente de haberse materializado la venta del 49% de Barça Corporate. El expresidente aseguró que había cuatro ofertas (Blackstone, Abry Partners, Artos y el consorcio Investindustrial, Elysian y Fanatics), que suponían una inyección de 220 millones de euros repartidos al 50% entre ingreso directo para el club por la participación y recursos para invertir. “Hemos discutido con cada uno de los inversores y hemos llegado a la conclusión con Goldman de que ninguna de las propuestas es aceptable”, ha sostenido.

El presidente ha argumentado que daban un valor nulo a las Barça Academies y al Barça Innovation Hub, realizaba una valoración baja de Barça Studios y “se alejaba de las expectativas por BLM”. Sobre el negocio de retail, también ha criticado que “la oferta que más se acercaba al valor que consideramos justo exigía meter dentro el contrato con Nike, y sólo eso nosotros lo valoramos en 500 millones de euros”.

Sin marcar plazos, la junta directiva ha entablado negociaciones con 17 potenciales inversores para entrar individualmente en el negocio audiovisual y el de merchandising, pues la fórmula diseñada por Barça Corporate sí la ven con buenos ojos: entrada de recursos inmediata por una participación minoritaria a cambio de cash y recursos para invertir en tecnología e internacionalización.

En cuanto al Espai Barça, el gran proyecto patrimonial de Bartomeu que se ha ido retrasando en el tiempo, Laporta ha anunciado que queda aparcado. “Estamos rehaciendo el proyecto para que sea sostenible y viable, porque ha quedado obsoleto”, ha indicado el mandatario, sin revelar hasta qué punto queda en nada la inversión de los últimos años en el plan del despacho japonés Nikken Sekkei. Ahora, se presentará un nuevo plan de financiación y ejecución a la asamblea de compromisarios, con la idea de que las obras empiecen en 2022.

“Hemos perdido un tiempo valiosísimo”, ha cerrado Laporta, hoy más centrado en recortar gasto que en generar ingresos, al tiempo que deciden qué acciones legales emprenden contra la anterior junta y algunos de sus ejecutivos en función de las conclusiones de la due dilligence que está realizando Deloitte. LaLiga, y la propia subsistencia del club, obligan.

La alternativa puede poner en riesgo el actual modelo de propiedad y gobernanza, y eso el presidente ha querido zanjar que “no hay riesgo, porque quien comanda el club tiene claro que el Barça debe ser siempre propiedad de los socios y socias”.

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