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Reino Unido creará un regulador independiente que supervisará la gestión de los clubes de fútbol

El Gobierno ha dado apoyo a la propuesta de reforma del liderazgo en la gobernanza del fútbol, lo que incluye la potestad de este nuevo ente para sancionar a los equipos que incumplan normas financieras y de otra índole. La Premier League, en contra.

Premier Manchester United Ronaldo Reino Unido

El fútbol más antiguo del planeta tendrá un nuevo regulador para darle un giro a su modelo de gobernanza. El Gobierno de Reino Unido ha dado este lunes apoyo al proyecto de reforma del fútbol inglés que lidera la diputada y exministra de Deportes Tracey Crouch y que cuenta como asesores principales a grupos de aficionados de 130 clubes británicos. En definitiva, se trata de introducir un ente que supervise –y sancione, cuando se requiera– a los equipos en su gestión financiera y de otra índole. La Premier League lo ha rechazado, aludiendo que “no es necesario”.

Uno de los puntos de partida fue el anuncio hace un año de la Superliga europea, que estaba compuesta de arranque por doce clubes, de los que la mitad eran ingleses (el conocido como Big Six). Tras ello, el Gobierno tomó cartas en el asunto y bloqueó la continuidad en el proyecto de Liverpool FC, Manchester City, Manchester United, Arsenal FC, Chelsea FC y Tottenham Hotspur. Y de aquello, el plan de reforma que hoy ha decidido apoyar el Ejecutivo de Boris Johnson.

El nuevo regulador contará con la potestad de sancionar a los clubes que incumplan las normas financieras y de otra índole que se marquen en un documento político que promoverá leyes futuras del fútbol inglés.

Entre las claves, la nueva legislación dará más voz a las aficiones en la gestión de los clubes, que en la Premier tienen, en su amplia mayoría, propietarios extranjeros. La liga inglesa reconoce y “acepta la necesidad de una reforma”, pero considera que su control interno ya es suficiente. Al respecto, introdujo recientemente un ente que controlará los patrocinios entre partes vinculadas con los dueños de los equipos, entre otros aspectos, y varios de sus clubes han anunciado la futura entrada de representantes de la afición en algunos órganos de control del club. Medidas que ahora parecen hechas ad hoc para frenar las intenciones del Gobierno.

El regulador aplicará un análisis “mejorado” –asegura el Gobierno– sobre propietarios y directivos del fútbol británico, centralizando los ya existentes órganos de control que vienen realizando Premier, English Football League (EFL) y Football Association (FA).

También se examinarán previa a la firma las operaciones corporativas de compraventa de equipo. Cabe recordar el proceso de venta forzosa del Chelsea FC que ha iniciado el magnate ruso Roman Abramovich tras la invasión de Ucrania por parte de su país, o la polémica llegada de Arabia Saudí a la propiedad del Newcastle United.

Tras conocer el respaldo gubernamental, Crouch ha calificado este apoyo como “un enorme paso adelante”, pero también ha lamentado la falta de detalles sobre el calendario de arranque del nuevo ente y de los cambios a realizar. En el Gobierno sólo han anunciado que prevé publicar el documento político durante el verano. “Más retrasos podrían ser catastróficos para los clubes, las comunidades y los aficionados que buscan un entorno normativo más seguro y certero”, ha agregado la diputada.

La secretaria de Estado de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte, Nadine Dorries, ha destacado que “el fútbol no es nada sin sus aficionados y, durante demasiado tiempo, las autoridades futbolísticas han sido incapaces de abordar colectivamente algunos de los principales problemas del deporte”.

 

Los aficionados podrían tener derecho a veto

Por ello, de llevarse adelante el proyecto tal y como lo ha consensuado Crouch con las aficiones de los clubes, el planteamiento es “garantizar que cualquier recomendación esté dirigida por la experiencia y los intereses de los aficionados”. ¿Y esto qué supone? Por ejemplo, que los fans sean consultados antes de la toma de decisiones trascendentales para el club como puede ser la participación de la entidad en una Superliga u otro nuevo torneo. Todo ello regulado y protegido por el nuevo regulador público.

Al respecto, el Manchester United anunció el pasado junio su intención de crear un mecanismo para que los fans puedan convertirse en accionistas del club, reivindicación histórica de Manchester United Supporters Trust (Must), una organización de aficionados del club.

La propiedad de los red devils, liderada por el empresario estadounidense Avram Glazer, como representante de su familia, aseguró entonces que crearía un grupo asesor formado por aficionados para garantizar que los intereses de los seguidores sean tenidos en cuenta en los procesos de toma de decisiones de calado. Entre esos proyectos, más allá de la Superliga, se encuentran las inversiones previstas en Old Trafford y en la ciudad deportiva.

El director ejecutivo de la asociación de aficionados Football Suppoters Europe (FSE), Ronan Evain, destacó que el proyecto “representa un plan práctico, eficaz y a largo plazo para hacer que el fútbol nacional sea más sostenible a todos los niveles, salvaguardando a los clubes y a sus comunidades en el proceso”.

Por su parte, propietarios de algunos clubes de la Premier, como el Crystal Palace y el Aston Villa, han calificado en los últimos meses este plan del Gobierno de “tiro en el pie”. “Es como matar a la gallina de los huevos de oro”, han asegurado sobre el interés público de controlar más de cerca las inversiones extranjeras en la liga más rica del mundo. La más poderosa, y también la que asumió más pérdidas dejó con la Covid-19: 1.000 millones sólo en 2019-2020.

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